Fotografía de Junca photo. Carolina Gutiérrez Tapia en Just Dance México
Por María Teresa Gutiérrez Alfaro
La danza se prepara para regresar a los escenarios después de permanecer más de un año y medio detrás de los espectáculos virtuales y los entrenamientos en línea.
Esta expresión artística fue una de las más impactadas durante el contexto de la pandemia de COVID-19, de acuerdo con la encuesta Módulo sobre eventos culturales seleccionados (MODECULT) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). El estudio revela que la asistencia de la población a espectáculos de danza cayó de 12.1% en septiembre del 2020 a 1.5% en mayo del 2021, más de 10 puntos porcentuales.
Este sector se enfrenta al reto de recuperar a sus públicos y atraer más espectadores, con dinámicas de trabajo determinadas por las reglas sanitarias y el regreso a la nueva normalidad.
Enfrentándose a la pandemia: duelos personales y laborales en el sector artístico
A Tania Pérez-Salas bailarina, coreógrafa y dueña de su propia compañía de baile en Ciudad de México, la pandemia la ha obligado a luchar constantemente para conciliar, en la medida de lo posible, su vida personal y laboral. Ha vivido como duelos la cancelación de varios de los eventos que su compañía tenía preparados y, en casa, se ha enfrentado a la impotencia de no ver a sus hijos; por ello, reconoce que “la pandemia nos crea muchos cuestionamientos pero también nos damos cuenta de la enorme necesidad de estar en contacto con el otro”.
Durante la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de la COVID-19, un sector fuertemente impactado por la serie de medidas restrictivas de confinamiento, aislamiento social y cierre de espacios para la recreación fue el artístico cultural, pues sus actividades fueron las primeras en cesar y la últimas en reactivarse.
Para la danza, por ejemplo, estas restricciones trajeron consigo la cancelación de eventos y el cierre de recintos culturales, como le sucedió a la compañía de Tania, quien luego de permanecer abierta desde 1994, tuvo que cerrar sus puertas para atender el llamado de las autoridades del sector salud y el Gobierno federal. Ciertamente, relata Tania Pérez-Salas, desde hace 12 años, su compañía había atravesado por un periodo de inestabilidad económica, pero parecía finalmente lograr una reestructuración previo a la pandemia. Los planes de la compañía consistían en una gira a Estados Unidos y Canadá que permitiría el equilibrio económico tan deseado durante años, sin embargo, esta tuvo que posponerse indefinidamente.
La compañía tuvo que cancelar otros eventos, como el que se tenía previsto en el Centro Nacional de las Artes; Tania Pérez-Salas recuerda que, aunque llegó la escenografía ya no se permitió el montaje y no se logró consumar la presentación.
De acuerdo con el estudio Módulo sobre eventos culturales seleccionados (MODECULT) del INEGI, el porcentaje de asistencia a eventos culturales en la población urbana nacional de más de 18 años disminuyó casi 15% de 2019 a 2020, durante los inicios de la pandemia. La encuesta precisa que esta reducción se debe, en su mayoría, a la cancelación de las actividades artísticas.
Tania explica que, al inicio de la pandemia, no se imaginaron que el confinamiento duraría tanto tiempo, por lo que, cesaron actividades en espera de una pronta reactivación. Algo que no pasó. Al estar a la cabeza de la compañía continuó trabajando y buscando alternativas para lograr la reestructuración económica necesaria, concursando incluso, en convocatorias de iniciativas culturales para el financiamiento. Se encontró, entonces, inmersa en una dinámica agotadora: muchas horas frente a la pantalla, sin entrenamiento físico y sin conciliar su vida personal en este proceso.
Meses después, el gremio comenzó a adaptarse y vinieron los eventos culturales en línea. Al mismo tiempo, la directora de la Compañía Tania Pérez-Salas, al darse cuenta de que la situación duraría mucho más de lo que creían, comenzó a reanudar los ensayos en un formato en línea, continuó aplicando a las convocatorias culturales y también participó en algunos eventos virtuales.
Fotografía por María Teresa Gutiérrez Alfaro
La experiencia en las academias de danza y otros sectores artísticos
Los espectáculos de danza conforman una parte importante del sector cultural, cuyo consumo, antes de la pandemia, se encontraba por debajo del de otras expresiones culturales. El MODECULT devela que la asistencia a este tipo de eventos tiene el porcentaje más bajo desde el 2016 -en comparación con otros-, mientras que, durante los últimos cuatro años ha disminuido hasta llegar al 12.1% en septiembre del 2020.
