Familiares de personas desaparecidas en Jalisco, Guanajuato, Coahuila, Tamaulipas, Estado de México y Ciudad de México organizados a través de los colectivos Caravana Internacional de Búsqueda de Desaparecidos; Entre Cielo y Tierra; De Pie hasta Encontrarte y Hasta Encontrarles CDMX realizaron dos acciones de protesta en Guadalajara, Jalisco, donde exigieron a los gobierno estatales mayor coordinación institucional para buscar a sus seres queridos desaparecidos, pues han identificado que los “famosos oficiones de colaboración” son simples trámites que no derivan en búsqueda.
A través de una rueda de prensa y una marcha que culminó en la Glorieta de las y los Desaparecidos de Jalisco, más de 200 familiares portaron con dignidad el rostro de los suyos para visibilizar que todas ellas y ellos han no logran regresar a casa, pues quienes tendrían que buscarles en vida y, lamentablemente, en muerte no tienen voluntad ni dispocisión para investigar por qué desaparecieron a sus familiares, quiénes se los llevaron y, lo más importante, dónde están ahora.
Por Darwin Franco / @DarwinFranco y Dalia Souza / @DaliaSouzal
Fotografías por Christian Cantero / @ChristianChMalv
Ángel Iván Gómez, Ciro Manuel Vera, Ricardo Daniel Moreno, Jonathan Eduardo Martínez, Wuilliams Omar Salinas, Alejandro Carranza, Carlos Alberto Flores, Jaime Eduardo Vega, Cristian Alexander Valencia y Raúl Servín Galván.
Presentes: Ahora y siempre.
Con diversos pases de lista para nombrar y visibilizar la desaparición de sus seres queridos; las y los integrantes de los colectivos que se unieron a la sexta Caravana Internacional de Búsqueda de Desaparecidos tomaron las calles de Guadalajara con la firme intención de señalar que la pandemia de desapariciones en el país no ha cesado y que para frenarla hace falta acciones de investigación y búsqueda interestatales que simplemente no se han realizado porque los gobiernos no han querido trabajar de manera coordinada.
Bajo el sol que caía a plomo en la Plaza de la República, diversos familiares de personas desaparecidas en Jalisco, Guanajuato, Coahuila, Tamaulipas, Estado de México y Ciudad de México ofrecieron una rueda de prensa para informar que su presencia en el estado es consecencia del trabajo coordinado entre colectivos familiares que han comprendido que para la comisión de un delito de lesa humanidad como la desaparición no existen fronteras ni delimitaciones institucionales, pues quienes son desaparecidos en Torreón, Coahuila, bien pueden ser traídos a Guadalajara o la Ciudad de México, y viceversa.
Sin embargo, denunciaron que al ser pocos los estados que tienen una visión integral de esta práctica delictiva, han tenido que ser las familias quienes instauren procesos de búsqueda interestatales o regionales, pues la excusa de las autoridades es que no pueden buscar más allá de su jurisdicción y, por lo tanto, lo único que hacen es enviar un oficio de colaboración a otros estados, mismos documentos que siempre acaban en nada.
Rueda de prensa de la Caravana Internacional de Búsqueda de Desaparecidos (Foto: Darwin Franco).
Georgina Aranda, presidenta de la Caravana Internacional de Búsqueda de Desaparecidos y madre de Tania Sánchez Arana -desaparecida el 21 de enero de 2012 en el municipio de Francisco I. Madero, Coahuila- manifestó que trabajar de manera conjunta amplia el margen de búsqueda sin importar dónde ocurrió la desaparición.
Así mismo, Julio Sánchez -integrante de la Caravana Internacional– precisó que, además, es un modelo que permite buscar en vida, pero también en muerte porque quienes integran este colectivo también busca en servicios médicos forenses y en fosas clandestinas:
“nuestra búsqueda se hace confiando en que los encontraremos vivos, pero también es pacífica porque no buscamos culpables… buscamos a nuestros hijos, y queremos que la gente lo sepa porque si algo padecemos es la criminalización de nuestros familiares”.
En las diversas lonas de búsqueda colocadas sobre la Plaza de la República existía una constante: la juventud de quienes fueron desaparecidos. Ellas y ellos son jóvenes, en su mayoría, entre los 16 y 29 años. Jóvenes que -como señalan sus madres- un buen día salieron de sus casas o trabajos para ya no volver.
Jóvenes como el 45% de todas las personas que han desaparecido en México desde el 2012, y como el 40% de todos aquellos que no han vuelto con sus familias en Jalisco.
