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Estafadores, ‘coyotes’ y hasta los mismos migrantes hacen creer que ahora es más fácil atravesar la frontera para llegar a territorio estadounidense; advierten a las personas que corren el riesgo de convertirse en víctimas de delitos y trata de personas
Verónica Martínez / La Verdad
Ciudad Juárez– A metros de distancia del Centro de Atención Integral para Migrantes, Rigo puede ver el muro de metal que divide a las comunidades fronterizas de México y Estados Unidos, así como los edificios y hogares en El Paso, Texas. El sueño americano es tan cercano que puede escuchar el tráfico del otro lado de la valla, pero al mismo tiempo tan lejano para él.
“Decían que ya habían abierto la frontera entonces nosotros pensamos que si era cierto”, dice Rigo, sobre los rumores que escucho a voces en Guatemala y que lo animaron a él y a su esposa a hacer la travesía con su hija de tres años hasta el norte de México.
La familia salió de Guatemala a finales de enero de este año, después de perder su hogar y empleo en una bananera por los desastres naturales ocasionados por las tormentas Iota y Eta en noviembre del 2020.
“Pero (el cierre de las fronteras) no se mira hasta allá. Hasta que uno llega aquí mira la realidad”, afirma decepcionado.
Pese a que autoridades estadounidenses y mexicanas buscan disuadir a migrantes centroamericanos de venir a la frontera entre los dos países y que el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, dijo “no vengan” durante una entrevista para ABC News, un panorama distinto se difunde en Centroamerica y en redes sociales.
Una narrativa difundida por estafadores, ‘coyotes’ (contrabandistas de personas) y hasta por los mismos migrantes, les hace creer que ahora es más fácil atravesar la frontera para llegar a territorio estadounidense. Con miles de migrantes y solicitantes de asilo, como Rigo, salen de sus países empujados por miedo a la violencia, los estragos que ocasionas tormentas tropicales y dificultades económicas.
“Es una ventana de oportunidad más para las personas que están esperanzadas de cruzar a Estados Unidos pero hemos repetido en varias ocasiones que no esta abierta la frontera,” dice Enrique Valenzuela, coordinador del Consejo Estatal de la Población, instancia encargada del Centro
En Facebook se pueden encontrar grupos de migrantes, algunos con más de 10 mil usuarios y otros de hasta 200 mil, donde se hacen preguntas referentes a procesos migratorios y rumores de que tan fácil es cruzar por ciertas fronteras, se ofrecen préstamos y se comparten servicios de “aventón” y cruces.
Rigo menciona ser parte de algunos de estos grupos, pero nunca le prestó atención a las publicaciones de quien él piensa que son ‘coyotes’ y delincuentes.
“Nunca confié en ellos porque algunos dicen que lo van a pasar a uno, pero solo le quitan el dinero o lo secuestran”, dice Rigo. “Es mejor venir solo que arriesgar la vida con unos estafadores”.
Martha, una migrante Hondureña que fue deportada por el puente internacional Paso del Norte el 19 de marzo, menciona que no es miembro de ninguno de los grupos de Facebook, pero que los visita regularmente para informarse.
La madre de una menor de un año dice que llegó a considerar usar algún servicio que la transportaría de Chiapas a la frontera norte, pero le era imposible pagar el precio de 45 mil quetzales, unos 120 mil pesos.
“Lo que a nosotros nos decían, es que si estaban dejando entrar a papás y a mamás con menores de cinco años”, dice Martha. Esos comentarios la alentaron a tomar la decisión de viajar fuera de su país.
“Muchas de las personas que llegan aquí a la frontera nos expresan que tenían información de que la frontera ya estaba abierta y que podían presentar sus solicitudes de asilo”, afirma Blanca Navarrete, directora de Derechos Humanos Integrales en Acción A.C.
De acuerdo con Navarrete, la gran mayoría de los migrantes recién llegados dicen desconocer la política del Titulo 42, código que permite que autoridades de Border Patrol y Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) negarle la entrada a individuos debido a la emergencia sanitaria del COVID-19. Además, los solicitantes de asilo terminan frustrados al enterarse que situaciones meramente económicas no son razones válidas para aprobar sus casos.
Hasta febrero del año fiscal 2021, más de 300 mil personas han sido expulsadas de los Estados Unidos por la frontera suroeste bajo el Título 42, muestran cifras oficiales.
CONSECUENCIAS DE LA DESINFORMACIÓN
No vengan a la frontera. La frontera está cerrada, dice tajante Roberta Jacobson, asistente especial del presidente Biden y coordinadora para la frontera sur. La funcionaria advierte que las personas que intentan viajar a Estados Unidos de manera irregular corren el riesgo de convertirse en víctimas de delitos y trata de personas. Es un viaje peligroso y los ‘coyotes’ con los que se endeudan los migrantes son personas peligrosas.
“Sé que muchos migrantes pueden estar soportando dolor y dificultades, pero debo enfatizar que la frontera de Estados Unidos está cerrada. No hagan el peligroso viaje. Quédense en casa, manténgase a salvo y esperen más información sobre el proceso de asilo”, afirma luegio de su viaje a México para tratar el tema de migratorio con autoridades del gobierno de López Obrador.
Agentes de CBP aseguran que organizaciones criminales, continuamente explotan a personas desesperadas haciéndolas pagar miles de dólares para pasarlas de contrabando por la frontera a Estados Unidos.
“Estos criminales dejan a personas en casas de seguridad que están en condiciones escuálidas o los abandonan en el desierto bajo situaciones riesgosas y letales como temperaturas extremas o sin suficiente comida, agua o ropa”, dice el especialista de relaciones públicas de CBP, Landon Hutchens.
Los solicitantes de asilo que llegan a la frontera norte no solo están expuestos a estafas que los hacen perder miles de dólares, sino también a secuestros y extorsiones a sus familiares en sus países de origen o en Estados Unidos, dice Navarrete.
En el caso de mujeres migrantes, estas pueden sufrir violencia de género y sexual por parte de los traficantes o durante el transcurso desde Centroamérica.
Su vulnerabilidad es mayor, agrega Valenzuela, por que las personas de Centroamérica que son retornadas a territorio mexicano por el gobierno de Estados Unidos permanecen en el país con un estatus migratorio irregular, que no les permite trabajar formalmente.
“Quienes se dedican a traficar personas están haciendo su negocio y están alentando la esperanza que tienen los migrantes de poder cruzar”, dice el funcionario. “La necesidad y la esperanza son ingredientes perfectos para que ellos interpreten lo que quieren”.
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) señala se difunden hasta ofertas de matrimonio irregulares, falsificación de actas, sellos y formas migratorias y ofertas de regularización a través de empleos falsos como otras estafas comunes.
También señala que a los migrantes se les pide realizar los pago de eso trámites migratorios y visas falsos en cuentas federales y no a individuos.
ACNUR, junto con la Organización Internacional para las Migraciones, UNICEF México y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, creo una herramienta de información para refugiados y migrantes llamada “El Jaguar” donde emite información confiable y advierte sobre los distintos fraudes detectados.
El Jaguar es accesible a través de una pagina de Facebook y cualquier pregunta se puede hacer confidencialmente vía Messenger.
Este trabajo fue publicado originalmente en La Verdad Juárez que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.