Entre sábanas y almohadas, Iki Yos Piña Narváez y Lía García comenzaron a reflexionar sobre temas que les atraviesa como travestis, como la ternura, los sueños, el descanso, el amor y el refugio. Para ellas, la cama se resignifica, se vuelve una tierra de sueños.
Por Aletse Torres Flores / @aletse1799
“La ternura pasa por la cama ¿Cuántas travestis caben en tu cama?” fue el nombre del conversatorio donde compartieron algunas de las reflexiones que han tenido en sus noches de desvelo. El evento tuvo lugar en la primera edición de “TRAMA”, encuentro independiente para el trabajo artístico, escénico y documental de mujeres y disidencias de Guadalajara en colaboración con artistas de Iberoamérica.
Este viaje autorreflexivo comenzó en 2019, en una cama ubicada en algún rincón de España cuando les participantes comenzaron a bajar sus ideas en dibujos y letras.
En los apuntes se lee como el amor ha sido un tema principal, desde el amor propio, entre “compas” y el de pareja.
“Como personas travestis el amor parece una ilusión, un sueño lejano imposible de alcanzar. Por lo mismo, hablamos de lo que merecemos, de lo que queremos y de lo que nos dan. El amor parece un privilegio para quienes no entran en la heteronorma”, señaló Iki Yos.
Siguiendo esta misma línea, puntualizó que el amor que les han contado no existe en el mundo travesti. Una carta o un ramo de flores parecen “sueños” y si un día pasa, es un “evento histórico” entre ellas.
Para Lía, el amor para personas travestis parece un “secreto”, por lo menos el de pareja. Ella ha encontrado la ternura con sus amigas, con quienes le ofrecieron un techo cuando emigró de México. Entre ellas se cuidan, se aman, se acuerpan y acompañan: “Nos hemos vuelto nosotras nuestro espacio de encuentro, nuestras cuidadoras”.
Asimismo, la artista le preguntó a lxs participantes: ¿quién ama a una persona travesti? Desde su experiencia, ella cuenta que sólo quienes se esconden, quienes “hackean” al patriarcado y “traicionan” a su versión diaria para poder amarlas.
Un cuerpo travesti en el mundo heteronormado
Otra de las reflexiones que trajeron a la mesa fueron sus cuerpos: los cuerpos travestis, aquellos que salen de la norma, que juegan, que experimentan, que se expresan, se liberan y resisten. También, son aquellos los cuerpos que violentan, excluyen, discriminan y lastiman.
De esta manera, Iki Yos, narra cómo le traspasan las violencias, el desamor, la discriminación y el odio. Un ejemplo es el sector salud, donde prefieren ser reconocida como una mujer trans para obtener atención, puesto que cuando se nombran como personas travestís son violentadas.
Además, pareciera que sus cuerpos “no caben” en la sociedad actual, así lo señala Lía:
“Somos cuerpos que la norma invisibiliza, nosotras resistimos, pero ¿cuántas no se cansan del sistema que nos oprime”lo que para ella es un cuerpo:
Resignificando la cama
Una cama es más que un mueble, para las ponentes significa un espacio de descanso y tranquilidad. Es un lugar donde pueden soñar, llorar, reír y compartir. También pueden amar, encontrarse, maldecir y deprimirse.
Lía, explica que una cama es un privilegio para ellas, puesto que no saben cuándo tendrán que moverse de casa o hasta de país. Asimismo, no siempre tienen los recursos para poder comprarse una propia.
“Yo he dormido en varias camas, ninguna ha sido mía. Son de personas que me han abierto su hogar, de quienes les rento, de todxs menos de mí” declaró la artista.
Ambas ponentes preguntaron que significa la cama a quienes asistieron. Estas fueron algunas de sus respuestas:
“Yo veo la cama como un espacio donde nos sentimos seguros, puede ser la playa, un colchón, hasta el concreto de las calles”, compartió Sebas.
“Con todo esto creo que mi cama está en Veracruz, en donde veo a mi familia, donde soy feliz. Aquí solo tengo un colchón para dormir” expresó Grecia.
“La cama puede ser nuestro espacio para sobrevivir, para compartir con quienes estamos. Sin duda la cama deja de ser solo un mueble, se convierte en un espacio de deliberación y reflexión” sentenció Marcos.
Por tanto, Lía opina que la cama puede ser un refugio del mundo que les violenta. Por lo mismo, invita a todes a ser esa cama para la comunidad travesti.
Bajo ese mismo cuestionar Iki en “La ternura pasa por la cama ¿Cuántas travestis caben en tu cama?” , en el marco del Festival Trama, accionó su potencial poético para decirnos:
La cama es una tecnología somática-simbólica de la estabilidad heterosexual occidental, la patria del cuerpo binario-normativo, el hábitat hegemónico de la idea de la recuperación, digamos: es una de las escenas donde ocurre la cultura reproductiva y el lugar donde todos nos desvelamos intentando dormir. La cama es un ecosistema y yo no existo ahí. El mundo entero comenzaba a decirme concretamente que el amor en términos de relaciones erótico-afectivas era solo para quienes más se adaptaban al binarismo, a la cis-sexualidad, a la heterosexualidad.
Este último pensamiento fue retomado del Manifiesto Antirracista. Escrituras para una biografía inmigrante del escritor, periodista y activista de la disidencia sexual de origen dominicano, Johan Mijail.
Y bajo esta idea es que el conversatorio plantea “una conversación incómoda entre las sábanas”, y lo hace cuestionando cómo nuestros cuerpos y los lugares donde los posamos, la cama o el colchón, son: “lugares colonizados por la cisgeneridad que no dan cabida a la vida, ternura y los sueños travesti”.
Finalmente, para Iki Yos Piña -caribeñx, no binarix, sociólogx, escritorx, performer, y dibujante, “la resistencia trans será desde un amor desbordante o no será”:
Pues la verdad es que yo no tengo una cama, siempre duermo en el piso o en camas ajenas, pero no tengo una cama propia y nunca he tenido. Pero creo que esto me hizo pensarlo desde este lugar tan crítico y tan poético. De que también incluso es algo político exigir una cama propia para arropar a una travesti.