La Casa del Migrante Scalabrini es una asociación civil sin fines de lucro que tiene como objetivo: Brindar asistencia y formación a nuestros albergados y alumnos para que les permita integrarse como miembros productivos de la sociedad.
Para conocer más sobre su trabajo conversamos con su Directora, Nimbe González Salazar, y con Jorge Benet, Coordinador de Servicios Integrales.
Por Josué Ibarra/ @josueibarrasala
Fotos: La Casa del Migrante Scalabrini
“La Casa Migrante Scalibrini es una asociación civil sin fines de lucro que nació hace 36 años en Tijuana, Baja California; el fundador de estas casas fue el padre Flor María Rigoni que es un sacerdote católico misionero, quien llegó a su misión aquí a México para abrir este tipo de albergues, digamos que es uno de los pioneros en albergues de migrantes”, así lo explicó su Directora, Nimbe González Salazar.
Ese mismo sacerdote abrió otra casa en Ciudad Juárez y luego una más en Tapachula, Chiapas; después en Guadalajara, Jalisco, y la Ciudad de México, se abrieron un par de casas de apoyo a las personas migrantes en 2018
La directora Nimbe González nos narró cómo fue que se inauguró La Casa de Migrante Scalabrini en Tapachula, Chiapas.
“Aparte de ser un albergue para migrantes y unas casas de refugio para deportados, en el 2014, el padre Flor María en una reunión en Sao Paolo, Brasil, comentó que los albergue es una acción muy bonita, pero no están siendo suficientes porque está creciendo el flujo migratorio, así que lejos de generar un impacto real a este flujo, su labor está siendo meramente asistencialista y para él eso era algo que habría que modificar, entonces, ahí es cuando propone las escuelas de capacitación para el trabajo dentro del albergue, y así fue que en 2015 se inaugura La Casa de Migrante Scalabrini en Tapachula, Chiapas”.
El proyecto resultó muy exitoso tanto que la ONU, a través del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, lo reconoce como una buena práctica en el apoyo a las y los migrantes. No obstante, la realidad ha hecho que el proyecto tenga que renovarse constantemente.
“Al ir acrecentando las caravanas migrantes, entonces, se decidió ampliar el proyecto a otros lugares, y así es como llegamos aquí a Guadalajara, donde estamos tratando de replicar este proyecto”, mencionó Nimbe González Salazar.
Para que esto logre consolidarse, la Directora explicó cómo es que lo están haciendo posible:
“En la casa les damos albergue hasta un mes, les damos asesoría/acompañamiento legal para sus trámites migratorios; damos asesorías virtuales de psicología; se les otorga una revisión médica primaria; se les capacita para el trabajo haciendo una alianza con el CECATI 51 y también tenemos una plataforma de Microsoft, esta plataforma es maravillosa porque el que aspire a prepararse más a fondo puede aspirar hasta ser programador de sistemas”.
Pero esto último implica un reto muy grande debido al déficit educativo que pueden llegar a tener las personas migrantes:
“El mayor de flujo que recibimos aquí es del triángulo del norte que abarca a El Salvador, Honduras o Guatemala; lamentablemente, la mayoría de estas personas viene con un nivel educativo muy bajo, entonces, asumen más los cursos de capacitación para trabajo, los más técnicos”.
Preferencia que también ha cambiado debido a la virtualidad que impuso la pandemia de COVID-19; sin embargo, “la lucha por capacitarlos sigue”, concluyó Nimbe González Salazar.
Labores dentro de La Casa Migrante Scalibrini de Guadalajara.
Ayuda solidaria y holística
Jorge Benet Colín, Coordinador de Servicios Integrales, ofreció datos estadísticos acerca de la organización y la atención que ha brindado.
“Del 2018 al 2021 hemos tenido un promedio de 6,500 migrantes; en la escuela hemos tenido 700 graduados; hemos dado 36,000 alimentos, hemos dado 270 atenciones psicológicas y los abogados han atendido cerca de 7,200 migrantes en diferentes situaciones, ya sea por su situación legal, por su situación migratoria. En cuanto a la atención medica hemos tenido 1,883 atenciones generales, no en odontología porque en Guadalajara no se tiene ese servicio, pero en Tapachula, sí se han dado 770 intervenciones. Básicamente la idea es hacer todo un sistema holístico, como lo decía el padre, pues no podemos permitir que ninguna persona que entre salga igual”.
