En Lagos de Moreno, Jalisco, las desapariciones de menores de edad representan el 8.5% de todas las víctimas de este delito en la ciudad; Mauricio Rodríguez Ramos de 15 años es uno de esos adolescentes que salieron de su casa junto con sus amigos y ya no regresaron.
A un año de su desaparición, el 4 de agosto de 2020, su madre, la señora Maribel, ha hecho lo imposible por traerle de vuelta, mientras reclama a la sociedad y a las autoridades empatía y solidaridad.
Y es que, no le ha quedado de otra como a muchas familias de jóvenes que no rebasan los 17 años y que han sido víctimas de una desaparición, pues el mecanismo de supuesta búsqueda inmediata de menores de edad, Alerta Amber, nunca publicó su ficha y tiene al menos seis meses sin comunicarse con ella para preguntarle, por lo menos, si ya encontró a su hijo.
Por Dalia Souza / @DaliaSouzal
La señora Maribel es madre de Mauricio Rodríguez Ramos, joven originario de Lagos de Moreno, Jalisco desaparecido el 4 de agosto de 2020, cuando tenía apenas 15 años. Estaba a punto de ser admitido nuevamente en el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP) cuando todo en su vida y en la de su familia se detuvo indefinidamente.
Su madre, recuerda que apenas unos días después de su desaparición le llamaron por teléfono para decirle que su hijo tendría que presentarse a la escuela, no tuvo más que contestarles: “a quién les mando, si no lo tengo”.
Mauricio es el primero de sus dos hijos y también un miembro muy amado dentro de la familia Rodríguez Ramos. Nadie, ha dejado de preguntar por su paradero, de cuestionarse una y otra vez, por qué a él: “no comprendemos por qué estamos en esta situación, ni comprendemos lo que estamos viviendo”.
Era martes cerca de la 1:00 p.m. cuando salió de su casa en el Fraccionamiento Misión de San Juan junto a otros tres jóvenes a quienes consideraba sus amigos, pero fue el único que no regresó.
A partir de ese momento, la señora Maribel no ha dejado de buscarle, dice “tanto en vida, como en muerte”, pues reconoce el contexto de violencia que rodea al estado y a su ciudad, así como, el desbordamiento de los casos y la ineficacia de las autoridades para buscar a quienes en sus casas se convirtieron en ausentes tras una desaparición.
Lagos de Moreno en los últimos 10 años se ha convertido de a poco en uno de los municipios al interior del estado con mayor índice de desapariciones, homicidios y violencia. Su colindancia con otros estados como Aguascalientes y Guanajuato deja en evidencia los conflictos que mantienen los grupos criminales por el territorio y que cuestan caro a cientos de familias en la Región de Los Altos -norte y sur-.
Luego de los municipios de la Zona Metropolitana de Guadalajara (Guadalajara, Zapopan, Tlajomulco de Zúñiga, San Pedro Tlaquepaque, Tonalá y El Salto) y Puerto Vallarta, Lagos de Moreno se posiciona como la octava ciudad con más desapariciones en todo Jalisco con 374 casos, aunque podrían ser más debido a la cifra negra.
De estos, el 8.5% (32 casos) corresponden a menores de edad entre los 0 y los 17 años, el otro gran porcentaje, el 40.6% (152 casos), representa a quienes tienen entre 18 y 27 años.
Por esta razón, cuando Mauricio ya no regresó, explica la señora Maribel, comenzó a buscarle casi de manera inmediata. El 5 de agosto interpuso la denuncia, al hacerlo le preguntaron cosas básicas como qué ropa llevaba ese día, a qué hora se le vio por última vez, incluso, absurdamente, si existía un motivo para que él decidiera irse de su casa voluntariamente.
Después, hizo un reporte al 911.
Cuando fue canalizada al área de Alerta Amber, mecanismo especializado en la búsqueda inmediata de menores de edad, le dijeron que la ficha de su hijo no sería difundida por el momento, pues le aseguraron que podría tratarse de un secuestro y que eso implicaría un riesgo para su seguridad. Ninguna de las dos cosas ha sucedido, explica la señora Maribel, nadie se comunicó para pedir un rescate y tampoco han difundido la cédula de búsqueda de su hijo a un año de su desaparición:
“Se hizo el reporte a Alerta Amber, sin embargo, yo he estado peleando en Fiscalía porque hasta la fecha no se hizo pública su cédula de Alerta Amber. Supuestamente me recalcaron que no la hacían pública por su seguridad, que por sí se lo hubieran llevado secuestrado, o porque si fueran a pedir algún dinero para rescatarlo, que por eso no la hacían pública. Pero no sucedió ni lo uno ni lo otro, ni se comunicó conmigo nadie, ni se ha hecho pública la ficha de mi hijo”.
No entiende cómo interponer una denuncia por la desaparición de una persona, en este caso de su hijo, un menor de edad, es igual a “dejar de existir”: “no entiendo por qué no le dan seguimiento, por qué pasa el tiempo y se olvidan, como que ya no existes, como que piensan “déjenlo por la paz, si ya no apareció””.
Desde hace al menos seis meses, afirma, Alerta Amber no se ha comunicado con ella, no le hablan por teléfono para proporcionarle nueva información y mucho menos, para saber si ella tiene algún dato sobre el paradero de Mauricio:
“Desde hace seis meses, como desde el 2020, más de medio año. Antes sí me hablaban bien seguido de diferentes dependencias de ahí de Alerta Amber porque eran diferentes personas las que me llamaban, pero ahora ya ninguna”.