Carolina Gutiérrez Tapia, bailarina de las academias Fama Talents Studio y Black Studio ubicadas en Ciudad México, también tuvo que tomar clases y entrenamientos en un formato en línea; sin embargo, ella no consiguió adaptarse del todo a esta dinámica, pues considera que, al ser una disciplina que involucra el trabajo con el cuerpo, en la modalidad remota no conseguía una corrección de los movimientos de manera óptima. Situación que llevó a muchos de sus compañeros y compañeras a abandonar la disciplina.
Esta bailarina ha tenido oportunidades laborales en distintos eventos relacionados con esta expresión artística y reconoce que dentro del entorno de trabajo la remuneración suele reflejar que se trata de “un arte infravalorado”.
De aquí quizá que, entre todas las artes, la danza se viera particularmente afectada. A esto se suma que durante la pandemia fueron prohibidas todas aquellas actividades que involucraban el contacto directo con otras personas. El MODECULT advierte que los espectáculos de danza cayeron significativamente con respecto a la asistencia de la población, alcanzando apenas 1.5% en comparación a 2019 donde se lograba una asistencia del 13%.
Carolina Gutiérrez Tapia comenta, también, que junto con el cierre de lugares y la cancelación de eventos, las oportunidades laborales se volvieron escasas, casi inexistentes.
Desde la perspectiva de esta bailarina el confinamiento impactó fuertemente el arte que ella ha elegido como carrera, pero no es la única que lo piensa, muchos bailarines y bailarinas perdieron empleos por la cancelación de eventos y la falta de condiciones para que se abrieran otras oportunidades laborales en este campo. Aunado a ello estudiantes desmotivados por la situación dejaron sus carreras y hubo pérdidas de empleo para algunos docentes de la danza.
Fotografía de José Jorge Carreón. Tania Pérez-Salas interpretando Biografía del deseo (coreografía por Tania Pérez-Salas).
La digitalización y la vuelta a los escenarios
La población conoce de la oferta artística, primordialmente, por medio de redes sociales, así lo documentó el MODECULT. De tal manera que, las expresiones artísticas tienen la necesidad de implicarse en el mundo digital para poder llegar a su audiencia.
El porcentaje de la población que conoce la oferta de espectáculos de danza por medio de redes sociales comenzó siendo del 29.4% en el 2016 (primer año en que se llevó a cabo el estudio), aumentando a más de la mitad de la población para el 2021. Por ello, Carolina Gutiérrez Tapia reconoce que las redes sociales han constituido un elemento fundamental para las artes, incluso, ahora más después de la pandemia.
Así, las actividades del sector cultural comenzaron a desarrollarse en el espacio virtual y, como los demás sectores, comenzaron a digitalizarse, esta vez de una manera más profunda. De acuerdo con Tania Pérez-Salas durante la pandemia se realizaron en su mayoría expresiones artísticas que fusionan la tecnología con la danza, como lo es la videodanza, donde el lenguaje de los movimientos dancísticos se mezclan con el audiovisual. No obstante, para ella estas formas no llegan para reemplazar el valor de la experiencia de un espectáculo presencial.
“La danza es un acto milagroso que tiene mucha luz. El presentar en vivo un cuerpo en un escenario proyecta algo muy especial, es un espejo de nosotros. Finalmente, aunque yo no me esté moviendo, una parte de mí se está moviendo. El público y el danzante están intercambiando energía y es una energía muy poderosa” expresó la coreógrafa.
Parece que las actividades culturales se reactivan pero han sufrido un fuerte impacto. Según el MODECULT, el porcentaje de asistencia a eventos culturales alcanzó apenas el 17% en mayo del 2021, marcando sobre todo una caída en las asistencias registradas en el mismo mes, pero en los años 2020 y 2021. Estos datos dejan en evidencia el reto que implicará la reactivación de estas actividades para el gremio de artistas.
En la actualidad, Carolina Gutiérrez Tapia está de vuelta en clases presenciales, dice que la reactivación se fue llevando poco a poco y que las oportunidades laborales comienzan a emerger de nuevo. Esta vez, principalmente, en dos tipos de danza: hip hop y burlesque, pues según explica estos estilos tienen “una oportunidad” en lugares nocturnos, los cuales, también acaban de reactivarse y buscan atraer a la juventud por medio de espectáculos de danza.
En cuanto a la compañía Tania Pérez-Salas, continúa buscando la manera de reactivarse económicamente, siguen con ensayos en línea, pero ya están preparándose para la presentación de la obra Ex-stasis, la cual tendrá lugar en noviembre del presente año en un formato híbrido.
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Este reportaje fue realizado en el marco del Bloque de Producción periodística convergente del Tec de Monterrey Campus QRO, del cual ZonaDocs fungió como socio aliado.