En los últimos 20 años las cifras de niñas, jóvenes y mujeres desaparecidas han ido en aumento en México.
Por ello, frente a la realidad que representa el fenómeno de la desaparición de mujeres y niñas en el país, integrantes de la Dirección General de Cultura de Paz y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, impartieron la conferencia “La Praxis de la Antropología Forense en casos de Mujeres Desaparecidas en México”, con el propósito de informar sobre el papel fundamental que tiene la antropología forense en el abordaje e investigación de este delito.
Yadira Reyna Hernández, especialista y consultora en el tema destacó que es necesario reconocer las violaciones graves a derechos humanos y delitos que experimentan las mujeres cuando son desaparecidas y/o “cuando deciden desaparecerlas”.
Por lo tanto, propone la transformación del trabajo técnico forense, a través de la incorporación de una perspectiva de derechos humanos, interseccional, transversal e incluyente para la investigación de cada uno de estos casos.
En el espacio de diálogo estuvo presente Roxana Enríquez Farías, integrante del Equipo Mexicano de Antropología Forense (EMAF).
Por Aletse Torres Flores / @aletse1799
En lo que va del sexenio del actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, las cifras de mujeres desaparecidas alcanzaron un máximo histórico. De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas de la Comisión Nacional de Búsqueda, del 1 de diciembre del 2018 al 7 de marzo del 2021, 4 mil 267 mujeres y niñas han sido desaparecidas y hasta ahora no han conseguido regresar a sus casas.
Asimismo, en los últimos 20 años estas estadísticas han ido al alza, por lo menos desde la administración del expresidente Vicente Fox (2000-2006); en los primeros tres años de este sexenio, es decir, del 1 de diciembre del 2000 al 7 de marzo del 2003, el Gobierno federal contabilizó la desaparición de 63 mujeres y niñas. En tanto, durante este mismo periodo de tiempo pero durante la gestión del ex mandatario Felipe Calderón (2006-2012), el número de mujeres desaparecidas y no localizadas se ubicó en 476.
Mientras que, en el mandato del ex presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), del 1 de diciembre del 2012 al 7 de marzo del 2015, se registraron 2 mil 418 mujeres desaparecidas y no localizadas.
A decir de la especialista y consultora en el tema Yadira Reyna Hernández, es necesario reconocer que la desaparición forzada es un crimen contra la humanidad que sucede impunemente alrededor del país. Y, si bien, desaparecen cuantitativamente más hombres que mujeres en México, las formas y fondos que guardan entre sí son profundamente desigualdades.
Yadira Reyna, explicó que cuando una mujer desaparece se confirman y refuerzan las alianzas existentes entre grupos de hombres que ejercen cierto poder de dominio sobre la vida de las mujeres. Asimismo, refirió que cuando se vuelven víctimas de este delito son criminalizadas y juzgadas, ocasionando que no se activen protocolos de búsqueda inmediata.
Al mismo tiempo, las violencias que atraviesan las mujeres desaparecidas pueden estar vinculadas a otros delitos como: la trata, el secuestro, la privación de la libertad, la tortura, los homicidios y el feminicidio. Es en medio de estos escenarios que resulta necesario una mirada antropológica forense que permita explicar el origen y naturaleza de los crímenes, particularmente cuando se trata de víctimas mortales:
“Existen leyes, protocolos de búsqueda, registros nacionales y aún así, se siguen replicando los mismos errores” sentenció la especialista.
La falta de antropólogos y antropólogas forenses en los equipos termina en malas prácticas, por ejemplo: lamezcla de restos en campo, la ausencia o malos registros de las ubicaciones y, por ende, la obstaculización del acceso a la justicia y a la verdad para las y los familiares.
Por ello, la investigadora propone una praxis de la antropología forense en los casos complejos de desaparición de mujeres, que busquen la transformación del trabajo técnico, con una perspectiva de derechos humanos, interseccional, transversal e incluyente:
“Es importante ver el método como una molécula que funciona en conjunto, con el apoyo de instituciones gubernamentales, la memoria de las familias y el conocimiento de la academia para aplicarlo en el campo”.
Para Reyna, su propuesta es “casi una cartita para los reyes magos”, pero espera que poco a poco se haga realidad, para que la intervención de la antropología ayude a la construcción de estrategias especializadas,puesto que, en este caso, la desaparición de mujeres demanda su propio manual metodológico, sus propios protocolos y departamento de investigación.
Finalmente, Roxana Enríquez, integrante del Equipo Mexicano de Antropología Forense (EMAF) recalcó la relevancia de conocer los contextos en los que se origina la desaparición forzada de mujeres y niñas:
“Hablar de estos temas duele, pero su reconocimiento y comprensión a profundidad, así sabremos abordar el tema, eliminar la frustración e identificar los problemas que pasan ahí atrás, para lograr ayudar a quienes siguen buscando a sus desaparecidas”.
Puedes consultar el conversatorio en el siguiente video: