Actualmente las organizaciones como el Observatorio Ciudadano de Movilidad y Transporte Público Jalisco reconocen que la entidad es desigual, contaminado, violento e intransitable en términos de movilidad. La tendencia por priorizar el transporte privado y la mala gestión del público provoca entre otras consecuencias, las muertes de ciclistas, peatones y usuarios que viajan en camión, tren ligero y el Macrobús.
Ante ello, el proceso electoral en curso es una nueva oportunidad para exigir a los y las futuras funcionarias públicas que se comprometan a trabajar por una movilidad accesible, segura y sustentable. A esto ha llamado el Observatorio Ciudadano a través de la campaña #ActúoPorLaMovilidad.
Por Ximena Torres / @ximena_tra
La movilidad, además de ser un derecho por sí misma, es el medio que permite satisfacer todas las demás necesidades básicas como la alimentación, el trabajo, la salud, la educación y la socialización. Es por ello que la manera en la que las personas se trasladan debe ser un tema prioritario, porque la vida de todos ellos y ellas depende de la seguridad, accesibilidad y eficiencia del transporte que utilicen.
Sin embargo, las zonas urbanas en Jalisco en especial el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) y la capital del estado, Guadalajara, es una ciudad desigual, contaminada, violenta e intransitable en términos de movilidad, según explica Ollin Monroy, coordinador del Observatorio Ciudadano de Movilidad y Transporte Público de Jalisco, una organización conformada por más de 12 organizaciones de la sociedad civil y universidades.
En dicha ciudad cada año, desde 2009, fallecen aproximadamente 22 ciclistas de acuerdo con la organización local Bicicleta blanca; más de 75 peatones y 99 conductores de vehículos motorizados, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Entre las múltiples razones que configuran la urbe de esa manera, destaca la tendencia histórica de priorizar el automóvil particular, tanto en espacio como en presupuesto público, aunque este medio de transporte sea el más contaminante y el mayor causante de accidentes, así como, el más caro.
Ya lo explicaba desde 2018 Yefer Asrilla Lara, doctor en Movilidad Urbana, Transporte y Territorio de la Universidad de Guadalajara: “se invierte 80% en infraestructura y 20% en movilidad sostenible, y tenemos que revertir esa ecuación”.
Como explican las organizaciones, esa forma de estructurar el gasto implica que se le den más recursos a la minoría que más tiene. Es decir, a quienes pueden costear y sostener un vehículo particular, que de acuerdo con la “Séptima Encuesta de Percepción Ciudadana Sobre Calidad de Vida 2020” del Observatorio Ciudadano Jalisco Cómo Vamos, representa al 27.6% de la población de la ciudad de Guadalajara.
“Es abismal la diferencia entre la cantidad de usuarios a los que que sirve el transporte público masivo y el mínimo presupuesto que se le dedica para construcción y mantenimiento comparado con todo lo que se gasta en pasos a desnivel, glorietas, puentes, etcétera. No solamente es antiético, sino antidemocrático. Definitivamente hay un componente de clase que provoca que las personas que tienen menos dinero, que son quienes utilizan esos transportes sean consideradas como menos importantes” explica Ollin.
Para el coordinador del Observatorio el ejemplo más reciente es lo ocurrido con la Línea 12 del metro en la Ciudad de México el pasado 3 de mayo, donde fallecieron 25 personas y 79 resultaron lesionadas por el colapso de la estructura que sostenía el transporte y que presentaba fallas casi desde su inauguración.
En consecuencia, también surgen problemáticas como la construcción de infraestructura que no respeta la prioridad de los sujetos en la pirámide invertida de movilidad. Por ejemplo, los puentes “antipeatonales”.
Adonais Lee, integrante de la organización Pasos Blancos explica que hay más de 200 de estas estructuras en el AMG y que las organizaciones agregan el prefijo “anti” a su nombre porque en realidad se construyen con el objetivo de evitar que los y las peatonas interrumpan el flujo de automóviles. Por el contrario, para las personas que caminan implican un mayor esfuerzo y no son accesibles si ellos o ellas tienen una discapacidad o su edad es avanzada. Actualmente, se construyen decenas de puentes más en la ciudad para acceder a las 46 estaciones de Mi Macro Periférico.
Úrsula Lugo, antropóloga social y peatona habitante de Guadalajara agrega que en sus traslados ella nota que no en todas las esquinas hay líneas peatonales, que las banquetas están en mal estado y que, a veces, los ciclistas, motociclistas y negocios las invaden. Todo esto pone en riesgo su seguridad y hasta su vida.
Como parte del tema de infraestructura también destaca el atraso del “Plan Maestro de Movilidad No Motorizada del Área Metropolitana de Guadalajara”, que fue creado y entregado desde 2009 a las entonces Secretaría de Vialidad y Transporte de Jalisco. Este contempla la construcción de una red ciclista de mil 591.89 kilómetros distribuidos en 16 Corredores Metropolitanos. Sin embargo, después de 11 años sólo hay 187.52 kilómetros de ciclovías y 116.15 de carril prioridad ciclista en el AMG.
