Más de 300 jóvenes marcharon hacia las puertas de Palacio de Gobierno en la zona centro de Guadalajara, Jalisco para demandar justicia por el asesinato de Victoria Salazar, mujer originaria de El Salvador y refugiada en México, en manos de cuatro elementos de la policía en Tulum, Quintana Roo el pasado 27 de marzo.
Entre sus consignas las integrantes del Frente Feminista de Jalisco demandaron alto a la violencia policial y reconocieron que estas prácticas son recurrentes también en el estado de Jalisco en contra de las mujeres; aseguraron que en medio de este contexto las fuerzas policiales además de agredirles de manera directa y cometer abusos, el sistema de seguridad y procuración de justicia mantiene una deuda pendiente al no detener y sancionar a sus agresores.
Por Dalia Souza / @DaliaSouzal
Fotografías: Dalia Souza e Irlanda Moran
“Queremos recordar a Victoria, Victoria la madre, Victoria la hija, Victoria la hermana, Victoria la migrante, Victoria la mujer, esa que salió un día de El Salvador con un objetivo en la mente: seguridad, estabilidad, libertad, una vida digna pero que a cambio recibió de México muerte” afirmaron mujeres integrantes de diversas colectivas del Frente Feminista de Jalisco que convocaron a manifestarse frente a las puertas de Palacio de Gobierno en el Centro Histórico de Guadalajara para exigir “Justicia para Victoria”.
Victoria Salazar mujer originaria de El Salvador fue asesinada el sábado 27 de marzo por cuatro policías de Tulum en el estado de Quintana Roo, luego de que le sometieran con brutalidad y le causaran una fractura en la parte superior de la columna vertebral por el uso excesivo de la fuerza ejercido durante su detención. La mujer de 36 años había huido de la violencia de género que sufría de parte del padre de sus dos hijas y contaba con una visa humanitaria en México.
“Victoria no murió, Victoria fue asesinada. A Victoria la asesinó la indiferencia, a Victoria la asesinó el desamparo, a Victoria la asesinó el odio, el despreció, la xenofobia, la violencia estructural, la misoginia, a Victoria la mató el sistema, el Estado fallido de El Salvador, la mató el Estado podrido de México a través de brazo armado: la pinche policía” denunciaron con megáfono en mano y frente a la mirada de más de 50 policías estatales y agentes viales que resguardaban con vallas metálicas el edificio de cantera.
Las mujeres que se manifestaron la tarde de este miércoles 31 de marzo, en su mayoría jóvenes, recorrieron las calles del centro de Guadalajara para demostrar el hartazgo que les genera el sistema de seguridad mexicano a través de sus fuerzas policiales. Una a una, narraron las experiencias de abuso físico, sexual y de autoridad que han experimentado a lo largo de su vida por elementos de estas corporaciones de seguridad.
“Tenía 13 años, estaba junto con unos amigos en el parque cuando unos policías, entre ellos una agente mujer, nos detuvieron y nos subieron a su patrulla. La policía me bajó los pantalones y me introdujo uno de sus dedos en mi vagina para ´ver si no traía droga´” expuso una de las asistentes.
Otra de las jóvenes, relató que hace algunos años fue detenida también por elementos de la policía mientras se encontraba con sus amigos; recuerda que en el momento de la detención recibió insultos como “puta” y “zorra” por parte de los agentes, quienes, además, intentaron violarla en la cabina de la patrulla:
“Si quiero ahorita te desaparezco, pero primero me doy grasa” le dijo uno de los policías.
“Me quiso levantar la blusa, pataleé, grité, mis compas empezaron a gritar porque estaban en la otra patrulla, se arrimaron otros dos puercos y me quisieron violar” denunció ante la mirada y escucha de las policías que protegían el recinto.
Relató que los agentes policiales le decían que “si se dejaba” no la llevarían a los separos, por supuesto que se negó: “¿a poco creen que le tengo miedo a una puta celda?” recuerda las palabras con las que los confrontó. Después la amenazaron: “si dices algo de lo que pasó te va a cargar la verga”.
Cuando estuvo frente a un Ministerio Público y denunció lo que le habían hecho, no sucedió nada, “les valió pito” dice. Después, la llevaron a un cuarto donde la desnudaron, la tocaron y le “hicieron lo que quisieron” para finalmente encerrarla en “una celda alejada de todas”.
Luego de un tiempo sus familiares llegaron por ella, pagaron la fianza y cuando también intentó hablar con un abogado para denunciar lo que le había sucedido le advirtieron que “mejor ni la hiciera de pedo”.
Foto: Irlanda Morán
Foto: Irlanda Morán.
Entre los testimonios también prevalece la decepción y el hartazgo hacia el sistema de procuración de justicia,el cual ha dejado en libertad a la mayoría de sus agresores.
“Yo denuncié y no hubo justicia” señalaba el cartel de Shedani y junto a esta frase la copia de su denuncia ante la Fiscalía del Estado de Jalisco. La joven de 20 años narró que el 7 de marzo de 2020 fue agredida por Marco Antonio “N” conductor de la plataforma Didi, el cual aún permanece libre y sin recibir una sanción.
“Un hombre intentó secuestrarnos y desaparecernos a mí y a mi amiga, pero pudimos huir. Cuando intentamos denunciar los policías nos dijeron que no podían detenerlo porque no nos había hecho nada”, afirmó una de las jóvenes que decidió contar su historia.
Por ello, con la certeza que les provee la experiencia misma, denunciaron que: “queda claro que para el gobierno y el sistema judicial nunca hemos importado”.
Finalmente, sumadas a la exigencia nacional de “Justicia para Victoria”, demandaron a la Fiscalía del Estado de Quintana Roo el enjuiciamiento de los cuatro elementos de la policía municipal de Tulum por el delito de feminicidio: “no queremos simulaciones”, sentenciaron y advirtieron: “Victoria no murió la mataron y vamos a quemarlo todo si es necesario”.
“En México los policías son criminales con autoridad de matar, reprimir, violar y acosar mujeres con total impunidad, estamos hartas de vivir con miedo y de tener que exigir justicia. Estamos hartas de que las fuerzas policiales estén aquí protegiendo monumentos en lugar de darnos resultarnos y protegernos” concluyeron.