Antonio Reynoso Hernández, “Toño”, fue desaparecido por policías estatales, el 30 de agosto de 2013. Mayra, su madre, fue testigo de la violencia en la que sucedió su arresto irregular por policías encapuchados en la Colonia Balcones de Santa María en San Pedro Tlaquepaque.
Tras siete años, en la Fiscalía del Estado de Jalisco sigue inamovible la versión de que “Toño, jamás fue arrestado y que éste no está desaparecido, sino prófugo”.
Mayra se dice desilusionada, enojada y frustrada no sólo porque no ha logrado encontrar a su hijo, sino porque los policías que se lo llevaron siguen libres e, incluso, continúan impunemente trabajando.
En este trabajo podrá escuchar de viva voz de Mayra, la incansable búsqueda de su hijo.
Por Darwin Franco / @DarwinFranco y Dalia Souza / @DaliaSouzal
Con estas palabras Mayra, madre de Toño, narra la indolencia con la que las autoridades de Jalisco han tratado la desaparición forzada su hijo.
A siete años de que a Toño policías estatales le golpearan, arrestaran y desaparecieran realmente no ha pasado nada, pues su palabra, la palabra de una madre que observó cómo policías estatales se llevaban a su hijo, parece no tener peso en la investigación que debiera dar con los responsables, pero que sólo ha servido para que los policías nieguen su responsabilidad en los hechos.
Cuando Antonio Reynoso Hernández, “Toño” se convirtió en víctima de desaparición forzada, éste estaba en una fiesta infantil que se desarrollaba a unas cuadras de su casa en la Colonia Balcones de Santa María, en el municipio de San Pedro Tlaquepaque.
Alrededor de las 19:30 horas, la fiesta se vio abruptamente interrumpida cuando en un operativo irregular, diversas patrullas y elementos de la Policía Estatal se concentraron en la calle Paseo del Portón y sin orden de aprehensión o de cateo ingresaron a la casa marcada con el número 26 para arrestar y sacar con violencia a Toño y cuatro hombres más que se encontraban ahí celebrando.
En total, fueron cinco las personas detenidas, aunque desde entonces, las autoridades han insistido en que sólo fueron tres.
Las patrullas que ese día cerraron las calles que conforman Paseo del Portón tenían las placas y los números de identificación tapados.
Mayra, quien llegó al momento del “operativo”, observó cómo sacaban a Toño esposado y sangrando para subirlo a una las camionetas.
Al verlo intentó correr hacia él, pero un policía le impidió el paso: “Permítame, es mi hijo”, insistió mientras el policía le preguntaba quién de ellos era su hijo: “El de la camisa verde…”, respondió.
El uniformado cerró aún más el paso mientras Mayra le preguntaba: “¿por qué lo habían golpeado?”.
Éste aseguró que no lo habían golpeado sino que éste se había peleado:
– ¿Y por pelearse se lo llevan?-, le preguntó Mayra.
– Ya se enterará-, aseguró el integrante de la Policía Estatal.
En ese momento a Toño y a los otros detenidos, les taparon el rostro con sus propias camisas, y los colocaron en una camioneta de doble cabina.
Toño se fue sentado en medio de los otros detenidos. Nadie sabía el motivo de la detención ni a dónde los llevarían. Su madre intentó acercarse a la camioneta, pero no pudo más que ver a Toño a la distancia.
Los detenidos ese día fueron Antonio Reynoso Hernández, José Luis Álvarez Rodríguez, Cándido Daniel López Rodríguez, Mariano López Rodríguez y Víctor Israel Luna Díaz, pero sólo éstos últimos tres fueron consignados a la Unidad de Investigación de Robo de Vehículos de la Fiscalía Central acusados del robo dos vehículos de motor de las marcas Toyota tipo Sienna de color blanco sin placas de circulación y Honda tipo CRV color gris con placas JKG3187, esto conforme a lo asentado en la Averiguación Previa 5206/2013 que derivó en la consignación por el delito de robo equiparado de los tres citados al Complejo Penitenciario de Puente Grande.
Sin embargo, no se notificó que éstos habían sido trasladados a dicha unidad hasta el 31 de agosto; es decir, ocho horas después de que fueran detenidos.
A este lugar nunca llegaron Toño ni José Luis, a quien apodan “El Pelón” y quien era dueño de la casa donde se llevaba a cabo la fiesta infantil.
Sin embargo, en las declaraciones de los policías se aseguran que Toño y Pelón no fueron detenidos, pues antes de que pudieran arrestarlos, éstos brincaron una barda y huyeron.
