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La primera semana de actividades de la Sexta Brigada Nacional de Búsqueda en Morelos finalizó con un acto simbólico para dignificar una fosa irregular y la presentación del informe de actividades de la brigada anterior. Morelos evidencia el lento proceso para la identificación de cuerpos hallados
Texto y fotos: Heriberto Paredes / Pie de Página
MORELOS.- El panteón municipal de Tetelcingo lucía muy diferente a aquel momento de 2016 en que comenzaron las exhumaciones de 117 cuerpos. Con signos de tortura, maniatados, con ropa, sin necropsias y sin carpetas de investigación, estas personas enterradas en dicha fosa irregular son la prueba de que no sólo la violencia organizada desaparece cavando fosas clandestinas, también diferentes niveles de gobierno, funcionarios con nombre y apellido, son responsables de la desaparición de personas en total impunidad.
En México son pocas las autoridades que buscan realmente, muchas de las familias en búsqueda que acudieron este 2021 a la VI Brigada Nacional de Búsqueda se quedaron atónitas de la nula iniciativa para identificar cuerpos que permanecen en Semefos o que fueron exhumados y luego colocados en el panteón forense de Cuautla.
Edith Hernández Torres, hermana de Israel Hernández Torres, exhumado de la fosa de Tetelcingo e identificado en 2016 gracias a la coincidencia genética en un 99%, sin embargo, todavía tenía puesta una camiseta con el nombre de su negocio, “Materiales Hernández”. Pasaron 4 años antes de poder ser recuperado el cuerpo, comprobar su identidad y regresar a casa para recibir digna sepultura. «Tenemos dónde visitarlo, lo hacemos el día de su cumpleaños, cada día de muertos, pero hoy, regresar a esta fosa es algo que no habíamos terminado de concretar», comenta Edith.
De los 117 cuerpos exhumados en Tetelcingo tan sólo 15 han sido identificados y de los 84 cuerpos recuperados de Jojutla en 2017, fue hasta 2021 que se realizó el trámite burocrático de validación de perfiles genéticos, lo que colocó a los cuerpos –en palabras de Edith– «en un limbo» en un lento proceso que requiere la participación de distintas instituciones.
«Deben de sentarse en la mesa cuatro instituciones: la Universidad del estado, Fiscalía del estado, policía científica que ahora es Guardia Nacional y Fiscalía General de la República, simplemente a comparar la información, que son números, y decir si corresponde y tienen los mismos datos, hasta ahora es que van a compartir esta información con las familias y a agotar las coincidencias».
El pasado 15 de octubre de 2021, una comitiva de la BNBPD, compuesta por cerca de 70 personas, visitó, primero la comunidad religiosa de la parroquia de San Nicolás de Bari, ubicada en el mismo municipio, con el fin de realizar diversas actividades eclesiales y concluir con una caminata que tuvo como destino el panteón y la fosa irregular.
Inmersos en una nube de incienso, atravesada por los rayos del sol de la tarde, varios grupos de feligreses y personas integrantes de la BNBPD comenzaron a organizarse en las reducidas calles de Tetelcingo para comenzar a caminar los poco más de 2 kilómetros de distancia hasta el panteón. Algunos cantos comenzaban a oírse y el intenso color amarillo de flores de cempasúchil coronaba un acto de memoria, un acto de dignificación de la muerte.
Durante la caminata algunas personas se asomaban a través de las ventanas de sus casas, ya alejado de la población, el contingente avanzó entre pastizales, milpas y caminos de tierra hasta llegar a las puertas del camposanto. A pesar de la oposición inicial del responsable del lugar, la procesión ingresó hasta localizar los lotes que componen la fosa.
Una ceremonia religiosa, una ofrenda y la plantación de unas flores fueron los símbolos de un regreso, no para exhumar cuerpos, sino para honrar su memoria.
«Si no obligamos nosotros a las autoridades a trabajar, a hacer las cosas que deben y las hacen, tratan de hacerlo no bien, tratan de agilizar, de decir que están cumpliendo con las víctimas, pero no porque participen del lado de las víctimas; si no hubieran hecho las fosas mal, no habría esta situación. No nos están haciendo un favor, ellos tenían que hacer su trabajo antes y ahora, no se pueden colgar ninguna medalla», sentenció Edith al final de este solemne acto.
La búsqueda en campo reinicia este lunes en Morelos, donde la Brigada continuará con actividades hasta el próximo 24 de octubre.
Los resultados de la Brigada Nacional de Búsqueda de Personas en Veracruz
Como parte del cierre de actividades de la primera semana en Morelos, la BNBPD presentó un informe de la brigada anterior, realizada en febrero de 2020, en el norte de Veracruz y en la que participaron poco más de 400 personas, teniendo un gran impacto en alrededor de 6 mil 800 personas de la región.
En dicho documento, se explica en qué consisten los ejes de trabajo de la BNBPD y con ello muestra la complejidad de su modelo de intervención, el cual, va más allá de la búsqueda en campo, sobre todo teniendo como objetivo la no repetición de la desaparición.
Uno de los resultados de la búsqueda en campo es el hallazgo de 20 restos óseos humanos, así como la ubicación de 14 posibles puntos de centros de exterminio, o cocinas, como se les conoce localmente. En este sentido, uno de los logros más significativos de la Brigada es el establecimiento de un Mecanismo Extraordinario para la Búsqueda en la Región Norte del Estado de Veracruz, así como 6 intervenciones más a lo largo de 2020 y 2021.
Respecto al eje de identificación, cabe mencionar, que la BNBPD estuvo asesorada por físicos, arqueólogos y antropólogos forenses de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Equipo Mexicano de Antropología Forense (EMAF). Por su parte, el eje de búsqueda en vida visitó 5 Centros de Readaptación Social, en 5 municipios, y logró trabajar en sensibilización de 1,425 personas internas.
El eje de iglesias visitó 6 municipios, organizando 16 espacios de sensibilización en 9 iglesias católicas y 2 evangélicas, así como 2 marchas pacíficas, impactando alrededor de 1,900 personas directamente.
A manera de conclusión general, el informe señala puntualmente las «preocupaciones transversales en torno a la falta de sensibilización a funcionarios y funcionarias de todos los niveles de gobierno, la insuficiencia de recursos materiales y humanos para que las instituciones puedan cumplir debidamente con su trabajo, el incumplimiento de los protocolos institucionales existentes y las limitaciones de los mismos, las bases de datos incompletas y mal sistematizadas, así como la continua revictimización de las familias. Todo lo anterior lo identifica la Brigada como resultado de la ausencia de voluntad política para atender integralmente esta crisis humanitaria».
Tita Radilla, hija de Rosendo Radilla, desaparecido en 1974, comparte en el prólogo su preocupación por el aumento de la desaparición y la violencia en México:
«Tenemos que cambiar la situación. Todo tiene que ser distinto. Ya no podemos más. Es terrible lo que está sucediendo en este país. Cuando fue desaparecido mi padre, quedaron 1,200 personas que fueron víctimas de la desaparición, pero hoy se habla de más de 92,000 familias. ¡Cuántos niños, cuántos jóvenes, cuántas familias destruidas, destrozadas! No nos podemos seguir destruyendo…».
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Para consultar el informe completo se puede acceder al siguiente enlace: https://bit.ly/3DT2yYi
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Este texto se publicó originalmente en Pie de Página: