En los últimos 10 años, la violencia en México ha lacerado a la niñez y juventud: casi 10 mil niñas, niños y adolescentes (NNA) de entre 0 a 17 años, han sido reportados como desaparecidos y no localizados según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas. Y cada día son asesinados siete niñas, niños y adolescentes en total impunidad, de acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).
Por ello, Fernando, un joven de 13 años de edad se ha dedicado a investigar la desaparición de la niñez a lo largo de cuatro años, y ha comenzado una Campaña Nacional Contra la desaparición de menores edad.
Por Fernanda Lattuada/@MariferLattuada
Fernando es un joven de 13 años que se considera mexicano de corazón y estómago, y desde hace cuatro años ha emprendido su lucha contra la desaparición de niñas, niños y adolescentes, pues sostiene que un mundo mejor es posible desde la empatía y conciencia:
“Soy una persona empática, me enseñaron a sentir el dolor ajeno y siempre vi las noticias, casos terribles de desaparición forzada y fosas clandestinas. Y también había mucha revictimización, y quería saber qué es lo que pasaba, así que decidí hacer mi primera investigación”, explicó Fernando, quien actualmente se prepara para el examen de admisión en la Universidad Autónoma de México (UNAM).
Fernando reconoce que muchos niños, niñas, adolescentes no conocen a cerca de la desaparición, por lo que, para conocer esta situación a profundidad, ha llevado a cabo diversas investigaciones con personas de la niñez y juventud, de las cuales ha obtenido resultados importantes; por ejemplo, luego de aplicar 143 encuestas a menores de edad de entre nueve y 15 años, concluyó que únicamente el dos por ciento logró definir la desaparición forzada, a pesar del grave impacto que tiene en la niñez:
“¿Te imaginas un día salir de casa y no volver? ¿Has pensado en lo horrible que sería no poder abrazar a tu familia, no poder ver a tus padres? ¿Has pensado en lo horrible que sentirían tus padres? No verte, no saber si estás bien o si comiste, no saber dónde estás. Que no puedas abrazar a tus hermanos, que no puedas disfrutar de la vida, no puedas reír o sonreír, jugar juegos de mesa; saber que tu vida ya no va a ser la misma. ¿Te imaginas eso? Pues a mucha gente le está pasando y está mal”, detalló Fernando cómo él explica la desaparición a otros jóvenes.
Para este joven de la Ciudad de México, es necesario hablarles del tema sin morbo y sobre todo desde la empatía y la no revictimización, ya que considera que de joven a joven el lenguaje es más sencillo.
En su segunda investigación quería saber por qué los protocolos de búsqueda de las autoridades no estaban funcionando y pudo concluir que: existe una falla institucional por la no aplicación correcta, así como, la no especialización de las y los funcionarios en el trabajo con niñas, niños y adolescentes:
“Entrevisté a 47 familias de menores desaparecidos y el 79 por ciento señaló que las autoridades no respetaron el interés superior del niño. Y la mayoría de los encuestados no sabían qué era el Protocolo Alba, que es para facilitar la búsqueda específicamente de niñas y mujeres adolescentes. A pesar de que su familiar desaparecido era una niña, no sabían qué era porque nunca se les informó”, enfatizó Fernando.
En los últimos 10 años, del total de las niñas, niños y adolescentes registrados como desaparecidos y no localizados y localizados, cerca del 65 por ciento corresponde a niñas y mujeres jóvenes. En la opinión de Fernando, deberían de aplicarse protocolos especializados con perspectiva de género para evitar estigmas, revictimización e incluso criminalización.
Además, afirma que, como hombres, para abonar a la lucha, se necesita una cultura de nuevas masculinidades, ya que, en su opinión, existe una mentalidad de la posesión del cuerpo femenino:
“Piensan que es de su propiedad en esta incultura machista donde la mujer es vista como un objeto sexual; la trata de personas y la explotación sexual es posible porque, no hay comercio si no hay compradores”.
Nuevas masculinidades o masculinidad sana, para Fernando, significa adoptar un enfoque igualitario con el que no haya más privilegios sólo por ser hombres:
“Hacer quehaceres en la casa no porque ‘ay pobre de mi mamá, se va a cansar’ sino porque a mí me corresponde hacer esto; saber que como hombre te tocan responsabilidades y las mismas que las mujeres hay que olvidarnos de esas cosas machistas y patriarcales, esos detalles pequeños que a veces muchas personas no se dan cuenta pero que son parte de la discriminación hacia la mujer”.
DEFENDER LOS DERECHOS DE LA NIÑEZ
A Fernando le gusta jugar videojuegos y leer; así como, defender el derecho a la vida y libertad de niñas, niños y adolescentes como algo a lo que se quiere dedicar. No sabe si estudiar Derecho, Comunicación o Relaciones Internacionales; sólo sabe que quiere ser defensor por los derechos humanos y la niñez.
Según relata, la primera manifestación a la que asistió a sus tres años de edad: “fue la marcha por la Guardería ABC. Llevaba un poster colgado que decía ‘Pude haber sido yo. Justicia para mis compañeros’, esa fue la primera de muchas que pude asistir”, recordó.
Ensamblarse en este mundo y conocer la realidad que conlleva la desaparición forzada ha sido un camino en el cual, Fernando se ha enfrentado a retos como el que no sea tomado con seriedad por su corta edad. Además, reconoce que ha sido difícil enfrentarse a tanto sufrimiento.
“Sí hay una carga emocional, sí a veces te cansas y a veces pienso que no se va a tomar en serio esta investigación. Pero siempre esa energía negativa que veo desde la tristeza, la convierto en ‘tengo que hacer algo para ayudar’ me gusta que ahora tengo una motivación aquí dentro, una energía en el corazón que me dice ‘a esto te puedes dedicar’. Yo quiero ayudar a la humanidad”, compartió.
Fernando espera llegar cada día a más jóvenes y generar conciencia y empatía, como algo que se contagia. “Una reacción en cadena” dice, para que desde sus trincheras, los jóvenes puedan hacer mucho más y formar alianzas que les permitan hacer un mundo mejor. A cada uno de ellos y ellas, les dedica este mensaje:
“Vivimos partes terribles de la sociedad, pero me gusta pensar que somos más personas buenas que las malas. Amigo, juntos podemos hacer algo. Juntos podemos cambiarlo y enseñarle a la gente que, si los niños y niñas lo pueden hacer, los adultos también. ¿Va a ser difícil? Sí, a veces te vas a cansar y a veces por ser niño no te van a tomar en cuenta, pero si quieres cambiar tu realidad, cualquier cosa que quieras hacer para tu comunidad o donde vivas, para mejorar tu país; puedes unirte a más jóvenes, no tenemos que hacerlo solos. Ayúdame a cambiar el mundo”.
Fernando tiene un canal de YouTube donde difunde información para niñas, niños, adolescentes y jóvenes sobre la problemática de las desapariciones en México, particularmente, sobre la niñez y juventud desaparecida, si te interesa conocerlo, puedes hacerlo a través del siguiente enlace:https://www.youtube.com/channel/UCZ3xwCzhdEf4XEX-Lwkpvew/videos