En Guadalajara el horror se ha incrementado en los últimos meses. Ahí, cualquier vivienda puede ser usada para desaparecer gente. La localización de estos sitios aumentó más del 150% en 2019, en comparación con las fincas localizadas en 2018, mientras los reportes de personas desaparecidas superaron el 200% en el mismo lapso
Por Jonathan Ávila, Francisco Campos, Darwin Franco y Dalia Souza
En la madrugada el 2 de mayo de 2019 “Pedro” cayó desvanecido en un cruce de calles cercano al centro de Guadalajara, en el occidente mexicano. Su cuerpo reflejaba heridas provocadas por arma blanca de las que emanaba sangre, que se mezclaba con el sudor producido por la agitación al correr a la velocidad que le permitían las piernas del lugar en el que había permanecido cautivo.
Kilómetro y medio lo separaba de la casa ubicada en la calle Río Bravo, de donde 30 horas más tarde liberaron a otras nueve personas. En el jardín habían enterrado a siete más.
Esta historia forma parte de una investigación realizada por ZonaDocs, en alianza con la plataforma de periodismo latinoamericano CONNECTAS y el apoyo del International Center for Journalists (ICFJ) y muestra cómo Guadalajara ha vivido una escalada de terror en los últimos años.
La finca donde escapó “Pedro” forma parte de las 28 localizadas que se localizaron en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) en 2019, y que ahora son conocidas como “sitios de exterminio”. Este concepto es una resignificación de las familias de personas desaparecidas en México para “dar cuenta de la multiplicidad de mecanismos de eliminación y tratamiento de los restos humanos y cuerpos”, como refiere Carolina Robledo, coordinadora del Grupo de Investigaciones en Antropología Social y Forense.
Se les denomina “de exterminio” porque es donde se tienen cautivas a personas privadas ilegalmente de su libertad, se les somete a tortura física en condiciones de hambre y muchas veces son asesinadas, condenadas a ser inhumadas de manera clandestina en una fosa o cohabitan con cuerpos en descomposición.
La localización de estos sitios incrementó 154% en 2019, en comparación con las fincas localizadas en 2018. Asimismo, hubo un incremento de 700% en el número de hallazgos de segmentos de cuerpos en bolsas plásticas, lo que refleja la sofisticación en la técnica de la violencia en medio de una confrontación criminal que ha dejado expuesta a la población de esta metrópoli.
También durante 2019 se registraron 466 personas asesinadas y localizadas en la vía pública en los nueve municipios que integran la ZMG. De éstas, 137 mostraban huellas de tortura y al menos 70 se encontraban atadas, tal y como reportaron las autoridades al encontrar personas privadas de su libertad en los sitios de exterminio al momento de su localización.
Según las investigaciones de Carolina Robledo, este tipo de mecanismos de administración de cuerpos y el exceso de exposición de los crímenes de exterminio “revela signos de una enorme crueldad que no solo se ejerce sobre los cuerpos, sino que se ejerce sobre la población entera gracias a la instalación de terror”.
A la par de la proliferación de sitios, Jalisco fue catalogado por las autoridades federales como el estado con el mayor número de personas desaparecidas en el 2019. Tan sólo en los primeros cuatro meses, los reportes de personas desaparecidas incrementaron 227% con respecto al mismo periodo del 2018, según datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), administrado por autoridades federales de la Comisión Nacional de Búsqueda.
Esta crisis en materia de personas desaparecidas que atravesó el gobierno estatal de Jalisco fue contenida, según diversas fuentes consultadas para esta investigación, mediante una operación para eliminar cifras de personas desaparecidas.
La orden fue dada por el fiscal estatal, Gerardo Octavio Solís Gómez, a la fiscal especial Blanca Jaqueline Trujillo Cuevas, designada en enero de ese año. Las personas encargadas realizaron operativos de llamadas, pero cuando no respondían las llamadas se dio de baja la carpeta de investigación. Así lo revelan ex funcionarios de la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas y otros funcionarios del actual Gobierno de Jalisco, cuyos nombres fueron reservados por su seguridad.
Con esta operación el número de personas localizadas incrementó enormemente en el Sistema de Información sobre Víctimas de Desaparición, una plataforma estatal lanzada en marzo de 2019 para “hablar con la verdad”, según la explicación del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez.
Sin embargo, las familias de personas desaparecidas en la entidad han señalado su desconfianza sobre este registro, ante la incidencia de casos que llegan todos los días a ser reportados y porque han destacado que saben que no todas las carpetas están incluidas en ese registro.
Frente a la incertidumbre en las cifras y la proliferación de sitios de exterminio, los colectivos de búsqueda en Jalisco han hecho un llamado a la sociedad para que, de manera anónima, denuncie la violencia y se localicen más sitios de exterminio. Con esto, tienen la esperanza de encontrar a su familiar desaparecido, pidiendo que “regrese en las condiciones que sea, pero saber dónde está”, como dijo Mónica, integrante del colectivo de familiares de personas desaparecidas Por Amor a Ellxs.
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Si quiere ver conocer más sobre esta investigación ingrese aquí:
https://www.zonadocs.mx/guadalajara-zona-de-exterminio/
*Esta investigación fue realizada por Jonathan Ávila, Francisco Campos, Darwin Franco y Dalia Souza paraZonaDocs en el marco de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación de las Américas, del International Center for Journalists (ICFJ), en alianza con CONNECTAS.