AMEDI Jalisco
Por Gustavo Lozano / @AmediJalisco
La pandemia, el encierro que hemos vivido, todo el cambio de la dinámica social a la cual estábamos habituados, las elecciones 2021 y los sucesos políticos que día a día acontecen, me parece, son el caldo de cultivo perfecto para la conformación de un torbellino social lleno de polarización, odio y tensión (Reforzado por las Cámaras de Eco en las que regularmente orbitamos), situaciones que en nada contribuyen a la construcción de una comunicación efectiva y pacífica entre las personas, un estado de Paz Comunitaria, la tan añorada reconstrucción del lastimado tejido social y desde luego, menos a la paz.
Desde hace ya varios años, hablar de violencia y paz es el pan de cada día. Los medios de comunicación relatan todo tipo de sucesos que nos pueden servir de ejemplo de lo que no es paz: violencia, conflictos vecinales, riñas, asesinatos, delincuencia común y organizada, conflictos armados, desaparecidos y mil y un situaciones más que pareciera, salieron de una película de Tarantino. Por su parte, algunos gobiernos, despliegan políticas públicas y programas para prevenir la violencia y mantener la paz, dentro de los cuales, desde luego se encuentra la estrategia de comunicación de la conducta sancionada, jurídica y socialmente, con el fin de prevenir su desarrollo. Aquí cabe preguntarnos, si en estos tiempos, realizan tal tarea los gobiernos y si es algo permanente o por el contrario, se deja todo para las efemérides.
Comunicar de manera creativa y efectiva todo lo concerniente a la Cultura de la Paz, es un tema que los gobiernos de todos los niveles deberían incorporar a sus agendas. El control de la violencia y todos los actos que laceran a nuestra sociedad, no se logra únicamente con el despliegue preventivo de fuerzas de seguridad pública, ni con programas sociales, falta esa conexión y educación personal que una vez interiorizada explique en cada persona el por qué determinados actos son dañinos para las sociedades y nos alejan de la paz. Una de las herramientas para lograr poner el tema de la paz en las personas, es a través del constante bombardeo del tema a través de los canales de comunicación con que cuentan los gobiernos.
Es por lo anterior, que ante este escenario de escaramuza que vivimos, las autoridades de todos los ámbitos de gobierno deberían tener en sus agendas, la inclusión de programas de acciones específicas y permanentes para comunicar la paz, lo cual según Maurizio Ali, significa: la creación y la gestión de procesos comunicativos dialógicos dirigidos a la construcción de tejido comunitario en un contexto de paz y justicia social, sin importar la forma expresiva utilizada.
Posiblemente usted pensará y se dirá así mismo, que SÍ se comunica sobre la paz, que de vez en cuando escucha algún comercial que hace alusión a la paz, o mira que los gobiernos realizan actos relacionados al tema, que todos entendemos sin mayor explicación, se arman congresos educativos, etcétera; sin embargo, a continuación le relatare brevemente un caso que me parece es el claro ejemplo de cómo algo que pareciera de sentido común para los gobiernos (comunicar la paz), no lo es, y sigue estando en el olvido en muchas administraciones o se deja solo para las fechas conmemorativas.
Uno de los entornos sociales que se vio afectado por los encierros fue el núcleo familiar. La violencia intrafamiliar creció, siendo la mujer la más afectada. Diversos vídeos que circulaban en redes sociales hacen prueba de cómo ni mujeres de la tercera edad se salvan de aberrantes tratos inhumanos por parte de su propia familia. Ante estos sucesos los gobiernos a través de redes sociales principalmente, se dieron a la tarea de reforzar campañas de prevención de la violencia.
Sobre el tema, un conocido me indicaba con asombro que para un ensayo que debía realizar, precisamente sobre los programas desplegados para prevenir la violencia en los hogares durante la pandemia (ciclo en el que se supone se agravó la situación), eligió al azar un municipio de Jalisco y quiso verificar qué programas implementaron para tal fin.
Me relataba que primero buscó en el sitio de internet del Gobierno Municipal, la información, sin lograr encontrar nada a simple vista, por lo que ingresó una solicitud de información pública en la que preguntaba directamente sobre dichos programas que hubieran desarrollado para prevenir la violencia contra la mujer. Pasados algunos días, llegó la respuesta en sentido negativo, o sea que la administración pública de tal municipio, no habían realizado nada para lograr dichos fines.
Lo grave del asunto es que uno esperaría, como mínimo, que cualquier administración pública tuviera como acto prioritario y básico para atender los problemas de las personas, el comunicar. En el caso de este municipio, según su respuesta, no hizo nada, ni colocar carteles en los mercados o instalaciones de su administración, ni perifoneo, ni a través de redes sociales, no pudo llevar a las personas un mensaje relativo al tema de la paz en los hogares, lo cual desde luego, es algo que hace deducir incapacidad y que el tema de comunicar la paz sigue olvidado por algunos y esos algunos son los que nos gobiernan.Para lograr la paz necesitamos estrategias concatenadas y que le hagan sentido a la mayoría de las personas. Requerimos que los gobiernos se comprometan a comunicar todo el tiempo (Porque la violencia desde hace algunos años está en todos los ámbitos y a todas horas de la vida de las y los mexicanos y no sólo determinados días) y desde todos los canales, campañas que pongan el tema en la conciencia de las personas como un primer paso. Necesitamos que promuevan el diálogo, la tolerancia y el respeto o sea una Cultura de la Paz.