“Decidimos vivir en el Istmo, y para eso hay que aprender a sobrevivir”, decían los migrantes haitianos mientras elaboraban bolsas
Texto y fotos: Diana Manzo / IstmoPress
IXTEPEC, OAX. 13 de marzo.- El idioma no impidió el objetivo. Las ganas, las señas y un traductor de francés a español fueron suficientes para que los migrantes haitianos refugiados en el albergue Hermanos en el Camino aprendieran a elaborar bolsas tradicionales; esto mediante un taller que impartió la colectiva zapoteca “Una mano para Oaxaca”.
“Todos necesitamos de todos” dijo la maestra artesana Esmeralda, quien admirada narró como una hazaña este taller donde participaron 25 personas migrantes, la mayoría de origen haitiano, venezolanos, y otras más centroamericanas (Honduras, Guatemala, El Salvador).
Bastidor y aguja de madera, clavos, martillos, tijeras y toquillo fueron los elementos que se usaron para compartir el conocimiento tradicional, que fue de seis horas al día durante una semana.
Para la maestra artesana fue una convivencia muy enriquecedora, porque, aunque reconoció que la diferencia de idioma intentó detener el taller, no ocurrió, al contrario, los asistentes demostraron en todo instante muchas ganas de superarse.
“Decidimos vivir en el Istmo, y para eso hay que aprender a sobrevivir”, decían los migrantes haitianos mientras elaboraban bolsas.
Su piel es negra y el cabello ensortijado, la mujer haitiana mostró su bolsa terminada y aseguró que seguirá aprendiendo porque es una forma digna de sobrevivir.
De unos 35 años de edad explicó que no basta salir a la calle y pedir unas monedas o buscar un empleo donde solo te contraten unos días y después te despidan, por lo que elaborar bolsas le ayudará a mejorar sus ingresos, que por ahora son muy bajos.
“Migré con la ilusión de llegar a los Estados Unidos, pero ya no ocurrió así, en el camino me fui topando con muchas piedras, y finalmente acá estoy en el albergue con mis hijos, y cuando nos dijeron de este taller, no lo dude, me gustó mucho”.
Otro hombre, también Haitiano sorprendió a los talleristas con su agilidad al elaborar dos bolsas y una de ellas ya lo había vendido de forma externa.
“Yo lo tomaré como un negocio, me haré de mis materiales y comenzaré a hacerlo, agradecemos a la maestra y a las personas que llegaron por compartirnos esta sabiduría, es algo que nos motiva a seguir, porque tenemos ingresos dignos”, señaló.
Huellas de solidaridad
Esmeralda aprendió a elaborar bolsas en uno de los talleres que impartió “Una mano para Oaxaca” y ahora ella enseña a las personas migrantes, a eso le llama una experiencia enriquecedora.
La joven artesana refiere que dotar de una herramienta a las personas migrantes les servirá para salir adelante, porque muchos de ellos son ilegales, no tienen papeles en regla y serán las bolsas una huella de solidaridad para obtener ingresos dignos.
A quienes desean aprender aún más, la artesana les dejó recomendaciones para que a través de páginas en youtube vean tutoriales,como otra forma de mejorar sus técnicas.
“Cada una de ellas y ellos recibió la capacitación, fue intenso pero completo, y la prueba es que elaboraron sus bolsas, y los veo muy entusiasmados, y lo mejor, es que los venden, las bolsas tienen mercado, ellas ya tienen las herramientas, ahora que lo hagan para su beneficio personal”.
Al respecto, Perseida Tenorio, una de las coordinadoras de Una Mano para Oaxaca expresó que llevar este taller al albergue fundado por el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra muestra una solidaridad colectiva.
“Vimos sus rostros de alegría, tomaron el taller muy entusiasmadas y vimos buenos resultados, estamos contentas”, dijo.
El conocimiento ya lo tienen, ahora faltan los apoyos para materiales expuso la coordinadora de Una Mano para Oaxaca, quién externó la invitación a personas altruistas para que donen materiales.
Recalcó que Una Mano para Oaxaca puede ser el vínculo para la ayuda y donativos y así las personas migrantes puedan lograr su anheldo sueño de mejorar sus condiciones de vida, un sueño que ahora es “istmeño”, pues aseguró han decidido establecer su futuro en el Istmo de Tehuantepec.
“Nosotras estamos abiertas para hacer vínculos y poder seguir realizando más talleres, crear más solidaridad, acérquese y juntos seamos esa huella de la solidaridad” concluyó.
Una Mano para Oaxaca nació en 2017, a raíz del sismo de 8.2 que devastó el Istmo de Tehuantepec, su valor es la solidaridad y el rescate de los saberes tradicionales, es decir, fortalecer el origen, la raíz de los pueblos de esta región de Oaxaca.
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Este trabajo se publicó originalmente en ISTMO PRESS que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes revisar la publicación original.