#AlianzaDeMedios
¿Ansiedad, insomnio, irritabilidad? Autoridades y docentes coinciden: las clases a distancia del programa Aprende en Casa han causado una afectación directa en el estado emocional y las habilidades sociales de niños y adolescentes. Sus testimonios lo confirman
Texto: Reyna Haydee Ramírez e Isabel Briseño
Fotos: Isabel Briseño
Los docentes mexicanos están preocupados por el daño emocional de niñas, niños y adolescentes que, durante la pandemia, acumulan cientos de horas frente a la pantalla.
Así lo confirman al menos la mitad de maestros consultados por la SEP: En la encuesta que aplicó la Secretaría de Educación Pública a casi 300 mil docentes, directores y supervisores de educación básica, 45 por ciento reconoció que no asistir a clases presenciales afecta principalmente el estado emocional de sus estudiantes. Uno de cada tres (31 por ciento) notó que la distancia afecta su aprendizaje y uno de cada 5 (20 por ciento) advierte que estudiar desde casa afecta más las habilidades sociales de los chicos.
En la mesa de un hogar en Ciudad de México, cuatro alumnos que pertenecen al sistema educativo público en distintos niveles dicen que no aprenden porque no les gusta tomar clases en línea y el programa “Aprende en casa II” les aburre.
Las clases en línea, dicen estos escolares consultados por Pie de Página: ni son fáciles, ni generan una comunicación diaria, ni obtienen retroalimentación con los maestros.
Extrañan volver a los salones de clases…
Uriel, primaria
Uriel estudia el cuarto año de primaria. Sus jornadas de estudio son arduas y extensas porque invierte mucho tiempo en resolver las 25 hojas que le envía cada día su profesor Alejandro, cinco por cada materia. La mamá de Uriel se angustia porque el niño no avanza en el día y termina enviando su trabajo hasta la noche, pese a que es un alumno que aprende y retiene fácilmente lo que repasa.
“Sabiendo que no me van a dejar descansar, ¿así que ánimos tengo? No me gusta que no me dan descansos largos, mi mamá solo me deja descansar 5 minutos porque no me apuro, pero no me dan ganas”, dice el niño de 10 años de edad.
El estudiante dedica de las 9 de la mañana hasta las 4 para resolver sus ejercicios, a veces tarda más, y de las 4:30 a las 7:30 están las clases en la televisión, que a él no le gustan.
“Las personas que hablan en la tele explican como si le hablaran a bebés”, se queja.
Uriel dice que no extraña la escuela en sí, lo que extraña es jugar con sus compañeros. Desde hace casi un año, su única compañía es su mamá, con quien sostiene una lucha constante por hacer o no las actividades escolares.
Uriel se distrae fácilmente. Puede entretenerse con sus manos que comenzó a morderse por los nervios. Una de las estrategias que su familia implementó para incentivarlo fue el uso de los juegos en el celular si cumplía con sus actividades, pero notaron que el niños comenzó a morderse los nudillos cada que perdía.
Su madre platica que ahora ya ni esa estrategia funciona y le está costando mucho trabajo quitarle ese hábito de morderse las manos.
“Se distrae con todo, menos con la programación de Aprende en casa, esa no le gusta para nada”.
Madre de Uriel.
Uriel no tiene celular propio, pero usa el de su mamá para enviar sus trabajos concluidos.
Jaqueline, secundaria
Para esta estudiante de segundo año de secundaria esponerse en la pantalla frente a sus compañeros le representa un estrés permanente:
“No me gusta entrar a clases, me da pena. No me gusta participar frente a una cámara. Hay compañeros que te hacen stickers y los envían al grupo de whatsapp y todos se ríen”.
Jaqueline, estudiante de secundaria
Jaqueline explica que le resulta pesado mantener sus clases en línea y evita ver la programación de Aprende en Casa por televisión. Dice que, además, a algunos maestros no les interesa mucho que los alumnos lo vean.
