Texto y fotografía: Franyeli García /Amapola Periodismo
Cada 28 de septiembre, mujeres de todas las edades de este pueblo se reúnen en la iglesia. Cada una lleva una milpa de su cosecha, adornada con pan de rosca, velas y flores de pericón y cempasúchil.
Las mujeres salen de la iglesia en procesión hacia el cerro de la cruz o Tlatlatzohuaya, donde realizan el baile de la milpa, en nahuatl Milli Mitotilistli.
Sólo participan mujeres porque con este baile se representa la unión de la parte femenina con el maíz, la parte masculina.
Se cree que esta comunión genera más abundancia, aunque también se ve a niños con calabazas en la cabeza, como parte del agradecimiento por la buena cosecha.
En Chiepetepec, como en otros pueblos originarios, esta festividad ancestral se fusionó en la época colonial con la celebración de San Miguel Arcángel.
Este ritual marca que el ciclo agrícola del maíz está por terminarse.
En Guerrero, este ciclo agrícola augura buena cosecha.
Ventura Reyes Uriostegui, coordinador de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), indicó que las milpas crecieron bien porque ha habido buena lluvia.
Sin embargo, recordó que los históricos de producción de maíz, en Guerrero van a la baja, principalmente por la cancelación de programas de apoyo al campo en este gobierno federal.