A 11 años de que 72 migrantes fueran asesinados y torturados con extrema crueldad en San Fernando, Tamaulipas, la justicia aún no ha llegado para ellas, ellos y sus familiares.
La Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho en colaboración con organizaciones aliadas en los diversos países comunicaron que, la lucha por la justicia continuará, ya sea en México o afuera.
Y es que, por más de una década la impunidad ha imperado, frente al dolor de 72 familias que ya no conocen la paz y la tranquilidad.
Por Jacqueline Lopez/ @jacqueline_lope
Fotografía de portada Mario Marlo / @mariomarlo
Han pasado 4 mil 015 días del hallazgo de 72 víctimas migrantes de la masacre de San Fernando, Tamaulipas, 72 personas que iban de paso por México con el único objetivo de una vida mejor para ellas y para sus familias.
Desde entonces, siguen al menos 9 restos sin identificar, 7 restos pendientes de exhumación y solo 15 personas consignadas por los hechos, de los cuales hay cero sentencias. Además, sigue sin garantizarse la reparación integral del daño para las víctimas, ni garantías de no repetición y, mucho menos, ha existido una respuesta gubernamental trasnacional para la justicia y la verdad.
Es por ello que, para las y los familiares de los hombres y mujeres víctimas de la masacre, la lucha continúa, pues el dolor no sana y la herida permanece. Buscar respuestas y justicia se convirtió en su objetivo principal a lo largo de 11 años, sin embargo, solo han logrado coleccionar promesas que siguen sin cumplirse.
“Queremos ver la justicia que han prometido y no han podido cumplir” son algunas de las palabras que expusieron a través de un comunicado los familiares de las y los 72 migrantes; aunque ya han pasado 11 años para ellas y ellos sigue siendo como el primer día, incluso, hay quienes todavía continúan sin tener los restos de sus seres queridos pese a que estos fueron encontrados en el 2010.
Los avances en 11 años han sido mínimos y la falta de justicia provoca el desgaste físico y emocional de las y los familiares, sentires a los que se suma la frustración de encontrarse en otro país:
“Deberíamos de pegar gritos, tal vez así nos escuchan, México está en deuda con nosotros” mencionaron las y los familiares, quienes aseguraron respaldadas por la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho y demas organizaciones en Centroamérica que no están dispuestas a dejar de pedir justicia.
Finalmente, recalcaron que su exigencia sigue siendo la misma que en el 2010: voluntad política para que esta y otras masacres de personas migrantes sean investigadas por una comisión especial con el apoyo de organismos internacionales, pues solo de esta forma se podría atender todas las deudas que se tienen pendientes con las y los familiares de las víctimas, otorgándoles “verdad, justicia y reparación del daño”.