Columna Maroma
Por Maroma: Observatorio de Niñez y Juventud
Foto portada: Michel y Kerim
La violencia también invade las infancias, tan sólo esta semana hemos tenido noticia (faltan los muchos casos no documentados) de cuatro asesinatos infantiles, el último a manos de quien prometía el cuidado incondicional: el padre del menor.
En Jalisco, el panorama en los últimos días es desalentador, como lo indican los siguientes datos:
- Miércoles 24 de marzo 2021: Familia de cinco integrantes fueron desaparecidos, tres adultos y dos menores de edad de 9 y 1 año, respectivamente
- Viernes 2 de abril 2021: Joven de 20 años fue asesinado en su casa, con dos disparos de bala en el rostro en la colonia Echeverría.
- Sábado 3 de abril 2021: Joven de 17 años atacado a balazos en colonia Fovissste de Miravalle, quien pide ayuda a las puertas del hospital y después muere.
- Lunes 5 abril de 2021: Asesinan a una mujer y a un menor de tres años con arma blanca en la colonia los fresnos en Magdalena, Jalisco.
En la República Mexicana, las estadísticas no son más alentadoras, según el trabajo de la Red por los Derechos de la Infancia (Redim) suman 822 asesinatos contra menores de edad en el período de emergencia sanitaria, pues tan sólo en el 2020, han ocurrido:
- Guanajuato (144 asesinatos).
- Michoacán (82 asesinatos).
- Estado de México (56 asesinatos).
- Oaxaca (49 asesinatos).
- Baja California (38 asesinatos).
- Jalisco (38 asesinatos).
- Chihuahua (38 asesinatos).
Es imperante que en este proceso de campañas electorales (en el que por cierto se está dejando de lado el cuidado y atención de estas problemáticas y da paso a un incremento exacerbado de violencia) se ponga en el centro de la mesa las acciones para erradicar estas violencias contra los infantes y jóvenes.
Por ende, pedimos a las colectivas, asociaciones civiles e instituciones sociales se sumen a la exigencia no sólo de justicia sino también de la problematización de políticas públicas verdaderamente centradas en el cuidado de las y los menores.
Pedimos también a los medios de comunicación no sólo la difusión de las noticias, sino la sensibilidad, empatía y perspectiva infanto-juvenil en sus discursos y acompañamiento a los familiares de las víctimas.
El pasado 6 de abril, se movilizó la población en la plaza principal de Magdalena, Jalisco, exigiendo justicia para el caso de Michel y su hijo Kerim asesinados, es para resaltar que ella había interpuesto una denuncia por agresiones contra su ex pareja, quien por cierto, terminó con sus vidas y las autoridades no le dieron el seguimiento ni les brindaron alguna orden de protección.
Así que vemos con profunda tristeza que aunque las mujeres sigamos los protocolos indicados por las autoridades, dentro del marco legal, para solicitar ayuda y apoyo, hay una total indiferencia y negligencia en el abordaje y acompañamiento de sus casos.
Otra aspecto fundamental hablando de indiferencia y negligencia por las instituciones oficiales, es el caso de la familia Villaseñor, quienes se encuentran desaparecidos desde el 24 de marzo, y según el Fiscal, se encuentran siete policías implicados en el caso, lo que refuerza el dicho: “La policía no nos cuida” y nos invita a realizar la siguiente pregunta: “¿Para quienes trabajan los policías?”.
Ninguna mujer debería morir llena de terror a manos de alguien a quien amó.
Ningún niño debería morir apuñalado por quién debería amarlo y protegerlo.
Ninguna persona o niño debería ser desaparecido por quien prometió cuidado al pueblo.