Claudia R. Castellanos, comunicadora pública habitante del municipio de Guadalajara, explica que la inexistencia de ciclovías es una de las razones principales por las que ella no utiliza el servicio público de MiBici para dirigirse a su trabajo en Zapopan.
“No puedo llegar hasta allá en bicicleta porque no existe la infraestructura para ser ciclista en ciertos espacios de la ciudad, y yo no voy a arriesgar mi vida. No estoy dispuesta a ello”.
Cristian Chavira, diseñador industrial de 23 años, es usuario de todas las formas de transporte público y opina que, en la ciudad, los proyectos de movilidad no son integrales porque no siempre permiten los viajes multimodales (combinación de medios como bicicleta-camión-tren ligero):
“En las estaciones de la Línea 3 del tren ligero todavía no hay rack donde puedas dejar tu bici, entonces no tiene sentido que pongan una ciclovía para que llegues al tren si no puedes dejar tu bici”.
Por otro lado, Juan Pérez tiene 36 años y desde hace cuatro recorre aproximadamente 40 kilómetros diarios en bicicleta porque es el único medio de transporte que usa en la ciudad. Él reconoce que las ciclovías que existen están inconclusas o en mal estado, que se utilizan para arrojar los residuos de accidentes entre vehículos motorizados, y que dentro y fuera de ellas, las calles tienen baches y hay alcantarillas sin rejillas, lo que provoca accidentes.
“Parece que los ciclistas no existimos, siempre tenemos que estar al pendiente de lo que los automovilistas hagan porque es una situación muy recurrente. Pareciera que no nos ven o que no importamos”, dice Juan después de asegurar que ni él ni ningún otro ciclista que conoce se ha “librado” de sufrir atropellamientos.
Con respecto a los estragos de la congestión de tránsito, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), señala en el estudio “El costo de la congestión, vida y recursos perdidos”, que el flujo vehicular saturado provoca la pérdida de más de 8 mil 067 millones de pesos anuales en la ciudad.
Eso se relaciona con los datos presentados por el Instituto de Información Estadística y Geográfica (IIEG) de Jalisco: hasta 2019 había 43.94 vehículos de motor por cada 100 habitantes del AMG.
En cuanto al impacto ambiental, de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (SEMADET) los automóviles son los principales causantes de la mala calidad del aire en el AMG con una aportación del 96% de las emisiones contaminantes. A nivel estatal, el mismo porcentaje disminuye a 89.7%.
Otro de los problemas que reconocieron las cuatro ciudadanas y ciudadanos entrevistados es el sistema de camiones en la ciudad. Los y las cuatro señalaron que siempre que pueden evitan ese transporte. Entre los motivos están: el precio alto no equitativo a las condiciones en las que se encuentran las unidades, así como, la poca certeza sobre tiempos de espera, sitios de paradas e inseguridad.
Las y los miembros de organizaciones de la sociedad civil como Ollin Monroy explican que estas deficiencias se deben al llamado “pulpo camionero”. Es decir, al sistema de concesiones a través del cual se ofertan los servicios de transporte y que no permite regular las rutas, ya que estas se encuentran en manos de empresas privadas que, más que un servicio público, lo consideran un negocio.
Todo lo anterior empeora cuando se cruza con la edad, el género y otras identidades. Claudia R. Castellanos, que ha vivido situaciones de riesgo y acoso en los diferentes medios de transportes que utiliza, menciona que está casi resignada a que el Estado no atienda la situación de inseguridad que viven las mujeres en las calles.
A eso se agrega la expectativa social de que las mujeres sean siempre “pulcras, limpias y eficientes” y que la detiene de usar medios que implican un esfuerzo físico como la bicicleta.
“Si no eres una mujer que tiene transporte privado no tienes opción de ir segura por la ciudad. Guadalajara no es una ciudad segura para las mujeres que no tenemos el privilegio de tener un choche” dice ella.
¿Qué proponen las organizaciones, las y los ciudadanos?
Ante la gran problemática con tantas aristas el Observatorio Ciudadano de Movilidad y Transporte Público de Jalisco lanzó este 7 de abril la campaña #ActúoPorLaMovilidad que invita a los y las candidatas que contienden por un cargo público a comprometerse a trabajar por una movilidad accesible, segura, equitativa y sustentable a través de siete principios por los que apostar:
- Sistema Integrado de Transporte Público como eje del desarrollo urbano, económico y social.
- Seguridad Vial enfocada a Visión Cero, como eje transversal a la política de movilidad sustentable.
- Instituciones eficaces para la aplicación de la política de movilidad sustentable.
- Presupuesto basado en la pirámide invertida de la movilidad.
- Condiciones medioambientales óptimas.
- Movilidad con acceso universal.
