La estación de servicio y distribución de gas LP que se construye en la esquina de Av. Revolución y la calle Dr. Silverio García en Guadalajara incumple con los requisitos de operación porque a su alrededor hay centros escolares y otras gasolineras. Además, se encuentra en una zona de peligro geológico y de inundaciones.
Los posibles riesgos y la falta de información han unido a los y las vecinas de las colonias Obrera, Unidad Modelo y Real a exigir la clausura y desmantelamiento de la gasera.
Por Ximena Torres / @ximena_tra
En la esquina de Avenida Revolución y la calle Dr. Silverio García en Guadalajara se construye una estación de gas licuado de petróleo (gas LP) que no se ha socializado con los vecinos de las colonias aledañas, su construcción inicio de manera irregular y por su ubicación, incumple con los requisitos de operación.
Desde hace dos meses los y las habitantes de las colonias Obrera, Unidad Modelo y Real se percataron del inicio del proyecto a cuatro cuadras de la Plaza de la Bandera, pero fue hasta el miércoles 25 de agosto cuando supieron que se trataba de un punto de distribución para abastecer tanques de vehículos que utilizan este tipo de gas como combustible. Reconocieron la bomba dispensadora a través de las rasgaduras en los plásticos negros que cubrían el interior del predio.
De inmediato el presidente de colonos de la colonia Obrera, Raymundo Castorena, reportó lo que sucedía a la Dirección de Inspección y Vigilancia de Guadalajara. Al día siguiente, el jueves 26 de agosto, la dependencia puso sellos de clausura en el lugar con el argumento de que el proyecto no tenía la “Licencia de Construcción para estaciones de servicio” señalada en Reglamento para la Gestión Integral del Municipio.
Sin embargo, eso no detuvo a quienes trabajan en la construcción de la gasera, pues el mismo día entraron al terreno a hacer más instalaciones. Inspección y Vigilancia volvió y colocó dos sellos más.
En respuesta, el viernes 27 de agosto los y las vecinos de las tres colonias mencionadas de Guadalajara se manifestaron afuera de este lugar. En el alambrado colgaron pancartas que mostraban su rechazo a al proyecto.
Imagen cortesía vecinos contra la gasera de Av. Revolución.
Desde entonces su exigencia primordial es la clausura y el desmantelamiento total de la estación, pero también piden transparencia sobre el proyecto. Explican que nadie les consultó al respecto y que, por eso, no tienen idea de cómo serán las instalaciones o la magnitud de lo que se construye.
El lunes 30 de agosto Raymundo Castorena entregó un oficio al Ayuntamiento de Guadalajara en el que plasmó las demandas de las y los vecinos. Dos semanas después, el 9 de septiembre, les hicieron saber que el asunto correspondía a la Dirección de Obras Públicas del Municipio.
“Nunca tuvimos una socialización para conocer el proyecto. Entonces no sabíamos ni qué estaban haciendo, porque además no hay permisos de nada” dice Raymundo.
La falta de información ha provocado mucha incertidumbre sobre los riesgos que la gasera puede implicar para los y las habitantes de las colonias, los centros escolares y todos los inmuebles que están a su alrededor. Entre los escenarios más catastróficos los vecinos prevén incidentes como fugas de gas que, por pasar inadvertidas, provoquen explosiones e incendios.
“No queremos otro 22 de abril” dice Ana Rosa Pérez, presidenta de colonos de Unidad Modelo, en referencia a las explosiones ocurridas el 22 de abril de 1992 en el sector Reforma de Guadalajara por fugas de gasolina en el sistema de alcantarillado.
Imagen cortesía vecinos contra la gasera de Av. Revolución.
Sin embargo, los y las vecinas también temen que la estación de gas LP origine la devaluación de sus viviendas, perjudique su estructura o aumente las vulnerabilidades ambientales en la zona.
“Mucha gente ya está queriendo vender sus casas. Dicen que si se instala la gasera van a vender, aunque tengan que darla más barata. Prefieren la seguridad” agrega el presidente de la Obrera.
Más allá de los temores, la construcción de la gasera debe detenerse porque su funcionamiento incumpliría con lo establecido en el Reglamento para la Gestión Integral del Municipio de Guadalajara y en la Norma Oficial Mexicana NOM-003-SEDG-2004 sobre Estaciones de Gas L.P. para Carburación, Diseño y Construcción.
Como primer impedimento, el Reglamento dice en su Artículo 121 Quáter que por cada estación de servicio para la venta y suministro de combustibles como gasolina o gas L.P., se debe establecer un área de protección y amortiguamiento de 500 metros a la redonda. Esa área no puede sobreponerse a la de otra estación.
En el lugar donde ahora se construye la estación de gas LP hay dos gasolineras cercanas. Una a 220 metros, casi llegando a la Plaza de la Bandera y otra a 300 metros en dirección contraria, en la esquina de Av. Revolución y la calle Domingo de Alzola.
Justo frente al predio de la gasera también se ubica el Colegio Anáhuac Revolución. El Reglamento también dice, en el Artículo 121 Decies, que el área de trabajo de la estación de servicio –donde se encontrarán los dispensarios para la recarga de tanques– debe estar a una distancia mínima de 75 metros de cualquier inmueble donde se reúnan más de 100 personas a la vez. La separación del colegio y la gasera es de solo 50 metros.
De igual manera, la distancia mínima de resguardo con respecto a vías férreas debe ser de 30 metros, pero la Línea 3 del Sistema de Tren Eléctrico Urbano, el Tren Ligero, recorre Av. Revolución en esa zona.
Imagen cortesía vecinos contra la gasera de Av. Revolución.
Por su parte la NOM-003-SEDG-2004 dice que, si la estación de gas se encuentra en una zona susceptible a inundación, se deben tomar las medidas necesarias para proteger las instalaciones. Esas consideraciones son necesarias para el proyecto de Av. Revolución y la calle Silverio García porque el Plan Parcial de Desarrollo Urbanode la zona (Distrito 5 Olímpica, Subdistrito 5 Tecnológico) indica que el predio está en un punto de inundación.
La norma y el reglamento también indican que no debe haber líneas eléctricas de alta tensión que crucen la estación, que debe haber una distancia mínima de 5 metros entre las instalaciones y edificios habitacionales y de 100 metros de pozos de extracción de agua o redes primarias para el sistema de abastecimiento de agua.
Los y las vecinas explican que en otras ocasiones en las que han reportado irregularidades a Obras Públicas de Guadalajara y a Inspección y Vigilancia, las direcciones no han actuado según lo estipulado en los reglamentos y leyes del municipio.
Resaltan la construcción de la Línea 3 del Tren Ligero, que se llevó a cabo a pesar de que el Plan Parcial de Desarrollo Urbano indica que las colonias se encuentran en una zona susceptible a inundaciones, de peligro geológico, de muy alto grado de vulnerabilidad ante un sismo y de peligro alto por la antigüedad en red de agua potable.
“Le exigimos al gobierno que nos dé una respuesta clara y concisa, que no haya compadrazgos y, sobre todo, que el dinero no vaya a abrir las puertas para ejecutar la obra” dice Ana Rosa Pérez, presidenta de colonos de Unidad Modelo.