Asuntos del Sur
Por Fiorella Wernicke / Directora Relaciones Institucionales Asuntos del Sur
Coordinadora de Alianzas ImpactaLatam
Es frecuente toparnos con la leyenda “evaluación de impacto” en algunos sitios específicos o escuchar en boca de algunxs que se nombre una y otra vez, hasta prácticamente desgastar el concepto. Ahora bien, ¿es realmente importante la evaluación de impacto? ¿por qué la nombramos mucho y la implementamos poco?
Seguro que, a la altura del año en la que nos encontramos, muchxs de ustedes están cerrando proyectos y aplicando a algunos nuevos; qué mejor que encontrar evidencia sobre la irrelevancia de la medición de impacto en este contexto, ¿verdad? Lamentamos informarles que no será esta nota la que les genere esa satisfacción, pero, si todo sale bien, podremos acercarles al maravilloso mundo de la evaluación de impacto en América Latina.
“Lo que no se mide, no existe” fue la primera premisa de ImpactaLatam, bajo la cual logramos unir a 15 organizaciones de la sociedad civil que trabajamos en democracia, gobernanza y derechos humanos en 10 países de América Latina, con un único objetivo: autoevaluar nuestro impacto y no fracasar en el intento
La COVID-19 representa, en América Latina, una crisis de múltiples dimensiones: sanitaria, económica, política, social y ambiental, entre otras. En este contexto de desaceleración económica, una tasa de pobreza del 33.7% (CEPAL) y malestar generalizado, el binomio Estado-sociedad se configura con una ciudadanía activa (veeduría, protestas) y gobernantes que deben demostrar su capacidad de gestión en conjunto con equipos e instituciones que no siempre parecen estar a la altura de las circunstancias.
En este sentido, resulta apremiante que las organizaciones de la sociedad civil nos unamos para intercambiar prácticas, apoyarnos y co-construir herramientas ágiles que permitan identificar y poner en valor el impacto social que estamos generando con nuestros proyectos. Una correcta medición no solo permite marcarnos el camino sino, también, recalcular a tiempo para ajustar lo necesario a los efectos de mejorar el proceso.
Evaluación de impacto, herramientas y comunidad. La versión corta de la historia
Desde ImpactaLatam nos propusimos generar metodologías ágiles y de bajo costo para que, finalmente, las organizaciones de América Latina cuenten con herramientas pensadas, diseñadas y ajustadas a sus prácticas y necesidades.
El resultado fue un toolkit de seis pasos para la evaluación de impacto que permite a las organizaciones implementarlo de forma integral o identificar cuestiones específicas frente a las que tienen debilidades.
La herramienta está pensada para organizaciones que busquen conocer el impacto de sus prácticas y sus proyectos, que estén dispuestas a transformar y mejorar procesos; organizaciones que pretendan monitorear y sistematizar; aquellas que se permitan dudar y adaptar a tiempo para lograr su verdadero objetivo; está pensado para lograr prácticas genuinas, una implementación directa (sin necesidad de consultores) y que vaya más allá de los pedidos de financiadores. No hay mucho lugar para la duda o el miedo, podemos asegurar que es un camino virtuoso pero hay que atreverse a dar el primer paso.
¿Cómo hacerlo? Nuestro camino fue trabajar en equipo, intercambiar buenas y malas prácticas, entender qué era lo que no estábamos pudiendo implementar (aunque todxs hubieramos leido manuales de evaluación de impacto), generar sinergias entre organizaciones, consolidar el trabajo en red e identificar elementos de la cultura de evaluación de impacto en América Latina.
A medida que nuestro trabajo avanzaba, logramos fortalecer las capacidades de evaluación de impacto de las organizaciones participantes, derribar mitos y superar obstáculos, así como constatar que el trabajo en red potencia nuestros impactos.
Por todo esto, si dudaste o buscaste complicidad frente a la pregunta “¿es realmente importante que nuestros proyectos tengan impacto?”, te recomendamos que visites impactalatam.org y explores todas las posibilidades. Medir el impacto es factible, no tiene que ser aburrido, imposible y, mucho menos, costosísimo.
Anímate, ¡te esperamos!
