Ante el acto de discriminación que sufrió una mujer el pasado 21 de octubre al amamantar a su bebé en la plaza comercial Gran Terraza Oblatos en Guadalajara, el Programa Integral de Lactancia Universitaria (PILU) llama a las empresas y a los tres nivel de gobierno a actuar en pro de los derechos humanos de las mujeres en etapa de lactancia.
Por Samantha Anaya/@Sam_An16
El jueves 21 de octubre, una mujer, mientras lactaba en el área designada para esta actividad en la plaza comercial Gran Terra Oblatos en Guadalajara, fue desalojada por personal de seguridad privada bajo la excusa de “haber terminado de alimentar a su bebé” y permanecer en el lugar sin una justificación. Por ello, integrantes del Programa Integral de Lactancia Universitaria (PILU) convocaron a realizar una tetada el día 23 de octubre para exigir respeto y garantía al derecho a amamantar.
Claudia Hernández, directora general del PILU, expresó en entrevista con ZonaDocs que frente a estos hechos queda pendiente aún la emisión de una disculpa pública hacia la madre afectada y a su bebé. Y es que, para las integrantes de PILU, el sector privado, el público y la sociedad deben comenzar a tomar injerencia en el tema y, sobre todo, “deben ser congruentes” con sus posicionamientos y acciones.
“Nuestros hijos tienen el derecho humano a recibir leche materna en cualquier lugar y en cualquier momento. También, estamos aquí para exigir una disculpa pública a la mamá afectada por haber sido agredida de manera discriminatoria, y también estamos aquí para exigir a la plaza que comience a capacitar y sensibilizar en el tema de lactancia a sus guardias de seguridad y a todo el personal que aquí trabaja”, expresa Claudia.
En su opinión, no basta con que se pronuncien abiertamente sobre el tema en el marco de la Semana Internacional de la Lactancia Materna y después se deslinden con sus acciones.
La directora de PILU expresó que lo sucedido en esta plaza comercial de Guadalajara pone sobre la mesa la urgencia con la que las empresas -como parte del sector privado- deben capacitar y sensibilizar a su personal en materia de derechos humanos; especialmente, “sobre cómo deben actuar ante la solicitud de una mujer que quiera amamantar en un espacio donde hay otras personas ajenas a ella”.
De esta manera, el PILU exhortó a las autoridades jaliscienses a promover una cultura de respeto y normalización del derecho internacional a la lactancia materna a través de la vigilancia del cumplimiento de las leyes, normas y reglamentos que ya protegen este derecho universal.
Para la organización, un acto como este no debería de tener lugar en un Estado democrático, donde además existen normativas, tanto de índole estatal como municipal, que definen la restricción o prohibición del acto de amamantar como una conducta discriminatoria.
Este caso ocurrido en la Gran Terraza Oblatos se suma a los ya documentados por la organización en Plaza Galerías y Plaza de la Tecnología en 2018, si bien, en estos eventos específicos se realizaron acciones de protesta como la tetada del pasado 23 de octubre, esto no quiere decir que sean los únicos, explicó la directora de PILU:
“Nos damos cuenta de estos casos porque la gente llega a la organización a contarnos que les ha pasado, pero hay muchos otros casos en los que no dicen porque no sabían que tienen un derecho. Por ello, tenemos previsto hacer una reunión con el gerente de la plaza, para volverlo a invitar a la capacitación, porque cuando se inauguró este espacio de lactancia en la plaza estuvimos capacitando, entonces, volver a venir”, agrega Claudia.
“Muchas mujeres no saben que tienen este derecho”
“Las organizaciones de lactancia nos hemos enterado de pocos casos, pero porque mucha gente no sabe que lo que les están diciendo va en contra de sus derechos, entonces nos damos cuenta que la información no nos llega a todas”.
Organizaciones como PILU han trabajado en los últimos años por visibilizar y normalizar la lactancia materna, de tal forma que se termine con el estigma que socialmente se le ha asignado. Desde tocar puerta por puerta y casa por casa, incluso, en el transporte público, las integrantes de este programa se han comprometido con difundir información sobre el tema. Aunque la pandemia ha condicionado algunas de estas acciones ahora, explicó Hernández, pretenden ofrecer asesorías gratuitas a empresas.
Sin embargo, Hernández comenta que lo primero y lo más importante es que “se deje de criminalizar a las madres que deciden amamantar a sus hijos e hijas en cualquier espacio público”.
De acuerdo con la directora general del PILU, el tema de concebir como negativo el que una madre ejerza su derecho a amamantar en público es un tema de cultura colectiva, “donde lo que hemos visto es que hay mucha más renuencia a aceptar la lactancia en público en niños mayores a 6 meses. Cuando son niños menores a 6 meses, hay un ‘apoyo’”.
Esta idea de “apoyar” la lactancia materna sólo si el o la infante tiene menos de 6 meses es incongruente, ya que parece que en el imaginario colectivo la lactancia termina cuando el o la bebé tiene esta edad, asegura Hernández.
“Pasa de ser un acto increíble, a un acto asqueroso, perverso y mañoso, por parte de la madre”.
Claudia indica que la mayoría de las mujeres que han acudido a pedir asesoría y comparten su historia con ellas se recriminan y cuestionan el hecho de haber decidido amamantar en un lugar público o frente a otras personas, piensan cosas como: “¡ay!, es que si no me hubiera sentado ahí”, “¡ay!, es que si no hubiera sacado mi pecho”, “¡ay!, es que si le hubiera dado de comer en el baño”.
Incluso, se encuentran en una situación en la que buscan justificar a sus agresores, tratando de darles la razón y/o buscando una para explicar lo que les acaba de suceder:
“Se ponen a ellas mismas en un papel (ni siquiera de víctimas), sino que se ponen en el papel de ser las culpables, de que ellas causaron que las trataran mal”, precisa Claudia.
Y no es para menos, advirtió Claudia, en medio de una sociedad en la que se sexualiza cada aspecto del cuerpo femenino:
“Suele verse con morbo a una mamá que amamanta a su bebé. Está indignación está sustentada por una idea que sexualiza los pechos femeninos, y que los ve como algo exclusivos y reservados para el placer masculino”.
Por ello, Claudia hace un llamado a los gobiernos y al sector privado a que se garantice realmente los derechos de las mujeres que son madres y se encuentran en periodo de lactancia; y a la sociedad a que deje de ver con morbo y como algo dañino para “el orden público” el que una madre amamante a su bebé en presencia de otras personas.