Todo este tiempo ha sido la palabra de una madre que vio cómo se llevaban a su hijo, y la versión de diversos policías que dicen que esto nunca sucedió.
Este ocultamiento de la desaparición forzada de Toño por parte de elementos de la policía estatal se ha ido entretejiendo tanto en la investigación de su desaparición como en el expediente de la Visitaduría de la Fiscalía del Estado de Jalisco donde se busca establecer la presunta responsabilidad de la Policía Estatal en su desaparición forzada.
Poco antes de que la Visitaduría tomara el caso, la Policía Investigadora del Área de Personas desaparecidas ya había identificado -desde el 13 de septiembre de 2013- a las unidades que, según el Área de Robo de Vehículos, participaron el día de la detención; sin embargo, éstas sólo fueron dos, lo cual no empata con las versiones de los vecinos de Balcones de Santa María que observaron un gran despliegue de patrullas y policías en la zona.
De acuerdo al Área de Robo de Vehículos y a las copias certificadas del expediente penal 426/2013 radicado en el Juzgado Décimo Segundo Penal del Primer Partido en el Estado de Jalisco, las dos unidades que participaron en la detención de los hermanos Daniel y Mariano López Rodríguez, así como Víctor Israel Luna Díaz fueron las EA-142 y CE-512 que eran tripuladas por los policías Filiberto Jiménez, Víctor Coronado, Emilio Mendoza, Víctor Rosales, Marino Paredes y Jorge Carballal.
Sin embargo, no fue hasta el día 17 de diciembre de 2013 que la Visitaduría de la Fiscalía General, los citó a rendir su primera declaración. En esta primera instancia todos los policías implicados precisaron lo siguiente:
“Manifiesto que es mi deseo RESERVARME mi derecho a declarar en torno a los hechos para posteriormente hacerlo por escrito, solicitando a la Fiscalía me fije un término prudente para hacerlo”. A estos seis policías les fueron otorgados 10 días hábiles para presentar su declaración por escrito.
Tras vencerse el plazo, el 6 de enero de 2014, la Visitaduría giró un oficio al Comisario de Seguridad Pública para que en un plazo no mayor a tres días hábiles se presentaran las declaraciones.
Sin embargo, y violando por segunda ocasión los plazos establecidos por la Visitaduría, los policías presentaron hasta el 27 de enero de ese mismo año sus declaraciones en donde expresaron que NO SON CIERTOS LOS HECHOS DENUNCIADOS porque en ningún momento detuvieron a una persona con el nombre de Antonio Reynoso Hernández y menos aquel 30 de agosto de 2013.
Agregando que los hechos ocurrieron de la siguiente manera:
“Al realizar un recorrido de vigilancia por la Colonia Balcones de Santa María, en el municipio de Tlaquepaque, Jalisco; avistamos a dos vehículos, uno de marca Toyota tipo Siena y otro de la marca Honda tipo CRV, en las que viajaban varias personas, los cuales al avistar a las unidades policíacas en las que nos desplazábamos, aceleraron su marcha, pretendiendo huir, razón por la cual se les marcó el alto, haciendo caso omiso y acelerando nuevamente, por lo que se inició una persecución, percatándonos que al llegar a una privada se bajaron varios sujetos de las camionetas logrando detener sólo a tres de ellos, ya que el resto que tripulaba dichas unidades se dieron a la huida, por ello, se logró la captura de Cándido Daniel López Martínez, Mariano López Martínez y Víctor Israel Luna Díaz, mismos que fueron puestos a disposición de la autoridad competente, al encuadrarse su actuar en una figura delictiva en flagrante delito y a quienes en todo momento se les respetaron sus garantías constitucionales”.
Con el mismo texto declararon los seis policías. No obstante, no dicen nada de las detenciones de Toño y José Luis.
Por ello, es que la investigación sigue apuntando a que son falsas las declaraciones de los testigos que aseguran que Toño y José Luis también fueron detenidos la tarde del 30 de agosto de 2013.
Y a todo esto se ha tenido que enfrentar Mayra para hacer valer lo que ella vio con sus propios ojos, pero sobre todo para saber qué pasó con Toño y por qué es que los policías que se lo llevaron no quieren declarar a quién se lo entregaron o en dónde fue que lo dejaron.
Pero Mayra no sucumbe y recuerda que mientras Dios le dé vida, ella estará ahí para buscar a Toño y para defender lo que ella vio aquel 30 de agosto de 2013, día en que se conmemoraba el día internacional de las víctimas de desaparición.
Su esperanza es que su investigación sí avance en la Fiscalía General de la República, pues a las autoridades que se llevaron a su hijo y que supuestamente tendrían que buscarlo, ya no les tiene confianza.