Las calificaciones de Jaki, como le dice su familia, han bajado porque le cuesta trabajo entender y se queda con dudas, no se anima a preguntar por temor al ciberbullying: “prefiero investigar por mi cuenta lo que no entiendo”. Pero cuando entra a las clases en línea debe asistir con el uniforme, encender la cámara, y participar, de lo contrario la sacan de la clase. Los prefectos también acuden a las sesiones y funcionan como vigías. Lo que no ven los prefectos, dice la estudiante, son las conversaciones en donde se burlan algunos compañeros.
“Mi mejor amiga no entra a las clases, sacó 1.1… Muchos están reprobando porque no entran a las clases y además nos dejan mucha tarea”.
Jaqueline pone todos sus esfuerzos para terminar con las tareas que le dejan, si tiene duda sobre algún tema, lo investiga en internet.
Ingrid, prescolar
Ingrid tiene 3 años ycursa su primer año de educación preescolar. Conoce a su maestra, Viki, y a sus nuevos compañeros solo por videollamada. Toma clases tres días: lunes, martes y viernes; los miércoles y jueves tiene clase de música con un maestro que toca la guitarra pero a Ingrid eso no le interesa: “mami, mejor ponme Tik tok”, pide. A través de la pantalla, explica la mamá de Ingrid, los maestros no logran mantener la atención de los ocho niños que suelen conectarse de un grupo de 20 alumnos. Sí hay clases del programa “Aprende en casa” para nivel preescolar, pero la profesora no se las ha dejado ver.
Ella acude a clases de regularización porque algunas vecinas le recomendaron a su mamá una maestra que ayuda a los alumnos a que aprendan más rápido, asiste martes y sábados dos horas junto a otros tres compañeritos. Esos días, destaca la mamá, Ingrid sí se prepara para ir con gusto.
Ingrid se emociona y dice que ella también quiere hacer “su tarea” si ve a sus primos realizando la misma actividad pero es muy diferente si le toca a ella sola sentarse en la mesa y frente al cuaderno o frente a la tablet. Pone atención 10 minutos, después de harta, se para y se va.
La encuesta
De acuerdo con el documento elaborado por la Dirección General de Gestión Escolar y Enfoque Territorial en diciembre de 2020, el programa de educación a distancia que implementó la SEP para el ciclo escolar 2020-2021 durante la pandemia ha dejado resultados positivos entre maestrasy maestros.
Testimonios de estudiantes, sin embargo, difieren con los docentes sobre sus clases: ni son fáciles, ni hay comunicación diaria, ni retroalimentación y, sobre todo, extrañan asistir a la escuela.
De acuerdo con la encuesta, los niños sí atienden las clases en televisión abierta, se quejan poco, avanzan en su aprendizaje. Esta es parte de los resultados del ejercicio que realizó la SEP a 291 mil 279 maestros de educación básica en las 32 entidades del país, para evaluar el programa Aprende en Casa II en su primer semestre.
La encuesta fue coordinada por la dirección general de Gestión escolar y Enfoque Territorial de la subsecretaría de Educación Básica.
En el Estado de México se aplicó la mayoría de las encuestas a 58 mil 944 profesores; seguido de Puebla con 29 mil 154; Ciudad de México con 27 mil 985; y Veracruz con 21 mil 672. En el resto del país la muestra fue menor a 10 mil docentes.
En Oaxaca, en contraste, la encuesta sólo se aplicó a 375 maestros.
El ciclo escolar 2020-2021 inició el 24 de agosto del 2020, con clases a distancia para poco más de 36 millones de estudiantes en todo el país, entre ellos 25 millones de alumnos en educación básica que son atendidos por un millón 225 mil maestros.
Ingrid ha aprendido algunas cosas gracias a las clases presenciales que le están pagando con una maestra de regularización.
Cifras que se contraponen
La encuesta muestra respuestas que se contraponen con la preocupación que mostró el exsecretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, durante la conferencia matutina del 11 de enero, donde anunció el inicio del segundo semestre del ciclo escolar.
De los casi 300 mil docentes encuestados, la mitad asegura que sus alumnos ven todos los días los programas escolares que se transmiten por televisión abierta. Sólo 3 mil 919 maestros reconocen que sus alumnos no ven las clases por televisión.
