#HastaEncontrarlo
José Antonio Tejeda Serna fue desaparecido de su propio domicilio en Villas de Guadalupe, Zapopan, el 18 de noviembre de 2019. Su cuerpo, lamentablemente, fue hallado sin vida en enero de 2020 en una fosa clandestina localizada en un predio de la colonia Lomas de Centinela, pero eso fue notificado a su familia hasta el mes de marzo de ese año.
Desde entonces, Margarita, su madre, ha ido infinidad de veces al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) para ver fotografías de los restos humanos localizados en aquella fosa. Eso la ha llevado a identificar cada una de las partes de su hijo, pero a un año de todo esto le dicen que no se lo pueden entregar, pues “hay errores” en el procedimiento de identificación de los que, por supuesto, ni el IJCF ni la Fiscalía del Estado de Jalisco se han hecho responsables.
La principal excusa que le dan a Margarita para no entregarle a su hijo es que las confrontas de genética no están listas; sin embargo, esto podría no ser verdad porque de las 9 mil 657 muestras genéticas que ha tomado el IJCF a cuerpos, osamentas y/o segmentos anatómicos, desde 2019 al 31 de diciembre de 2020, sólo se han emitido 840 dictámenes de confrontas directas con el ADN que se ha tomado a familiares de desaparecidos; es decir, sólo 9 de cada 100 cuerpos y/o restos localizados pasan por este proceso.
Por Darwin Franco / @DarwinFranco
“Para que me dicen que ya lo encontraron si no me lo quieren dar… esto es una burla, sólo la traen a uno vuelta y vuelta, pero nadie se hace responsable y todos se lavan las manos… y esto que vive uno es una cuchillada en el corazón porque mi hijo lleva ahí metido un año en el Semefo y no me lo quieren regresar”.
Son las palabras que con rabia y firmeza expresa Margarita, madre de José Antonio Tejeda Serna, de 30 años, quien fue desaparecido el 18 de noviembre de 2019, y cuyo cuerpo sin vida fue localizado en enero de 2020 en una fosa clandestina dentro de un predio en la colonia Lomas de Centinela en Zapopan, Jalisco, donde se aseguró que se habían localizado 185 indicios, entre ellos osamentas y restos humanos, que corresponderían a 12 personas.
No obstante, la noticia de su localización no le fue informada hasta el 17 de marzo de 2020 cuando le llamaron de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas de la Fiscalía del Estado de Jalisco para decirle que ya habían localizado a su hijo, José Antonio, pero que las razones se las darían en el Semefo del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF).
“Me mandaron a ciencias forenses y ahí me enseñaron fotos de partes de mi hijo y sí era, pero que para dármelo tenían que hacerle no sé que tantas pruebas de genética, pero todo se hizo largo porque primero que no daban con mis muestras, así que después llevé a mis nietos y luego al papá de mi hijo, pero que debían de hacer todo el papeleo, pero pa mí todo son mentiras, pues no me dan información de nada o me dicen que lo de genética no está y que regrese en 15 días, pero así se nos fue ya un año”, explicó Margarita.
En una de esas vueltas, lograron identificar, a través de una fotografía forense, la cabeza de José Antonio; esto lo hizo tanto Margarita como uno de sus hermanas y una sobrina, pero después de semanas les dijeron que esa cabeza ya no aparecía.
“Nosotros la identificamos y era mi hijo, pero luego nos dijeron que no era y después ya nos dijeron que no aparece… cómo no va aparecer si nosotros la vimos, les dije a los del Semefo… si nosotras la reconocimos, pero luego nos dijeron que siempre no era, que porque no dio con el ADN y no sé que cosas, pero tampoco nos dan pruebas”, señaló Margarita.
Pocas confrontas genéticas, muchas excusas burocráticas
De enero de 2019 al 31 de diciembre de 2020, el IJCF a solicitud de la Fiscalía del Estado de Jalisco ha realizado 5 mil 850 tomas de muestra de ADN a familiares de personas desaparecidas; así mismo ha tomado 8 mil 657 muestras de ADN a cuerpos, osamentas y/o restos anatómicos localizados sin vida, pero la Dirección de Genética -también a solicitud de la Fiscalía– sólo ha emitido 840 dictámenes de confrontas en los dos últimos años; así lo informó el instituto forense en la solicitud de transparencia UT/018/2021.
Esto significa que sólo 9 de cada 100 cuerpos y/o restos anatómicos localizados pasan por la confronta genética que tanto se usa como excusa para alargar el proceso de identificación y la posterior entrega de los cuerpos de las personas fallecidas sin identificar en Jalisco.
Los 840 dictámenes de confronta genética representan sólo el 9 por ciento de todas las muestras que se han tomado a los cuerpos de personas fallecidas sin identificar, y el 14% de las muestras de ADN tomadas a familiares de personas desaparecidas.
En un estado con una crisis forense persistente, el nivel de confrontas genéticas es muy bajo; las razones que ha dado el IJCF estriban en que no hay presupuesto para comprar los reactivos que permitan la toma de ADN a todos los familiares de personas desaparecidas y a todos los cuerpos y/o segmentos anatómicos que son localizados tanto en la vía pública como en fosas clandestinas en el estado.
Actualmente, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no localizadas señala que en Jalisco existen 12 mil 134 personas desaparecidas; si se compara este dato con el número de muestras de ADN que el IJCF tiene de familiares de las y los desaparecidos en el estado, sólo al 48 de cada 100 personas que han denunciado una desaparición se les ha tomado una muestra genética.
La apuesta del IJCF y de la Fiscalía del Estado de Jalisco está en la identificación mediante fotografías forenses u otros medios de identificación (huellas dactilares o placas dentales, por ejemplo), pues esto es prácticamente lo único que muestran a las familias que van al área de búsqueda del instituto forensepara saber si está ahí, el cuerpo de su ser querido.
En el caso de Margarita, lo único que le han mostrado son fotografías forenses. Y es así como ella ha identificado cada una de las partes de su hijo, las cuales -le aseguran los peritos- después pasaron por un proceso de identificación en la Dirección de Genética del IJCF, pero ahí es donde -a decir de Margarita- todo se detiene.
“Ahí en genética es donde todo se pierde… que porque el dictamen aún no está, que aún faltan pruebas o porque las que se hicieron no sirvieron y que deben tomar más muestras, la cosa es que ahí nos traen a vuelta y vuelta… y de la Fiscalía tampoco nos dicen nada que porque ya todo debe hacer en ciencias forenses y así el cuento de nunca acabar, pues todos se lavan las manos y nadie nos da razón”, denuncia Margarita.
Lo que ella quiere es que ya le entreguen el cuerpo de su Juan Antonio, el cual que aceptará así como esté, así como ahora lo tengan, ya que no quiere que su hijo pase un año más dentro del Semefo:
“Yo lo que quiero es recuperar a mi hijo, así como esté… quiero ya tenerlo, pero lo que nos hacen es como un juego, es una burla porque bien que saben que ahí está y no nos lo quieren dar que porque falta un papel o quien sabe qué cosas, pero siempre es lo mismo… nunca tiene nada o no tiene nada en orden, lo único que yo sé es que ahí está mi hijo y que ya fue suficiente espera para que me lo entreguen”, finalizó Margarita.
Actualmente, el IJCF y la Fiscalía del Estado de Jalisco tienen en resguardo a 2 mil 248 personas fallecidas sin identificar, esto al 23 de marzo de 2021, de las cuales mil 117 ha sido ya inhumadas en panteones municipales y 593 están las instalaciones que el instituto tiene en el estado.