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En lo que va del año, suman 41 menores migrantes no acompañados que han desaparecido mientras se encontraban bajo custodia de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Chihuahua. Mientras tanto, se calcula que el 13 por ciento de las víctimas de trata en nuestro país son mujeres y niñas extranjeras, principalmente centroamericanas
Por Karen Cano/La Verdad Juárez
Juana Alicia y Daniela Alejandra tienen 17 años; Yajaira, Juana Macario, Elizabeth y Juana Marleny, 16; Maricela, 15 y Elsa, 14 años. Todas son migrantes no acompañadas reportadas como desaparecidas por los albergues donde se encontraban resguardadas y bajo la custodia del Estado en Ciudad Juárez.
Los reportes de ausencia de las ocho adolescentes procedentes de Centroamérica se activaron de manera escalonada entre el 17 y el 25 de julio, de acuerdo con datos oficiales.
Las autoridades de Chihuahua las buscan con pesquisas donde reportan que las adolescentes “salieron sin autorización” del lugar en el que se encontraban a la espera de ser reunificadas con sus familias en Guatemala, Honduras y Nicaragua, tras su fallido intento de cruzar a Estados Unidos.
“Su trámite ya estaba resuelto, solo estaban en espera de ser trasladadas a sus ciudades de origen, se determinó que no corrían riesgo, se habló con sus familias y eso fue lo que pidieron (…) fueron canalizadas, pero al final del día decidieron salir del albergue”, dijo José Alfredo Villa Sánchez, director del Centro de Asistencia Social para la protección de Niñas, Niños y Adolescentes (NNA) en Situación de Migración “Nohemí Álvarez Quillay”.
Ese albergue reportó la desaparición de Juana Macario Cocinero, de Guatemala, a quien no se localiza desde el pasado 20 de julio. Las otras adolescentes se encontraban en YMCA, de donde Maricela Tol Tzoc, Juana Marleny Ceto Cabo, Elizabeth Cuin Mejía, Daniela Alejandra Salcido Sierra y Juana Alicia Tol Tzoc desaparecieron el 17 de este mes, mientras que Yajaira del Carmen Dolmos Parrilla y Elsa María Quino Pol, el día 25.
Omisión estatal
Para Catalina Castillo Castañeda, representante de la Red de la Infancia en Ciudad Juárez, esta situación exhibe una clara omisión por parte del Estado.
Se está violentando el derecho a la protección de la infancia migrante y se falla en la implementación de medidas de seguridad, porque son adolescentes sin la protección que necesitan para su sobrevivencia y seguridad, afirma.
Castillo Castañeda advierte que al encontrarse sin supervisión ni cuidado, la preocupación es que las adolescentes puedan ser fácilmente interceptadas por el crimen organizado, para su abuso y explotación.
“Todas esas problemáticas que ya tenemos las ponen a ellas en un mayor riesgo porque, además, ¿Quién las va a buscar? ¿Quién va a solicitar algo por ellas?”, cuestiona.
Comenta que preocupa la vulnerabilidad que enfrentan los niños, niñas y adolescentes (NNA) migrantes en los albergues, porque estos lugares tienen un déficit en su capacidad de cuidado y de perspectiva de derechos humanos.
“Hay una ausencia del Estado y es una complejidad más de este sistema tan ausente de las políticas públicas a favor de las niñas, niños y adolescentes”, agrega.
Considera que la situación exhibe también que el estado está rebasado ante la cantidad de NNA migrantes no acompañados que arriban a esta frontera con la intención de cruzar a Estados Unidos.
En estas circunstancias, añade, las necesidades de seguridad y protección de la infancia migrante son más apremiantes, toda vez que no cuentan con nadie que les busque o abogue por ellas, por encontrarse en un lugar alejado de sus familias.
Enrique Valenzuela Peralta, titular de la Coordinación Estatal de la Población (Coespo), instancia en la que recae la atención a migrantes, considera que pese a los esfuerzos del Estado para con los NNA migrantes no acompañados, la cantidad en la que estos grupos han llegado a la frontera desafía al sistema de albergues.
No solo por el espacio sino por la capacidad operativa de estos centros, explica.
“Estos adolescentes no quieren permanecer estáticos, quieren continuar su trayectoria y es algo que de alguna manera traen consigo desde que partieron de sus lugares de origen, qué más quisiéramos tener la oportunidad para hacer otra suerte de actividades y salir y acompañarlos pero la capacidad operativa no nos alcanza para poner un marcaje personal a cada niño”, dice.
Más desapariciones
En lo que va del año, suman 41 NNA migrantes no acompañados que han desaparecido mientras se encontraban bajo custodia de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Chihuahua.
Datos otorgados por la Procuraduría indican que del 2019 a la fecha son en total 75 infantes que han salido de albergues de acogida sin autorización.
Villa Sánchez indica que en muchos fueron encontrados ya con sus familias o incluso en Estados Unidos, tras haber logrado cruzar en otro intento; sin embargo, ni la Fiscalía General del Estado ni la Procuraduría informaron cuántas de estas personas menores de edad aún permanecen sin localizar.
“Antes de noviembre del año pasado estábamos en un rango de 30 o 40 que eran los que estábamos recibiendo mes a mes; pero después hemos estado manejando cifras alrededor de los 100”, explica Villa Sánchez, quien precisó que actualmente son 90 los NNA que están bajo reguardo de la procuraduría y el Sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
“No están detenidos, no cometieron ningún delito, solo les estamos resguardado y protegiendo, si su intención es llegar a Estados Unidos ven una oportunidad y se van, se brincan bardas, aprovechan que sus cuidadores se entretienen con alguna tarea y salen”, explica Villa Sánchez.
En Ciudad Juárez, son tres los albergues de acogida exclusivos para NNA migrantes no acompañados: Casa YMCA, el Nohemí Álvarez Quillay y Casa México mi Hogar. A estos, se suman otros 4 que reciben NNA tutelados por el DIF, aunque no exclusivamente de procedencia extranjera.
Al ser cuestionado respecto a las medidas que se toman al interior de estos lugares una vez que ocurren estas desapariciones, Villa Sánchez indicó que los esfuerzos no se abocan en añadir vigilancia a los NNA en resguardo, sino en convencerlos de que es mejor ser pacientes y esperar que su situación migratoria se resuelva.
En todos los casos, indica, al momento de detectar la ausencia de la niña, niño o adolescente se hace un recorrido por lugares aledaños para tratar de ubicarle, si no se logra esto, entonces se hace el reporte debido a las autoridades y a sus familias.
Después, se habla con el resto de las niñas, niños o adolescentes, explicándoles de los peligros de salirse del refugio.
“Nosotros como sociedad debemos de ser conscientes de esta parte, de nada nos sirve poner 100 personas cuidando un niño porque ¿cómo se va a sentir?. Se les brinda la protección y el apoyo, se determina cuál es el interés de ellos, pero tenemos que cambiar esa visión, pues no están detenidos”, añade.
Este medio buscó la versión de los responsables de Casa YMCA, pero declinaron hacer alguna declaración sobre el tema. Este albergue reinició a principio de este mes la recepción de NNA migrantes en esta frontera.
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Este trabajo fue realizado por LA VERDAD