Alejandra de 15 años y su hermana Sofía de 7 años salieron de la escuela y caminaban juntas de regreso a su casa cuando una camioneta abrió sus puertas y descendieron varios hombres. Las golpearon y obligaron a subir al vehículo. Les vendaron los ojos. Las amarraron de pies y manos. Las forzaron con más golpes y gritos a no llorar, a mantenerse en silencio.
Alejandra (nombre ficticio utilizado para resguardar su identidad, al igual que el de Sofía, su hermana) escuchó que los delincuentes planeaban entregar “mercancía” a otro grupo criminal. Al poco tiempo, se enteró que ellas eran el “producto a vender”. Escuchó que el otro bando delictivo no llegó a la cita y, por ello, las asesinaron por ser “mercancía dañada”.
En los últimos 15 años se ha triplicado el número de menores de 18 años que son víctimas de trata en el mundo. Una de las modalidades que más se replica es la explotación sexual, la cual consiste en maltratar, abusar o sacar ventaja de alguien con afán de lucro o beneficio personal, implicándole en la prostitución o en actividades de comercio sexual.
México ocupa el primer lugar en abuso sexual infantil, con 5.4 millones de casos colectivos, a pesar de que se calcula que sólo se denuncia uno de cada 100 casos, esto de acuerdo a estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Por su parte, Jalisco es uno de los primeros estados en delitos de abuso sexual infantil en el país, y de Latinoamérica. Dentro de la entidad, la mayor incidencia de casos se ha detectado en la Zona Metropolitana de Guadalajara, Puerto Vallarta, Ajijic, Chapala y Jocotepec.
“Víctimas de trata en Jalisco: entre el silencio, el olvido y la impunidad” de Adriana Navarro Ramírez .