El martes 18 de mayo, fueron robadas varias obras artísticas de la exposición “Guadalajara, murió el Rancho Grande”, así como una escultura de Claudia Rodríguez.
Por Aletse Torres Flores /@aletse1799
La madrugada del 18 de mayo el curador Marco Valtierra recibió un mensaje de una vecina alertando que alguien quería entrar al espacio donde se encontraban una cantidad de piezas de la exposición “Guadalajara, murió el rancho grande”, al instante la policía llegó pero todo parecía “estar en orden”.
Sin embargo, cuando Valtierra arribó al domicilio ubicado en la calle Simón Bolívar #181 en la colonia Moderna de Guadalajara, Jalisco, se encontró con una casa desordenada, las obras estaban fuera de su lugar y algunas habían sido robadas:
“Ya había concluido la exposición, un artista iba a recoger su obra y al momento de entrar, con todo el desorden, supe que alguien si había entrado y se suponía que era una zona segura” comentó.
La muestra estaba compuesta por el trabajo de 18 artistas y un colectivo, de los cuales fueron robados el trabajo de cinco: Kraeppellin, Lourdes Martínez, Pablo H. Cobian, Ana Karen Sahagún y Claudia Rodríguez.
Las curadoras encargadas de la exhibición Mayra Vileña y Yurico Cortez, creen que es un “robo premeditado”, debido a la naturaleza de las piezas que se llevaron:
“Alguien que conozca el valor de la ropa, la historia de la tela, de los juguetes es quien se lo lleva y más por el cuidado que tuvieron en despegarlos y sacarlos” afirmaron ambas.
Mayra, explica que en la exposición “Guadalajara, murió el rancho grande” se trató de recolectar la historia reciente del arte tapatío, específicamente de los años noventa, con archivos, fotografías, objetos y ropa.
Asimismo, comentó que una de las salas más afectadas fue la del artista Pablo H. Cobian, puesto que se llevaron todas las piezas, grandes y pequeñas de la colección de juguetes que estaban en exhibición.
Por otro lado, Yurico comentó que había una pieza de la artista Karen Sahagún, una obra que hizo y utilizó en la acción de protesta feminista del 8 de marzo del 2020. Se trata de una banda morada donde se leía la palabra: libertad y que fue colocada con un dron en la estatua de La Minerva.
También, fueron sustraídos una escultura de barro de un Mickey Mouse de Lourdes Martínez; una pintura, ropa, y zapatos que pertenecieron al artista Kraeppellin; y finalmente una escultura de Claudia Rodríguez.
Tras denunciar el robo, notaron que no existe un protocolo o conocimiento de la magnitud del suceso. Yurico narró cómo las autoridades de la Fiscalía del Estado de Jalisco no lograban comprender la pérdida, debido a que les preguntaron por la factura de las piezas y “así no funciona el mundo artístico”, afirmó.
Vileña expuso que no solo robaron un objeto, lo que se robaron fue parte de la historia y patrimonio cultural de Jalisco:
“No solo se roban una prenda, un juguete o una escultura, se roban el trabajo de un artista, su trabajo, la relevancia que tiene en el gremio es irreparable” sentenció.
Fotografías de las piezas robadas de la exposición independiente “Guadalajara, murió el Rancho Grande”.
La muestra era independiente, por ende, no contaba con guardias de seguridad o guías, todo el trabajo fue colectivo, los materiales utilizados eran de colegas y las obras que sus compañeros y compañeras les “prestaron” fue con un voto de confianza y con el propósito de crear contenido cultural para la población.
“Fue muy triste hacer esas llamadas ¿cómo les decíamos que su obra ya no estaba? Confiaron en nosotras, en nuestro trabajo y nos pasó lo inimaginable” aseveró Cortez.
Pese a la tristeza del suceso, la respuesta de los artistas involucrados y de toda la comunidad artística los ha acompañado. En sus redes la mayoría ha compartido, difundido y apoyando a los y las afectadas. Sin duda, este tipo de acciones vulnera y pone en riesgo el trabajo artístico del gremio, exponiendolos a una situación “más precaria e insegura”, denunciaron.
Los organizadores le piden a la población estar alertas y en caso de contar con información mandarla al correo colectivoespacicabeza@gmail.com o al Instagram de Espacio Cabeza.