Técnicamente la intención es que las personas que entren salgan con trabajo, con una vivienda digna, que estén insertados social y laboralmente; esa es la misión:
“No sólo es asistencialismo, pues sabemos que el día de mañana van a volver a tener hambre, tendrán frío, por eso nuestra intención es darle herramientas para crear una nueva vida. Además también dentro de nuestros programas está que puedan darse de alta en el SAT para que colaboren con el gobierno, y estamos tratando de ayudar un poquito con las personas en situaciones de calle, si bien, no vamos nosotros a erradicar esto, si poder dar nuestro granito de arena”, mencionó Jorge Benet Colín.
Pero hacer esto implica recursos y el apoyo solidario de muchas personas: “Tenemos la donataria que puede ser internacional, para las personas que sean socialmente responsables que en algún momento quieran ayudarnos puedan vernos como una opción, se tiene todo en regla y eso da tranquilidad”.
Sobre los planes futuros, Jorge Benet Colín comentó que la asociación también se está especializando en un tema de personas no hispanohablantes, así que se planea retomar los cursos de clases de español para ayudar, por ejemplo, a las y los migrantes de Haití.
Además agregó que también se les está dando capacitaciones de los derechos y obligaciones que tienen para darles una integración asertiva a la sociedad, esto incluye su insersión laboral laboral en donde se les ha enseñado a llenar solicitudes, a cómo presentarse a una entrevistas de trabajo.
“Si es muy ambicioso el proyecto, nos hace faltan muchas cosas, pero realmente tenemos todo para hacerlos y ser un caso de éxito, no hay de que vamos a probar a ver si funciona, va a funcionar”, remarcó de manera muy segura, Jorge Benet Colín.
Algo fundamental en los propósitos de La Casa Migrante Scalabrini es contrarrestar las ideologías xenófobas que tanto abundan en México.
“Las personas migrantes no vienen a robarle el trabajo a nadie, no vienen a delinquir; al contrario, vienen a integrarse a la sociedad que tanto derecho tiene el chilango, como el regio, yo creo que al final de cuentas todos tenemos dos ojos, dos piernas y debemos tener las mismas oportunidades”, precisó Benet Colín.
Al respecto, Nimbe González Salazar, Directora de La Casa Migrante Scalibrini mencionó que esta xenofobia debe erradicarse para no replicar lo que pasó en Estados Unidos con Donald Trump: “Creo que hay que tomar muy en cuenta esa parte, si no nos gusta lo que nos están haciendo, también nosotros tomemos conciencia de que alguna manera estamos haciendo lo mismo con los extranjeros”.
La Casa Migrante Scalibrini es fiel creyente del migrante honesto que busca oportunidades para rehacer su vida lejos de su hogar, y defiende la idea de la imagen trabajadora, perseverante y con una actitud positiva para contribuir al país que lo apoye; por ello, Nimbe González Salazar remarca que saben que existen todo tipo de migrantes, pero el común denominador son siempre: “las mejores personas, las más trabajadoras y con unas ganas inmensas de salir adelante”.
¿Cómo apoyar?
Para poder apoyar a La Casa Migrante Scalibrini pueden hacerlo de la siguiente manera: contribución económica, con recurso humano (voluntariado), pues se pueden donar horas para apoyarles en el área de biblioteca, cocina, ropero o, si tienes habilidades recreativas, artísticas, psicosociales, artesanales, y si quieres compartir tus conocimientos, también puedes colaborar dando u ofreciendo talleres para las personas migrantes.
Otra manera es recolectar con tus familiares y amigos: ropa, zapatos, suéteres, chamarras etc. en muy buen estado y limpias; sobre todo, señalan que en estos momentos les está haciendo mucha falta ropa y calzado para caballero en tallas chicas y medianas.
También les hacen falta esto:
Insumos: Habas, lentejas, arroz, frijol, pasta para sopa, avena, azúcar, sal de grano, aceite, latas de atún, de sardina, de legumbres, leche en polvo etc.
Artículos de higiene personal: Cepillos dentales, pasta dental, jabón de baño, desodorante, crema para cuerpo, gel y óxido de zinc en polvo.
Otros productos: Papel higiénico, toallas sanitarias, toallas secadoras, jabón para lavar ropa, jabón para lavar trastes.
Juegos de entretenimiento, rompecabezas, alguna mesa de Pin Pon, un punching bag o algún artículo de entretenimiento.
Para quienes quieran apoyar en términos económicos es importante señalar que La Casa Migrante Scalibrini es una A.C. donataria autorizada por el SAT. Si alguien quiere apoyar pueden hacer su depósito en la siguiente cuenta:
Banco BBVA
Casa del Migrante Scalabrini A.C.
Cta. 0112961998
Clabe interbancaria: 012320001129819988
Favor de enviar sus comprobantes y datos fiscales para emitir recibo donatario al siguiente correo: nimbe.aldea@gmail.com