Luego de dos días de acciones feministas de sensibilización y reconocimiento de las violencias de género y machistas, de acuerpar a las y los familiares de las mujeres que han sido víctimas de feminicidio, de hacer historia nuevamente con la instalación de una antimonumenta y el nombramiento de la Plaza Imelda Virgen, concluyeron las jornadas: “Reconocernos e imaginarnos eliminando las violencias” de la Red YoVoy8deMarzo en Jalisco, en el marco del 25 de noviembre.
A lado de la antimonumenta, acompañando a las familias, padres, madres, hijas, hijos y hermanadas de mujeres que han sido asesinadas en Jalisco, las colectivas y mujeres organizadas convocaron este 25 y 26 de noviembre a hermanar luchas, a crear nuevas formas de exigencia sororal y a hacerlo “como un acto de rebeldía, defensa y autodefensa para resistir”.
Por Dalia Souza / @DaliaSouzal
“Decidimos hermanarnos para salir a tomar las calles en días como éste, porque es un ejercicio político de imaginación. Porque para creen en la posibilidad de otros mundos, es necesario practicar nuestros lazos afectivos entre mujeres para crear espacios autónomos en donde quepan quienes son, como nosotras, sujetas de segunda”, manifestó la RedYoVoy8deMarzo este jueves 26 noviembre en el cierre de la jornada feminista por el 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres en Guadalajara.
Y es que, luego de siete años de trabajo ininterrumpido en la defensa de los derechos humanos de las mujeres, consideraron que, reconocer la lucha de los familiares de las víctimas de feminicidio, de las personas empobrecidas y violentadas, de las personas de las periferias e indígenas, de las personas trans y de las trabajadoras sexuales, es reconocerse, es resignificarse, es hermanarse con “otras iguales a nosotras, individuas de segunda”.
Es justo ahí, apuntaron, donde se vuelve posible crear nuevas formas de existencia y resistencia.
La Plaza Imelda Virgen y la antimonumenta que fueron instaladas el pasado 25 de noviembre en el Centro Histórico de Guadalajara por las colectivas feministas y familias, hoy ocupan un espacio en la escena pública de confrontación, reflexión y pugna hacia con el Estado, pero también hacia la sociedad.
“Es un recuerdo constante de las deudas pendientes” que aun no son subsanadas para las mujeres, jóvenes y niñas que diariamente son víctimas de la violencia de género, de la desigualdad, de la vulneración a sus derechos, de la impunidad calcinante y el silencio indiferente de quien lo tolera.
Por lo tanto, exigieron “alto a la violencia feminicida” y demandaron a los responsables de garantizar una vida libre, segura y digna para las mujeres en el estado, aceptar “el compromiso de mantener este símbolo (la antimonumenta) en esta plaza hasta que ninguna otra falte en jalisco”.
“Para que ni una asesinada más haya en todo México, para que se haga memoria, para que se esclarezca la verdad sobre las denuncias y, para que, por sobre de todo se haga justicia”.