Desde el primer día como presidente de Estados Unidos Joe Biden firmó una serie de decretos y órdenes ejecutivas para terminar, desde ahora, con todo lo que tenga la marca Trump. Y entre sus primeras decisiones hay varias que cancelan la política antimigratoria del magnate
Por Alberto Nájar / Pie de Página
Como candidato Joe Biden se comprometió a eliminar todo rastro de los programas más controvertidos de Donald Trump. Y ahora como presidente no esperó nada para cumplirlo.
Horas después de asumir el gobierno, Biden ordenó cancelar el programa Quédate en México, que obligó a más de 70 mil migrantes a esperar fuera de Estados Unidos la resolución de su petición de asilo.
La medida entra en vigor este jueves. Es uno de los 17 decretos, memorándums y órdenes ejecutivas que el nuevo presidente estadounidense firmó en la Casa Blanca.
Además, este miércoles envió al Capitolio una propuesta de ley para otorgar la ciudadanía a poco más de once millones de personas, actualmente residentes de forma indocumentada en su país.
Biden también envió un memorándum al Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), así como al fiscal general para mantener el programa DACA.
Se trata de un plan que protege de la deportación a los migrantes que llegaron a Estados Unidos sin documentos cuando eran niños. Más de 650 mil jóvenes se encuentran en esa condición.
Trump intentó cancelar el programa varias veces, pero sólo logró mantenerlo congelado después de varios reveses de jueces federales.
Biden tampoco quiso esperar para cancelar una de las acciones más emblemáticas de su antecesor, y que inclusive fue una de las razones centrales de su elección en 2016.
Apenas llegó a la oficina oval el nuevo presidente canceló la ampliación del muro que se encuentra en la frontera con México.
Y una más: el nuevo mandatario derogó las restricciones migratorias para ciudadanos de Irán, Libia, Somalia, Siria, Yemen, Venezuela y Corea del Norte.
Siguen en México
La determinación de borrar todo rastro de la era Trump fue la promesa más importante en la campaña electoral de Biden.
De hecho, en algunos casos como las medidas migratorias, el compromiso fue implementarlas en los primeros 100 días de su gobierno.
Muchos especialistas veían complicado que pudiera salir adelante con algunas ofertas, como los Protocolos de Protección al Migrante (MPP en inglés) conocidos también como Quédate en México.
Los analistas estimaban que tardaría al menos seis meses en concretarlo, pero no fue así.
Este miércoles el DHS anunció la suspensión del MPP. A partir del jueves 21 de enero “el Departamento dejará de incorporar a nuevos individuos al programa”.
Esto no significa que quienes ya forman parte de la estrategia serán admitidos ya en Estados Unidos.
Estas personas, advierte el DHS, deberán permanecer en México a la espera de más información por parte de funcionarios estadounidenses.
Entre las nuevas directivas del presidente Biden se encuentran la determinación de suspender las deportaciones de migrantes, uno de los sellos de la era Trump.
No queda claro, sin embargo, si cancela también la orden de expulsar de inmediato a todas las personas indocumentadas que son detenidas en la frontera sur, con el pretexto de la emergencia sanitaria por la pandemia de covid-19
Activistas pro migrantes en Estados Unidos ven con optimismo las medidas de Joe Biden, pero analistas políticos piden cautela.
Se refieren, por ejemplo, a su propuesta de otorgar la ciudadanía estadounidense a once millones de migrantes.
Legisladores del Partido Republicano advierten que bloquearán la iniciativa enviada al Capitolio.
Aunque el Partido Demócrata tiene mayoría en la Cámara de Representantes y el Senado, eso no significa un respaldo en automático a la iniciativa presidencial.
Muchos de los legisladores, por ejemplo, mantienen compromisos con sindicatos que siempre se han opuesto a la migración irregular.
Y existe, además, un referente histórico. En su primera elección el presidente Barack Obama se comprometió a regularizar la condición migratoria de millones de personas indocumentadas.
No cumplió y por el contrario el carismático político emprendió durante años una serie de redadas y deportaciones.
Mas de dos millones de personas, entre ellas unos 800 mil mexicanos, fueron expulsados de Estados Unidos.
Organizaciones civiles bautizaron a Barack Obama como el “deportador en jefe”.
Joe Biden era vicepresidente. Y jamás se opuso públicamente a la controvertida estrategia.