A la señora Maribel le ha quedado claro que la autoridad no tiene intenciones siquiera de encontrar y traer de vuelta a su Mauricio, por ello, ha convocado a marchas y se ha unido a otras familias que como ella mantienen viva la esperanza de traerles de vuelta desde el accionar colectivo y ciudadano. Ha ido a las dependencias forenses del estado de Aguascalientes y de León, Guanajuato, también ha rastreado en las bases de datos de personas fallecidas sin identificar del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) en Guadalajara porque asegura que, ahí en la delegación del (IJCF) en Lagos de Moreno, no hay voluntad para dejarles entrar.
Maribel, madre de Mauricio colocando una loseta de búsqueda con su rostro en la Glorieta de las y los Desaparecidos en Guadalajara
Sólo así ha conseguido, por ejemplo, tener acceso a su expediente de búsqueda, el cual le fue negado durante el primer mes de búsqueda. En aquel momento, recuerda, tuvo que salir a marchar para reclamar a las autoridades el derecho que por ley le corresponde. A partir de esa fecha nada se le ha negado, aunque reconoce, que en este año ha cambiado al menos tres veces de ministerio público, lo que ha entorpecido y retrasado de sobremanera la investigación:
“A partir del 2 de septiembre no se me ha negado nada en Fiscalía, voy a pedir información, se me proporciona, quiero saber los avances, se me proporcionan, sé quién es mi ministerio público, pero en el tiempo que va la desaparición de Mauricio ya van tres veces que me cambian de Ministerio Público y es volver a empezar otra vez”.
Como lo han advertido otras familias de personas desaparecidas en el municipio, en su opinión, lo que hace falta es una Policía Investigadora exclusiva que se dedique a buscar a sus desaparecidos y desaparecidas en Lagos de Moreno; ya que, al tratarse de una delegación regional, la atención de las autoridades no sólo se divide en los centenares de delitos que atienden, desde robo de vehículos hasta abigeato, sino que, se dispersa en todas las ciudades que integran la región Altos Norte:
“No se dan abasto con tantos casos que les llegan. Toman un caso, descuidan otro. Esa es la primera exigencia que tenemos, que nos manden una policía investigadora exclusiva para Lagos de Moreno y para el área de desaparecidos, para que así no haya pretexto de que nos digan “no tenemos el tiempo porque tenemos que cubrir otra dependencia”. Así sabemos que ellos están exclusivamente para atender a nuestro municipio”.
Mauricio Rodríguez, padre de Mauricio Rodríguez Ramos en una marcha por las y los desaparecidos de Lagos de Moreno, Jalisco
Sobre el caso
En medio de este contexto, la señora Maribel ha hecho todo lo que está en sus manos y más para ofrecerle a la autoridad la información que requiere para dar con el paradero de Mauricio, para “facilitarles” la tarea y aun así no es suficiente:
“Arrastrando todo eso de que no son exclusivos para el municipio, se limitan en su búsqueda. Por ejemplo, en mi caso les he llevado muchas pistas y desgraciadamente, ni así veo avances en la investigación de mi hijo”.
Ha pedido a los tres jóvenes que iban junto a Mauricio el día que desapareció que hablen, que le ayuden a encontrarlo, que está en sus manos avanzar en esta búsqueda por traer de regreso a quien les consideraba sus amigos:
“Los tres muchachos él los consideraba sus amigos, aquí se la vivían con él. Dos de ellos son vecinos, uno más vivía cerca de la colonia. Aquí se la vivían, aquí se juntaban afuera de mi casa junto con mi hijo. Aquí hacían sus reuniones…”
Y es que, si bien, en ese momento dos de los tres jóvenes eran menores de edad, ahora sólo uno lo es y está segura de que ellos pueden ofrecer pistas valiosas para saber en dónde está su hijo. Hay formas, explica, para hacerle llegar la información sin que nadie lo sepa, un anónimo o un mensaje por debajo de la puerta, ella sabrá que hacer con él, sólo quiere a Mauricio de vuelta:
“Yo le hago hincapié a esas personitas que iban con él que, yo sé que ellos no son culpables, posiblemente, ellos también fueron víctimas. Yo les pido que tengan un poquito de compasión a nosotros como familia, que se pongan en nuestros zapatos, de nuestro sufrimiento, de nuestro dolor como familia por lo que estamos pasando, y si ellos saben algo por más mínimo que sea de qué fue lo que le pasó a Mauricio o por la razón por la que ya no regresó a casa que nos lo hagan saber.
Yo no digo que vengan y me lo digan personalmente, pero hay muchas formas de hacer llegar una información, un anónimo, un mensaje, un papel hasta por debajo de la puerta, yo me he cansado de mandar mensajes en las redes sociales, de suplicar, de pedirles que nos ayuden a saber qué pasó con mi hijo.
Yo me pongo en su lugar y digo, quizá tienen miedo, pero me duele que yo me los encuentro por la vida y los veo como si nada, no puede ser que no se conmuevan de mi dolor.
Les suplico que si ellos, por más insignificante que tengan una respuesta de por qué le pasó esto a mi hijo que me lo hagan saber para yo como madre pueda sobrellevar este dolor que llevamos día con día”.
A un año de la desaparición de Mauricio y en la espera del milagro más grande, le pide a las demás familias que tienen un hijo, hija, hermano, hermana, madre o padre desaparecido o cualquier ser querido ausente que se unan a su lucha, que no les dejen solas y que salgan a la calle a marchar, a alzar la voz para exigir a las autoridades “que hagan su trabajo, para que den con nuestro ser querido”:
“Ya no pedimos el milagro de encontrarlo vivo, pero que nos lo entreguen como sea para tener nosotros un poco de paz y seguir adelante, porque no nos queda de otra.”