Otros 8 mil 465 profesores indican que sus alumnos sólo ven las clases un día a la semana. Aunque una gran mayoría tienen televisión, y éste es el principal recurso que usan para dar las clases.
También respondieron que una gran mayoría de estudiantes tiene teléfono celular. Y así dos terceras partes, 206 mil 431 maestros, responden que es mediante el celular que les brindan asesorías, en llamadas o mensajes de texto, para aclarar, dudas de lo que ven por televisión.
Hay 78 mil 627 docentes que dijeron usar su propia estrategia de enseñanza, algunos incluyen visitas domiciliarias a sus alumnos. Y sólo 637 maestros indicaron que no usan ningún medio para dar continuidad a lo que se enseña en el programa Aprende en Casa II.
Los encuestados coinciden en su mayoría que todos los alumnos recibieron sus libros de texto gratuito, y sobre todo que las clases son fáciles, aunque 20 mil docentes advierten que son difíciles o muy difíciles.
¿Con qué frecuencia los alumnos dicen que no entienden las clases por televisión? También casi el 80 por ciento de los maestros encuestados dice que pocas veces. Pero 4 mil maestros revelan que siempre se quejan de no entender. Otros 20 mil dicen que la mayoría de las veces los estudiantes dicen que no entienden.
Y el aprendizaje, ¿se detuvo, avanzó o retrocedió?
Según la respuesta de la mitad de los docentes que participación en la encuesta, el aprendizaje de los estudiantes de educación básica, avanza. Pero 112 mil aseguran que el aprendizaje de los menores se detuvo y 18 mil 609 que definitivamente retrocedió.
Las matemáticas, en primer lugar, y el español siguen como las materias que más dificultad les causa a los alumnos. Se suma el inglés. Pero también casi 6 mil maestros dicen que sus alumnos tienen problemas con la asignatura Aprendiendo a amar a México.
¿Y quién apoya a los alumnos ahora con sus clases a distancia? La madre, responde el 82 por ciento de los maestros. Y casi 20 mil maestros, esto es el 6 por ciento, indican que estudian solos, que nadie les ayuda. El resto reciben ayuda del papá, la abuela, hermanos mayores, amigos y otros familiares.
¿Estudiantes tranquilos y contentos?
En la encuesta, la mayoría de docentes dijo que observan a los estudiantes tranquilos, contentos, cansados, aburridos, en ese orden.
El 23 por ciento de los docentes también mencionan que durante el primer semestre del ciclo escolar, los niños se mostraron tranquilos, un 17 por ciento indican que se mostraron contentos.
Otro 17 por ciento dice que los niños mostraron cansancio; el 15 por ciento dijo que aburridos y el 14 por ciento dicen que tuvieron un comportamiento triste.
“Una cosa importante es que el 70 por ciento de maestras y maestros dicen que, más que un problema académico, lo que hay que atender mucho a niñas y niños es en el tema también socioemocional”, añadió el secretario en la conferencia matutina del 11 de enero.
Casi 34 mil profesores dicen que sus alumnos no tienen televisión y 20 mil indican que sus alumnos no tienen ni señal de televisión. Otros 13 mil maestros exponen que ningún niño de su clase recibió sus útiles escolares.
La encuesta incluyó preguntas específicas sobre el programa Aprende en Casa II, al que le dan calificación de entre 8 y 10. Sólo 3 mil 174 docentes lo reprueban con 5. Para el 80 por ciento de los entrevistados, su participación en los programas mejoró la explicación en clases y en su mayoría indican que las autoridades escolares les dan orientación, guía y acompañamiento.
Una tercera parte de los maestros indican que con las clases a distancia se sienten más apreciados y valorados por la sociedad y que les sirvió para prepararse en el uso de herramientas tecnológicas.
En síntesis, la encuesta indica que aparentemente los maestros lograron sacar el primer periodo del ciclo escolar 2020-2021.
***
Este texto se publicó originalmente en Pie de Página: