Maroma
Lisa Robarr / Maroma: Observatorio de Niñez y Juventud
Desde 2019 he sido espectadora virtual, y ocasionalmente presencial, de los acontecimientos que se promocionan como inimaginables en la Sierra de Jalisco con Michoacán. Las evidencias se difunden en periódicos, noticieros y circulan en las redes de difusión de información a través de lo digital. Niñas y niños son lectores de estos contenidos audiovisuales: se están percatando de lo que caracteriza a sus territorios por lo que dicen otros, por lo que padecen en sus pueblos y ranchos, donde la incertidumbre y la promoción de la muerte se escucha, se ve, se lee, se consume.
Los niños padecen, consumen y promocionan violencias. Sus expresiones están recurrentes cuando son usuarios digitales, escuchan lo que se dice en sus pueblos y cuando representan acontecimientos a la hora de jugar. Al darle seguimiento a los juegos callejeros fuera de los ojos de los adultos me he percatado que lo que se dice de algún evento de guerra, como una balacera, se puede jugar en las calles entre amigos. Aunque parezcan “mentiritas”, como cuidadores y mediadores de niñeces no debemos normalizar que el aspecto lúdico contemporáneo esté marcado por la promoción de la muerte, el sometimiento y la apropiación de la guerra en el juego. Debemos estar alerta porque: “no sabemos qué pueden hacer con lo que se cruza con sus oídos” (Lanfranconi, 2017).
El presente es el único medio que tenemos posible para modificar, para moldear, para incidir, para pensar. El pasado se nos escapa y el futuro parece inalcanzable. ¿Qué esperanzas se forjan en un mundo inimaginable, en un contexto de conflicto armado, de promoción de las muertes y las desapariciones? ¿Qué aspiraciones tienen las niñeces contemporáneas? ¿Qué aspectos ideológicos están presentes? Los sistemas de recepción y respuesta —corporal y no corporal— ante lo que nos rodea y constituye exceden los límites del sujeto individual, no se corresponden con los límites del cuerpo que detentamos.
La sensibilidad común es ya un espacio de exceso y composición: no sólo lo que ya está ahí, sino sobre lo que se puede intervenir. Lo dado y lo por construir, lugar de encuentro y lo que resulta de encontrarnos, composición variable de lo heredado y lo nuevo (Lanfranconi, 2017).
Contribuir en la creación de mundos fantásticos que promuevan el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la ensoñación de la vida es una tarea pendiente de incidencia para las niñeces que padecen guerra. Niñas y niños de pueblos y ranchos del Occidente michoacano están en los márgenes de incidencia gubernamental por la situación de guerra que padecen.
Mi primer acto reivindicativo es a través de la escritura para aclarar ideas y difundirlas con la esperanza de la creación de una red de incidencia en los territorios en los que me movilizo: los territorios donde sucede lo inimaginable respecto a humanidad: donde aprendemos a con-vivir con recurrentes muertes.
Referencia:
Lanfranconi, Ana. (2017). “Walter Benjamin: infancia y politización“. Tesis Programa de Doctorat, Facultat de Filosofia, Universitat de Barcelona.