La calle del Turco
Por Édgar Velasco / @Turcoviejo
La vida es una cosa muy extraña. A veces los días se suceden con parsimonia, repetitivos, sin novedades, y luego de pronto viene una sucesión de hechos que resulta difícil procesar y uno apenas alcanza a agitar la cabeza para tratar de aclarar las ideas, aunque pocas veces sea posible.
Por ejemplo, esta semana, que arrancó antes de que se acabara la anterior con la detención en Estados Unidos de Salvador Cienfuegos, extitular de la Secretaría de la Defensa Nacional y que al parecer era el único hombre en el mundo que no sabía que Disneylandia está cerrada por culpa de la pandemia. Allá fue el general con su familia allá también fue la DEA para echarle el guante, sacudiendo el avispero de la política nacional. No es para menos, pues dos de las figuras más importantes del supuesto combate al crimen organizado de las administraciones anteriores están ahora presas en el vecino país del norte —Genaro García Luna y el Hermoso Cienfuegos— y resulta por demás ingenuo suponer que la administración actual está libre de pecado, considerando que los mandos actuales eran los segundos de abordo en el sexenio anterior. Habrá que ver cómo se suceden los hechos y si no pasa lo que, vamos, siempre pasa: pura llamarada de petate.
Todavía no terminábamos de digerir la noticia de Cienfuegos cuando en este portal nos sacudieron otra vez: resulta que cuando uno cree que la Fiscalía de Jalisco no puede ser más ruin, ésta nos sorprende y se empeña en demostrarnos que siempre se puede estar peor. Además del espectáculo que dieron en junio, con policías ministeriales llevándose jóvenes, ocultándolos por horas y dejándolos en colonias periféricas, esta semana nos enteramos que también hay todo un operativo para bajar la cifra de personas desaparecidas sin que esto signifique que están encontrando a las personas. Esta lamentable situación se suma a otras prácticas violatorias de los derechos humanos de las personas, como los tráileres de la muerte, la cremación o donación de cadáveres sin una adecuada identificación o las largas que se da a los familiares que, con la vida deshecha, buscan a sus seres queridos. La Fiscalía de Jalisco siendo la Fiscalía de Jalisco, pues.
Al mismo tiempo, la pandemia por covid-19 sigue campeando a sus anchas por todo el país. Con una ingenuidad que raya en la ofensa, las autoridades hablan de un “rebrote” como si en algún momento hubieran detenido los contagios. Cada vez hay más gente en las calles, cada vez hay menos medidas sanitarias y la gente no se ve muy convencida de quedarse en casa, muchos por necesidad pero bastantes más por franca necedad. ¿Pero qué se puede esperar si el presidente se niega a usar cubrebocas en una actitud más que infantil y el gobernador se dedica a decirle a la gente que se quede en casa pero al mismo tiempo la invita a salvar la economía, en una actitud que raya en la esquizofrenia? Eso sí, la liga de fútbol se dice lista para recibir gente en la tribuna, porque el dinero es el dinero y aprende algo, dinero.
Y mientras todo esto ocurre, los feminicidios no paran, las desapariciones siguen en aumento, la derecha sigue ganando espacios y no cede en su búsqueda permanente para quitarles derechos a las personas. Y aquí estamos, sacudiendo la cabeza, viendo cómo el PRI sigue ganando elecciones, cómo Morena se descuartiza por dentro y cómo López Obrador le echa la sal a los Dodgers en la Serie Mundial.
Y no nos queda otra cosa que sacudir la cabeza.