Marlety García, coordinadora del colectivo Entre el Cielo y Tierra y madre de César Ulises Quintero -desaparecido desde el 4 de agosto de 2017 en Ocotlán Jalisco–, remarcó la importancia que tiene que familias de otros estados estén en Jalisco, entidad que ocupa el segundo lugar en personas desaparecidas en el país y la primera eb mayor número de cuerpos de personas fallecidas no identificadas exhumadas de fosas clandestinas:
“Que la Caravana Internacional esté aquí es importante para exigirles a las autoridades que hagan lo que tiene que hacer para buscarlos, pues a las familias que estamos en el colectivo y a muchas más no se les atiende como debería”.
Una de las acciones que estas familias realizarán en Jalisco es la revisión de los expedientes forenses que se tienen de las más de 4 mil personas fallecidas no identificadas y/o reclamadas que están bajo el resguardo de la Fiscalía del Estado de Jalisco y el Instituto Jalisciense de Ciencias Forense, pues existen sospechas de que ahí pudieran estar algunos de los familiares de quienes integran la sexta Caravana Internacional.
Rosaura Magaña también integrante de Entre Cielo y Tierra y madre de Carlos Eduardo Amador Mañaga -desaparecido desde el 13 de junio de 2017 en Tlaquepaque, Jalisco- recordó que el integrarse a la Caravana Internacional ha sido clave para comprender que no se está sola en la búsqueda y que al hacerlo de manera colectiva:
“se fortalece la esperanza y se controla el miedo, pues aunque la búsqueda que hacemos es en vida, no deja de ser díficil porque al buscarlos en cárceles o centros de salubridad uno se enfrenta a estigmas, pero ahí es donde hemos encontrado pistas y personas que se han rescatado con la información que ahí hemos recabado”.
Después el micrófono fue tomado por diversas familias que expusieron sus casos y búsquedas; por ejemplo, la señora Cuquita -como la conocen en la Caravana– denunció que su hija Elda Adriana Valdez Montoya tiene ya seis meses desaparecida.
A ella se le vio por última vez en centro nocturno El Nuevo Galeón, el 10 de agosto de 2020; sin embargo, es fecha que a nadie de este lugar ubicado en la zona centro de Guadalajara se le ha llamado a declarar para explicar qué fue lo que pasó aquella noche en que Elda fue desaparecida. Ella tenía apenas 15 días de trabajar en ese establecimiento.
Del colectivo De Pie Hasta Encontrarte, Sandra Mercado, madre de Ramona Ramos Mercado -desaparecida desde el 11 de septiembre de 2017 en Silao, Guanajuato- narró que su hija fue desaparecida a pocos días de celabrar sus XV Años y, desde esa fecha, lo único que ha encontrado es la ineficacia e incompetencia de las autoridades de Guanajuato, donde con todas sus palabras señaló: “Nadie ha buscado a mi hija”.
Misma situación padece Jaqueline Palmeros, proveniente de la Ciudad de México, y quien busca a su hija Jael Monserrat Uribe Palmeros -desaparecida desde el 24 de julio de 2020 en Iztapalapa-:
“A seis meses de su desaparición sólo han ocurrido omisiones; tres veces nos han cambiado a los ministerios públicos y a los policías investigadores; también se ha pérdido parte de la carpeta de investigación y un video que era una prueba fehaciente de un vehículo que aborda a mi hija; y el apoyo de otros estados para seguir las pistas simplemente no llega… no hay un sistema para buscar en otro estados, nosotras no tendríamos que estar haciendo esto”, concluyó.
Mismas omisiones en la desaparición de Dilan Alejandro Colmenares Guerrero de 14 años -desaparecido desde el 9 de junio de 2020 en Iztapalapa-:
“En el caso de mi hijo, la Fiscalía de Desaparecidos en la Ciudad de México no ha hecho su trabajo, la primera búsqueda ocurrió cuatro meses después de su desaparición y el principal sospechoso no ha sido detenido”.
Estas dilaciones de la justicia, lamentablemente, se replican en muchas de las familias presentes en la Caravana Internacional; por ello, es que se han conjuntado, pues no están dispuestas a seguir esperando que las autoridades cumplan con la obligación que tienen de investigar la desaparición de sus familiares y de localizarles con vida.
¿Qué harían si su hija o hijo sale de su casa y ya no regresa jamás?
Los pases de lista en la sexta Caravana Internacional de Búsqueda de Desaparecidos continuaron en la acción denominada “Marcha por los nuestros”, la cual se realizó la tarde del 8 de enero de la Plaza de la República a la Glorieta de las y los desaparecidos de Jalisco.
