La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que, por su rango de impacto, la contaminación acústica es la segunda causa de enfermedad por motivos medioambientales y una amenaza para la salud pública.
PAP Escucha México, cultura auditiva del ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara, llevó a cabo el Tercer Encuentro Internacional de Cultura Auditiva en el cual presentaron la conferencia; ‘’Contaminación acústica y sus consecuencias en grandes ciudades’’ con el objetivo de crear una cultura auditiva y visibilizar sus afectaciones y consecuencias.
Por Jacqueline López / @jacqueline_lope
‘’Una de las primeras causas de la contaminación acústica es la apatía y el desinterés o quizá la situación de la población en su conjunto de una creencia que se tiene mentalizada e interiorizada de que el ruido o la contaminación auditiva es parte y consecuencia de la vida urbana’’ explicó Jimena de Gortari, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SIN) y Consejera Ciudadana de la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial de la Ciudad de México, durante el Tercer Encuentro Internacional de Cultura Auditiva.
A decir de Jimena de Gortari, lo anterior provoca que cada día se produzca más contaminación auditiva. Por ello, consideró que es de suma importancia que las ciudades en México adecuen sus propios reglamentos de Protección de Medio Ambiente y Ecología, y apliquen la Ley Anti ruido, tal como lo hizo el Ayuntamiento de Guadalajara el pasado mes de julio.
Dicha ley busca trabajar en equipo con la ciudadanía para que se respeten los límites máximos permitidos de ruidos y contribuir a la disminución de la contaminación auditiva.
Hasta ahora, se ha constatado que la permanecía, la variedad y la diversidad de los sonidos han aumentado debido a que las ciudades “suenan todo el tiempo” y a que cada vez hay más fuentes contaminantes.
En ese sentido, explicó que, de acuerdo con el Gobierno de España la contaminación acústica puede definirse como la presencia en el ambiente de ruidos o vibraciones “que impliquen molestia, riesgo o daño para las personas, para el desarrollo de sus actividades o para los bienes de cualquier naturaleza, o que causen efectos significativos sobre el medio ambiente”.
‘’Todos somos responsables de mejorar acústicamente las ciudades, tiene que ser algo que tenemos que transversalizar’’ aseguró la consejera ciudadana durante su conferencia ‘’Contaminación acústica y sus consecuencias en grandes ciudades’’.
En su experiencia, pese a que día con día los y las ciudadanas se acostumbran a oír múltiples ruidos, las afectaciones de estos son graves, ya que, “no toda la ciudadanía escucha de la misma forma o modalidad”. De aquí que resulte importante prestar atención, cuidar, mejorar y ser conscientes del ruido que se genera como un asunto de corresponsabilidad, donde todos y todas son generadoras del sonido y ruido que se produce.
‘’No es tan fácil, como pensar solamente en leyes, en decibeles, sino que hay que pensar en la percepción y como habitamos los espacios a partir de la escucha y la cultura de escucha’’ aseguró Jimena de Gortari.
Causas del ruido urbano
‘’No podemos seguir funcionando como individuos únicos en el planeta, en donde creemos que lo que nosotros hacemos es música y el resto del mundo ruido”, mencionó Jimena de Gortari. Con ello, explicó que es de suma importancia identificar las diferencias entre: ‘’ruidos molestos’’, ‘’ruidos excesivos’’ y ‘’ruidos innecesarios’’, esta distinción podría ayudar a disminuirlos e, incluso, a evitarlos.
Los primeros son capaces de ocasionar molestias a personas de baja o normal tolerancia; los excesivos son el subproducto inevitable de una actividad necesaria para la vida, sin embargo, exceden el nivel sonoro; y finalmente los innecesarios son aquellos cuya producción es censurable ya sea en todo momento o en horarios específicos.
Además, es necesario reconocer cuáles son sus fuentes de origen. A continuación, se presenta un listado de causas que los generan:
- Actividades productivas; estas son fuentes muy contaminantes.
- Deficiencias de la red vial.
- Saturación del tráfico vehicular; es una de las principales molestias y quejas por ruido en las ciudades del mundo.
- Falta de control sobre el espacio aéreo: aviones y helicópteros.
- Creciente actividad recreativa, comercial y de la construcción.
- Hábitos y actitudes personales
Consecuencias de la contaminación sonora
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, (OMS) el nivel de sonido permitido al aire libre debería ser de 55 decibeles para considerarse un ambiente ‘’poco ruidoso’’; no obstante, tan solo el tráfico de la ciudad llega a producir de 70 a 80 decibeles provocando un ambiente ‘’muy ruidoso’’ mismo que tiene repercusiones directas y muchas veces irreversibles sobre la salud.
‘’Cualquier tipo de ruido o sonido va teniendo un efecto prolongado sobre el organismo’’ aseguró Jimena de Gortari.
Algunas de las consecuencias son: interferencias en la comunicación oral, reducción del rendimiento, estrés e, incluso, incremento en la mortalidad. Además, el ruido juega un papel importante en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y cerca del 3% de las muertes por enfermedades coronarias pueden ser atribuidas a esta contaminación, señaló la experta.
También puede tener impactos en los factores de sueño, en la capacidad auditiva, ocasionar dolores de cabeza, presión alta y fallos cardiacos, a su vez, afecta el estado emocional y, por supuesto, a todas las especies.
De acuerdo con diversos estudios, la contaminación sonora incrementa la actividad de la zona del cerebro involucrada en los procesos de estrés, ansiedad y miedo. También provoca mayor tendencia a actitudes agresivas, problemas de concentración, menor rendimiento escolar y laboral y problemas físicos como colitis, gastritis, úlceras, entre otros. Además, como parte de la tensión generada por el ruido aparecen contracturas y dolores musculares.
Por lo tanto, es urgente “seguir haciendo un trabajo de cultura, de visibilización donde se acepte que el ruido es un contaminante y hay que combatirlo es muy importante’’ aseguró Jimena.
Por ahora, advirtió que se debe trabajar en zonas de protección sonora que permitan limitar y reducir el número de personas expuestas al ruido, así como, fomentar medidas de protección a través de aislamiento acústico.
Finalmente explicó que sensibilizar o concientizar, escuchar, registrar, observar, medir, mapear, comunicar, analizar y regular son estrategias y puntos de suma importancia para la disminución de este tipo de contaminación.