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“Hay una gran insensibilidad también producto de la misma ignorancia. A veces hasta justificamos, por ejemplo, en la cuestión de los feminicidios y la violencia contra las mujeres; hay una justificación cultural”, sostuvo.
Por Josué David Piña / Revista Espejo
Durante la pasada celebración de Halloween en Culiacán se hizo viral una fiesta en particular por una decoración al interior de una discoteca de la ciudad. Lo curioso es que al momento del desarrollo del evento nadie se percató de algo irregular sobre los elementos visuales en alusión a la festividad.
Tuvo que circular días posteriores en redes sociales los videos compartidos por los asistentes para que de parte de la sociedad se generara una reacción. Y es que a la empresa MC Diseña Eventos se le hizo una gran idea la simulación de cuerpos de mujeres envueltos en sábanas ensangrentadas representando actos de feminicidio.
El tema incluso fue objeto de debate entre los legisladores del Congreso del Estado el pasado jueves, quienes condenaron los hechos acontecidos en el antro KING, exhortando a la Fiscalía General del Estado proceder por apología del delito.
Entre las muchas aristas que se desprenden de un asunto que para muchos no debería tomarse tan enserio, y que los organizadores de la fiesta no deberían ser reprendidos tan severamente, es el grado de normalización de la violencia en que nuestra sociedad sinaloense está envuelta.
Sobre este último tópico en particular consultamos a la especialista profesora e investigadora de la Escuela de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Nayeli Burgueño, para que nos ayudara a entender este fenómeno social que se ha vuelto una constante en Sinaloa, ejemplificado en casos tan cotidianos como el del evento mencionado donde participaron principalmente jóvenes.
“A mí lo que me llama la atención principalmente es el nivel al que hemos llegado en la sociedad en la que vivimos, para que en una fiesta de jóvenes, con temática de Halloween, se traiga este tema tan fuerte, tan delicado; y que se haya naturalizado”, se cuestionó la académica.
Aún más, la académica se pregunta cómo una temática así puede ser algo “padre” o “chilo” en una fiesta de Halloween, confesando que es algo que le asusta por ser un fenómeno de violencia que se vive en una ciudad que se ubica entre las primeras 10 con más casos registrados de feminicidios en el país:
“¡Qué enfermos estamos!”, exclamó.
Comentó que esto último se explica por el hecho que en ese momento no haya habido una queja u observación hasta que se volvió mediático.
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“Me parece que en una sociedad con estos niveles de violencia, obviamente de parte del Estado es a través de una serie de reglamentaciones; prohibiciones, tipificando la apología del delito, etc.; pero por otro lado, veo también como que faltan estrategias, programas, precisamente para tratar de contener, revertir los niveles de violencia que existen en los jóvenes: que no solo sea con acciones coercitivas”, opinó.
La doctora Nayeli Burgueño considera la naturalización de la violencia como algo peligroso, considerando que las autoridades responsables en la materia deberían comenzar por reorientar sus acciones o políticas públicas dirigidas al respeto a las diferencias, a la diversidad; que sean parte de los programas escolares.
“Al rato, imagínate, vamos a encontrar una piñata con temática relacionada al contexto de violencia en el que se vive, no es recomendable naturalizar escenas de terror. Porque fíjate que si hay una gran insensibilidad también producto de la misma ignorancia. A veces hasta justificamos, por ejemplo, en la cuestión de los feminicidios y la violencia contra las mujeres; hay una justificación cultural”, sostuvo.
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Esta nota de publicó originalmente en Revista Espejo: