El gobernador y los medios

AMEDI JALISCO

Por Frida V. Rodelo / @frrodelo / @AmediJalisco

Foto: Roberto Hernández

El pasado miércoles 8 de diciembre, el gobernador del estado de Jalisco Enrique Alfaro ordena, en público, a un subalterno que deje de participar en lo que se conoce como una entrevista banquetera.

¿Qué es una entrevista banquetera? Se trata de un procedimiento rutinario para obtener información de la fuente sobre asuntos de interés público. En este caso, la fuente era el funcionario de mayor nivel en el tema sanitario en un contexto en el que el público está muy preocupado por los temas de salud.

¿Por qué es esto grave?

Primero, es grave porque de esta manera se obstaculiza el acceso a la información. Cuando hablo del derecho a la información me refiero a un derecho no de periodistas ni de medios, sino a un derecho de la ciudadanía. Es un derecho que las y los ciudadanos ejercemos indirectamente a través de profesionales a quienes llamamos periodistas y que suelen formar parte de organizaciones de medios.

Segundo, es grave porque quien obstaculiza el derecho a la información es el máximo funcionario a nivel estatal. Esto, pues, nos habla una vez más de la actitud del gobernante hacia los medios que critican al gobierno y nos preocupa por el poder que una persona de su jerarquía tiene para establecer el tono de las relaciones entre medios y gobierno, así como para determinar el nivel de apertura del gobierno en términos de transparencia y acceso a la información.

Este incidente no se da en el vacío, sino que hay variados antecedentes.

La Asociación Mexicana de Derecho a la Información Capítulo Jalisco , organización en la que participo, emite un comunicado el 24 de febrero de 2020 en donde se realiza un extrañamiento a partir de cinco diferentes incidentes de descalificaciones públicas hacia medios de comunicación por parte del gobernador del estado de Jalisco.

En estos incidentes, muy a la manera de Donald Trump, el gobernador Enrique Alfaro llama mentirosos a los medios, en un esfuerzo por posicionar “su” verdad. Es decir, cuestionando la información periodística y cuestionando a las instituciones que legítimamente proveen información sobre el acontecer a la ciudadanía, actitud denominada posverdad.

La postura de Alfaro, reitero, máximo funcionario con el poder de establecer la línea del gobierno que representa, también ameritó un trabajo dentro del informe de medios de comunicación y derecho a la información en Jalisco realizado por el observatorio Etius del ITESO. Fue un escrito de Luis Antonio González que de manera más amplia detalla estos incidentes.

También del mayor interés es la bitácora que el periodista Jonathan Ávila ha realizado y que detalla con fechas y descripciones 23 diferentes acontecimientos similares ocurridos desde su toma de protesta como gobernador (diciembre de 2018) hasta julio de 2021; así como 13 eventos previos a su gubernatura.

Pero si alejamos un poco más la mirada veremos que realmente las agresiones y el trato ríspido del gobierno estatal a los medios de comunicación y periodistas han sido comunes. Me atrevo a decir que a partir del proceso histórico de liberalización del periodismo mexicano estos tipos de episodios han sido más visibles, aunque han tomado diferentes formas.

Por ejemplo, durante el sexenio de Emilio González Márquez hubo un caso famoso de hostigamiento hacia periodistas realizado por un funcionario del gobierno estatal

Esto de las formas también tiene como trasfondo, por supuesto, la relación económica entre los medios y los gobiernos. En los últimos años hemos visto que el gobernador y su equipo han decidido que es más importante dedicar recursos al manejo de su imagen en las redes sociales que revisar el tratamiento informativo de los medios de comunicación tradicionales. Este cambio de prioridades se ha manifestado en la distribución del gasto público en medios y explica la visibilidad de estas denostaciones y obstaculizaciones al ejercicio periodístico. Agresiones que en un contexto diferente hubieran tomado otra forma.

Por otra parte, este último altercado del gobernador con los medios es diferente a otros en el pasado pues observamos la solidaridad y la organización de periodistas para de forma unida visibilizar este hecho, repudiar la forma que ha tomado esta relación entre los medios y el gobernador y solicitar el apoyo de otros actores sociales, como lo son los grupos de la sociedad civil organizada.

La solidaridad gremial en el periodismo es complicada no exclusivamente en México, también en otros contextos. La naturaleza política de esta actividad conspira contra la solidaridad.

Así, sabemos que es difícil observar que todas las personas periodistas se unan. Pero una solidaridad entre periodistas aunque sea incompleta contribuye a construir y revigorizar lazos para mejorar las condiciones de este gremio, el cual desempeña una importantísima función social.

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Impulsa la discusión pública sobre el ejercicio de las libertades de expresión e información y el derecho a la información, así como promueve el respeto, por parte de las instituciones gubernamentales y los medios de comunicación, de los derechos relacionados con la obligación legal y ética de garantizar a los mexicanos información veraz y objetiva sobre los asuntos de interés público.

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