Las violencias y desigualdades históricas que enfrentan las mujeres y niñas se han intensificado en México y en el mundo tras la llegada de la emergencia sanitaria ocasionada por la COVID-19.
Incluso, en un escenario mundial donde una de cada tres mujeres sufre algún tipo de violencia y/o desigualdades en su contra.
Por ello, la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) consideró necesario visibilizar las desigualdades que viven las mujeres desde la llegada de la pandemia a México, esto a través del dialogo intergeneracional: ‘’Las mujeres y el aumento de desigualdades por la COVID-19’’.
En este espacio, una mujer joven rapera y activista, una estudiante de posgrado, una médica y profesora, y una comunicadora reflexionaron sobre estas realidades desde las vivencias propias, y reconocieron que, los escenarios de desigualdad son cotidianos en sus vidas con o sin pandemia.
Por Jacqueline López / @jacqueline_lope
Todos los días las mujeres y niñas viven y se enfrentan a entornos violentos y desiguales tanto en su hogar, como en sus trabajos y en la sociedad. Se les niegan oportunidades para ser líderes, desempeñar puestos laborales, tener tiempo, espacio propio, aprender, estudiar y hasta ser escuchadas.
Según el reporte de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo correspondiente al 2020 solo el 39.2% de las mujeres fue económicamente activa, es decir, menos de la mitad de la población femenina contó con un empleo.
Esta realidad afecta a las mujeres de todas las profesiones y oficios, y un claro ejemplo es el porcentaje de artistas femeninas en el rap, el cual no llega ni al 3%. Es por eso que, para Dayra Fyah, rapera e instructora de autodefensa, fue “muy difícil hacer música”. Recuerda que cuando incursionó en el rap se encontró con que ‘’los hombres incluían las mujeres en sus actividades’’, como si éstas no fueran parte de ellas:
‘’Las mujeres desde antes de la pandemia tenemos que buscar alguna actividad que, dé ingresos económicos, y la sociedad nos da a nosotras las labores de cuidados no solo de los hijos sino de toda la familia, y desde ahí empieza una desigualdad grande ‘’ mencionó Dayra Fyah
Para Tania Valadez, médica y profesora, también ha sido complicado introducirse al mundo laboral, ya que, aunque se trata de una profesión “socialmente aceptada”, ciertamente se trata de “una carrera profundamente misoginia y machista’’, consideró.
‘’Los lugares de mayor privilegio son para hombres, la mayoría de las direcciones en hospitales o lugares estratégicos de salud los tienen los hombres y desde ahí operan una gran parte del poder sobre mujeres’’ comentó Tania Valadez
Asimismo, añadió que incluso dentro del ejercicio de las profesiones, la mayoría de las mujeres hacen el trabajo de cuidado, tal es el caso de la enfermería e, incluso, la medicina:
‘’En medicina, estamos destinadas a ser dermatólogas o pediatras, esos son los lugares donde nos ubican, poco tenemos oportunidad de estar en lugares de investigación o dirección, porque la desigualdad de género nos obliga a las tareas de cuidado’’ denunció la médica y profesora
Se estima que 60.6% de las mujeres de 3 a 29 años asistieron a la escuela, esto frente a un 61.8% para los varones según los datos presentados en 2018 por la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH).
‘’Si bien cada vez hay más apoyo, hacia las mujeres para ingresar a las carreras que tienen que ver con la ciencia y/o tecnología o incluso a la misma universidad aún hay barreras bastante serias e importantes que atender, en el sentido del apoyo familiar, el acompañamiento y la confianza para querer invertir en la carrera universitaria de una mujer’’ afirmó Leslie Solís, estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Quien al mismo tiempo aseguró que no es un paso sencillo para las familias aceptar que una mujer quiera ingresar a la universidad, por lo que “las problemáticas y las dificultades a nivel estudiantil como mujeres, no han aumentado o disminuido con la pandemia, sino que se han transformado en otras’’.
Ante esto, para las 3 participantes del dialogo intergeneracional; ‘’Las mujeres y el aumento de desigualdades por la COVID-19”, las causas de estas enormes desigualdades tienen que ver con el sistema político, social, económico y con una profunda cultura machista.
‘’Las mujeres todo el tiempo tenemos que estar buscando un lugar en este mundo y seguir luchando por mejores derechos y mejores condiciones’’ aseguró Tania Valadez
Por su parte, la alumna de la UNAM consideró que pese a ser un problema global, resulta necesario y urgente comenzar a trabajar desde las pequeñas comunidades con estrategias y herramientas que ayuden a combatir estas desigualdades sociales y estructurales:
‘’Es importante visualizar y entender que la violencia y las faltas de oportunidades que vivimos las mujeres no solo son procesos individuales, sino que son problemas sociales y como tal se debe dar una respuesta social ‘’ menciono Leslie Solís
‘’Todas y todos podemos ser agentes de cambio en esta situación’’ recalcó Dayra Fyah, quien cree que no se puede seguir viviendo en entornos tan violentos y desiguales.
‘’No queremos una homogeneidad para las mujeres, queremos ser diversas, queremos ser plenas, queremos poder hacer muchas actividades y para eso tenemos que cambiarlo todo, estamos cuestionando un sistema que no solamente oprime a las mujeres, sino también a los hombres y necesitamos cambiarlo. Este sistema no sirve para vivir, es un sistema desigual que nos pone en profunda desventaja a las mujeres, pero también a ellos y por eso debemos cuestionarlo. ¡queremos cambiar todo de raíz!’’ finalizó Tania Valadez