Desde una camioneta con un altavoz que después escuchaba replicar su mensaje a lo largo de un contingente de más de 200 personas, se nombró uno a uno los familiares desaparecidos de las y los integrantes de los colectivos Caravana Internacional de Búsqueda de Desaparecidos; Entre Cielo y Tierra; De Pie hasta Encontrarte y Hasta Encontrarles CDMX.
Raudel Sandoval, Jesús Martín Batres, Dilan Colmenares, Tania Sánchez, Marco Antonio Ibarra, Jael Monserrat Uribe, Fernando Martínez, Víctor Manuel Guajardo, Jaime Eduardo Vega, Carlos Alberto Flores, Alejandro Carranza Rojo, Ángel Iván Gómez, Manuel Amante, Noé Soto, José Márquez y Carlos Eduardo Amador.
Presentes: Ahora y siempre.
Esta última era la frase que se repetía como un mantra después de cada nombre porque si de algo están seguras las familias presentes en la marcha, es que no cesarán de buscar a sus seres queridos donde quiera que los hayan llevado y como sea que éstos se encuentren.
Así lo reflejaban sus expresiones contenidas detrás de cientos de cubrebocas que fueron intervenidos con frases como: “¿Dónde están? o ¡Hasta Encontrarlos!”, pero también los testimonios que a este medio otorgaron durante la transmisión en vivo que se hizo de su recorrido por Avenida Chapultepec hasta llegar a la Glorieta de las y los desaparecidos.
Ricardo Daniel Moreno, Jonathan Eduardo Martínez, Jared Antonio Cano, Vicente Hernández, Raúl Hernández, Marco Antonio Vázquez, César Ulises Quintero, Carlos Arturo Serrano, Erick Ramírez, José Francisco Guillén, Jorge Rivas, Fernando Guillén, Daniel Becerra, Víctor Manuel Iñiguez, José de Jesús Mejía, Carlos Serrano y Roberto Amezquita.
Presentes: Ahora y siempre.
Y los nombres podrían continuar por horas porque en México, conforme a la Secretaría de Gobernación, existen más de 76 mil personas desaparecidas y no importa que las autoridades digan que el delito va a la baja, mientras estas familias sigan siendo fiel testimonio del poco trabajo que se hace para buscar a las y los que ya han desaparecido.
Así lo evidenciaron, los familiares de Leonel Baez Martínez, Jesús Armando Reyes Escobar y Ángel Gerardo Ramírez Chaufón, quienes fueron desaparecidos el 29 de enero de 2019 al salir de trabajar de la tienda departamental Sanborns en la alcaldía Gustavo A. Madero de la Ciudad de México: “A casi dos años de la desaparición, no nos han dado ninguna respuesta las autoridades”.
Misma tragedia padece la madre de Jessica Monserrat Jiménez Ibarra, quien fue desaparecida el 7 de agosto de 2019 en Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco:
“Las autoridades no nos han dado respuesta alguna… ya me cambiaron a los comandantes y eso siempre hace que volvamos a empezar… yo espero encontrar a mi hija, pues mi otro hijo también se me perdió, pero a ese me lo entregaron en cenizas, y eso que yo estuve yendo a Semefo… pero a mí nunca me dijeron que estuvo ahí y así me lo entregaron. Yo por eso estoy aquí porque no quiero que a mi hija me la entreguen de la misma manera”.
La magnitud de una tragedia como lo es la desaparición de personas no debe medirse sólo con la estadística delictiva sino con el peso de los testimonios que dan las y los familiares de las personas desaparecidas, quienes solas y/o en caravana buscan a sus seres queridos desaparecidos con y a pesar de la autoridad.
La marcha culminó en la Glorieta de las y los Desaparecidos de Jalisco; ahí las familias provenientes de otros estados colocaron sus lonas de búsqueda y realizaron un acto espiritual para encaminar a sus hijos a casa:
“Prendan la luz de sus celulares y piensen que ésta es una lucecita para guiar a sus seres queridos a su hogar… que es una lucecita de comprensión y esperanza… que es una luz que debe tocar a quienes deberían buscar a sus familiares”, precisó el padre Julio.
La imagen de las familias con sus luces significó un consuelo colectivo que cerró con varios abrazos que les hicieron reconocer a estas familias que no caminan solas en la búsqueda de sus seres queridos desaparecidos, ya sea aquí en Jalisco o en cualquier otro lugar donde en caravana tengan ir a localizárseles, pues lo que las mueve es el amor y la esperanza, lo cual jamás podrá opacar o borrar ningún gobierno omiso e indolente.