Intersecciones
Por Érika Loyo Beristáin /@ErikaLoyoB
El 15 de Mayo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador señaló en su conferencia mañanera que el 90% de las llamadas realizadas al 911 para reportar violencia familiar durante la época del confinamiento eran falsas:
“Nosotros no somos así, en las casas de los mexicanos están los hijos, las nueras, los nietos, siempre ha habido una convivencia en armonía, en otras partes que no existe esta cultura, puede ser que al darse el aislamiento se provoquen agravios, confrontación y violencia”.
Poco antes del Segundo Informe Presidencial, y ante la respuesta otorgada por la Oficina de la Presidencia a una solicitud de información de la organización Equis Justicia para las Mujeres donde declaraba “notoria incompetencia” para proporcionar las fuentes y metodología con la que el Presidente asevero esto; se da a conocer que el INAI, instruyó a dicha oficina para que proporcione datos que avalen estas declaraciones de las llamadas falsas de violencia familiar sin justificarse declarando incompetencia y turnándolas tanto a INMUJERES como al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Resulta interesante leer la resolución del INAI misma que señala la competencia de la “Coordinación General de Comunicación Social y la Vocería del Gobierno de la República dar congruencia a la información que el Gobierno Federal difunda a la población, así como, ampliar y en su caso precisar la información relacionada con los posicionamientos del Gobierno Federal”. Esto sienta un precedente importante con relación al hecho de que las y los servidores públicos, sin importar su nivel, se hagan responsables de sus dichos, palabras y afirmaciones. Aunque el INAI no lo menciona con todas sus letras, este es un llamado para que el Presidente de la República, se haga responsable de sus dichos y admita con humildad, no sólo que se equivocó en esta afirmación tan delicada, sino que además, que no conoce la realidad cotidiana de las violencias que viven las mujeres en este país.
El Presidente gobierna un país para las mujeres desde su imaginación y sus propias utopías conservadoras. Imagina un país donde la única posibilidad de existencia de familias radica en el modelo nuclear basado en un sistema heteronormado. Imagina que en su país de las utopías, las abuelas son felices cuidando a los nietos y nietas todos los días mientras sus hijos e hijas trabajan; un país en el que las mujeres no viven las constantes violaciones a sus derechos humanos. El Presidente piensa que gobierna un país en el que las mujeres son felices, con los empleos precarios e informales que tienen. En su país, no existen las brechas de desigualdad de género y menos, un peligro de que estas se agranden de la manera en la que lo están haciendo durante este tiempo de Covid-19. Cree, como en el siglo XVIII, que las mujeres solo debemos ser responsables del cariño y la unión familiar, de amar y soportar sin quejas a costa de nosotras mismas. El Presidente no entiende que portar una mascarilla no nos protege contra la violencia porque en su país, las mujeres somos felices y exageramos cuando llamamos solicitando ayuda.
El Presidente tiene que entender que sus declaraciones tienen un impacto negativo en diferentes ámbitos y espacios: a) en el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil que luchan todos los días por visibilizar la problemática pandémica de las violencias contra las mujeres, b) en el reconocimiento de las mujeres con relación a la vivencia de diferentes situaciones de violencia que viven todos los días y en todos los espacios, y c) en la posibilidad de desmontar conductas violentas desde los entornos familiares y comunitarios que han demostrado no ser espacios seguros para las mujeres y las niñas de este país.
Más que una declaración de “incompetencia” de la Oficina de la Presidencia brindada a la solicitud de información de la organización Equis Justicia para las Mujeres, este gobierno y el propio Presidente, deberían ser capaces de admitir que su gobierno ha demostrado “notable incompetencia” para entender y atender el profundo y complejo entramado de violencias cotidianas que viven las mujeres y las niñas. La respuesta del INAI revela de cuerpo entero la convicción de este gobierno con relación a la pandemia de las violencias contra las mujeres y las niñas: un gobierno notoria y notablemente incompetente, profundamente indolente. Nadie debe pasar por alto la respuesta del INAI, es momento de que quienes conforman la clase política y el servicio público, se hagan responsables de lo que dicen y de lo que hacen porque desinformar es grave, pero opinar sin sustento preservando entornos violentos, es criminal.
el Presidente Andrés Manuel López Obrador beats his wife. Of course, he is going to reject any justice for abused women