- Movilidad urbana a escala humana contra escala del automóvil.
Con base en esos principios surgen compromisos puntuales como “impulsaré acciones para desincentivar la demanda de viajes en automóvil”, “trabajaré para aumentar la accesibilidad al transporte público”, “trabajaré para adecuar la infraestructura vial actual para evitar lesiones, discapacidad y muertes en calles”, entre otras.
Juan Pérez y Cristian Chavira agregan que las autoridades deberían consultar expertos para realizar los proyectos de movilidad y no “regalarlos” a empresas de amigos o familiares. Claudia Castellanos propone que trabajen desde una perspectiva de clase, género, edad y que, además, revisen los precios del transporte público contra el salario de las personas trabajadoras, con el fin de que el primero baje o el segundo suba.
Por último, Úrsula Lugo y Juan Pérez expresan que no se debe olvidar la educación vial de la ciudadanía en general.
Ollin Monroy puntualiza que esa también es responsabilidad de las autoridades, y que se puede lograr a través de diseños urbanos que tranquilicen el flujo de automóviles: calles con curvas, reductores de velocidad continuos, orejas peatonales, entre otros. Pone como ejemplo la calle López Cotilla entre las calles Francisco Javier Gamboa y Avenida Chapultepec en la ciudad de Guadalajara.
Tampoco descarta las políticas públicas en las que las personas infractoras de las normas viales tengan la obligación de asistir a cursos de sensibilización sobre la seguridad y derechos de usuarios que van primero en la pirámide de movilidad.
¿Qué proponen los partidos políticos?
Las personas entrevistadas coincidieron en que, en lo que va de las campañas electorales 2020-2021 no han escuchado propuestas sobre movilidad que atiendan las necesidades que ellos y ellas reconocen. Juan Pérez, incluso agrega que, aunque escuchara el tema dentro de la agenda de algún partido político no tendría mucha confianza porque ha sido testigo de cómo los y las candidatas son irrespetuosas con los espacios para la movilidad no motorizada.
“Gracias a sus campañas actualmente las ciclovías están obstruidas. Si realmente existiera esa empatía e interés por los ciclistas, lo primero que harían sería no invadir las ciclovías. En todo mi recorrido al menos hay tres o cuatro cruces donde están esas personas día con día. No he escuchado propuestas sobre el tema, pero si las tienen se comen sus palabras” cuenta Juan.
En realidad, las personas no están tan equivocadas. De los 13 partidos políticos que compiten por diputaciones federales, locales y presidencias municipales, cinco de ellos no tienen ninguna propuesta sobre movilidad en su plataforma electoral publicada por el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana Jalisco (IEPC Jalisco). Entre ellos están Fuerza por México, Somos Jalisco, el Partido Encuentro Social (PES), el Partido Verde Ecologista de México y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
El Partido Acción Nacional (PAN) asegura que sus candidatos promoverán la inversión y gestión del transporte público y movilidad no motorizada, resaltando la ciclista.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) propone incentivar la reducción del uso de automóviles. De igual manera, la reestructuración e inclusión de nuevas rutas de camiones y mejora de los programas de afinación y verificación vehicular.
El Partido del Trabajo señala que trabajará por la descentralización y desconcentración urbana con el fin de apoyar ciudades medias y pequeñas.
Movimiento Ciudadano plantea impulsar proyectos de transporte multimodal y limpio privilegiando el transporte público, transporte no contaminante y no motorizado.
El partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) manifiesta que promoverá la construcción de caminos rurales.
Por parte de Hagamos Jalisco aseguran que apostarán por la promoción de los modos de transporte limpios y la eficiencia del transporte público.
El partido local Futuro se compromete a mantener una perspectiva de accesibilidad universal, apostando por la movilidad no motorizada y no emisora de gases de efecto invernadero. A ampliar la infraestructura de bicicletas públicas, calles con principio de caminabildiad, desincentivar el uso del automóvil, equipar todos los camiones con portabicicletas, entre otras.
Por último, desde Redes Sociales Progresistas proponen un modelo de movilidad urbana limpia y sostenible, la electrificación total del transporte privado y público.
Sea cual sea el candidato o candidata ganadora, es necesario elevar la conversación más allá de los traslados, puesto que, la movilidad da acceso a todos los demás derechos. No atender estas necesidades desde una perspectiva de acceso universal es un acto de negligencia.
“Tenemos que darnos cuenta específicamente con lo que pasó con la Línea 12, pero también con el montón de víctimas mortales del transporte público en estado de Jalisco desde hace 10 años, que cada peso que se invierte en el transporte privado en vez de invertirse en transporte público o en movilidad sustentable básicamente es un acto de negligencia. Cuando le quitas el acceso y la seguridad a las personas solamente porque no pueden pagar un vehículo automotriz privado, cuesta vidas. Hay que tener una visión de accesibilidad universal, de democratización de la movilidad y seguridad” finalizó Ollin Monroy.