Las mujeres trans son excluidas del movimiento feminista por corrientes radicales que las llaman “el patriarcado vestido de mujer”, sin embargo, ellas también son víctimas de las violencias de género dentro de un sistema patriarcal que genera prejuicios sobre las personas que integran la comunidad LGBTTTIQ+.
Dana Gonzáles, mujer transgénero, feminista y socióloga, compartió a través de un diálogo virtual con Evelyne Herrera de la Red YoVoy8deMarzo, su postura desde las vivencias personales y el activismo que generan las compas trans en respuesta a las violencias que atraviesan.
Durante el conservatorio transmitido vía Facebook el pasado 14 de julio, abordaron temas como: el odio hacia las mujeres trans desde ciertos sectores ultra conservadores, e incluso, en algunos espacios feministas y no feministas excluyentes.
Por Mariana Parra/ @MarianaParraMa1
Fotos: Ximena Torres / @ximena_tra y Fernanda Lattuada / @MariferLattuada
Las mujeres trans son víctimas de la violencia de género que enfrenta el país. Sin importar la diversidad y condición que atraviesa cada lucha, un sector de la población trans decide alzar la voz para exigir los derechos de todas las mujeres. Aun así, hay colectivos “feministas excluyentes” que se muestran en desacuerdo con la participación de las “compas trans” dentro del movimiento:
“Me parece insensible y hasta irresponsable que el debate feminista en este momento se esté centrando en quién es el sujeto político del feminismo cuando en la calle están matando y desapareciendo a un montón de mujeres” señaló Evelyne Herrera al inicio del conversatorio. “Parece que nosotras estamos más ocupadas o más preocupadas por saber quién tiene la razón y me resulta doloroso” expresó
En el país hay entre 360 mil y 600 mil personas trans, según indican datos de la Clínica Especializada Condesa hasta 2016.
Las mujeres trans fueron reconocidas en algún momento por la sociedad como: travestidas, maricones, homosexuales, marimachas, ya que no había categoría para asumir una identidad política que les permitiera luchar por sus derechos.
“No ponemos a juicio los derechos de las mujeres, simplemente nosotras como personas también tenemos un papel dentro de la sociedad” comentó Dana, mujer trans y feminista, “en estos últimos años se ha hablado mucho de nosotras como trans y curiosamente se habla sin nosotras” agregó.
Atravesadas por la misma violencia
Dana expresó su sentir frente a las inseguridades como mujer trans y el por qué es parte de la lucha por los derechos de la mujer:
“La violencia que vivo en las calles también es horrible, la persecución, el acoso sexual, lo difícil que es vivir en la clandestinidad. Si hay un agresor en la calle y me hace algo, me van a decir que fue mi culpa. Yo lo que pienso es que, si algún día me agreden de cualquier manera, las que van a dar el brinco por mí van a ser las feministas, entonces, ¿cómo no voy a luchar y voy a tener un compromiso con otras mujeres? Yo sé que lo que le está pasando a mis compañeras en las calles, le está pasando a otras mujeres que no son trans y eso lo podemos compartir”.
En México se registraron 64 trans feminicidios durante 2019 , las víctimas más numerosas fueron las mujeres o personas trans con expresión femenina, según indica la cifra de la organización Letra Ese.
“Hay que aspirar a una igualdad con el reconocimiento de nuestras diferencias” señaló Dana “es una historia de fantasía que todas las trans negamos la sexualidad de las mujeres”.
Estas dos historias que se entrelazan entre sí por la violencia de género, fueron narradas por Evelyne Herrera durante la transmisión en vivo:
La raíz de estas dos ausencias dolorosas están atravesadas por el mismo monstruo: la violencia feminicida.
Paola Buenrostro, mujer trans y trabajadora sexual de la Ciudad de México.
Fue asesinada a balazos la noche del 30 de septiembre de 2016 en la avenida Puente de Alvarado de la Ciudad de México. Ella junto con sus cuatro compañeras se encontraban trabajando cuando un coche se acercó, ella fue la única que aceptó subir al vehículo.
Avanzaron menos de cinco metros y los gritos de auxilio de Paola alteraron a su amiga Kenia, quien corrió al carro para ver qué sucedía. Cuando se asomó por la ventana, vió a su amiga desvanecerse en los brazos del nombre que la invitó a subir. El victimario le disparó tres veces para después quitarse de encima a Paola y apuntar hacia Kenia, pero el cuarto disparo no salió, el arma se encasquilló.
El asesinato de Paola Buenrostro ha sido el primer caso reconocido por la Procuraduría General de justicia de la Ciudad de México como un trans feminicidio gracias a las recomendaciones emitidas por la Comisión de Derechos Humanos. A pesar de esto, Kenia, amiga de Paola a quien se le reconoce como víctima indirecta en el caso, no ha recibido ni un comunicado por parte de la Procuraduría.
Nayeli Herrera, desaparecida del 1 de mayo de 2019.
Una mujer que al igual que Paola, la violencia y la pobreza la obligó a sobrevivir de la desde la clandestinidad y precariedad. Su cuerpo al igual que el de Paola, era desechable para el estado y la sociedad.
Es la primera vez que contaré esto que es sumamente personal y especialmente doloroso. Hace poco más de un año, al leer el expediente sobre la desaparición de mi hermana conocí muchos detalles de su vida personal que no compartió con nosotros, por miedo quizá, por vergüenza quizá, no lo sé. Mi hermana estaba sola enfrentando la violencia que sufría dentro de una relación violenta.
Esa relación hizo que todo el mundo le diera la espalda por no tomar la decisión de “irse a tiempo”. Ella para poder sobrevivir a la jungla que hay allá afuera, tuvo que ejercer el trabajo sexual al igual que Paola, ¿por qué?, porque no había más opciones, no había nadie, ni siquiera me tenía a mí que soy su hermana feminista.
No sé dónde está, su ausencia duele y duele mucho, pero también me da potencia para seguir adelante en las calles con las otras, las invisibles, nombrarlas, abrazarlas, caminar con ella porque ellas soy yo.
“ La misma violencia que desapareció a mi hermana es la misma violencia que mató a Paola”, finalizó Evelyne Herrera.
Al igual que ellas, muchas no están aquí para contarlo, como es el caso de Naomi Nicole García, trabajadora sexual, asesinada por un disparo en la frente la madrugada del 24 de marzo en la Ciudad de México o la doctora María Elizabeth Montaño, activista transgénero, encontrada muerta a un lado de la carretera México-Cuernavaca el 18 de junio.
¿Quién es más mujer?
“Cuando dicen: dinos ¿qué es ser mujer?, yo digo que no, hay que ver por qué es que llegamos a serlo, qué nos construyó” comentó la socióloga. Para Dana, la palabra trans es un prefijo para diferenciar a un sector de mujeres respecto a otras.
En ese sentido, es importante advertir que una persona considerada cisgénero puede definirse como aquella a la que su identidad de género coincide con el sexo que le fue asignado al nacer. Mientras que, la persona transgénero es aquella a la que su identidad de género no coincide con el sexo que les fue asignado al nacer.
“No es para plantear una competencia entre quién es más oprimida o quién es más mujer” enfatizó Dana. Sin embargo, dentro de las corrientes del feminismo hay posturas trans excluyentes que se posicionan desde una crítica de género, tratando de evidenciar a las mujeres trans con comparaciones de personajes o celebridades trans, en las que se manifiestan declaraciones erróneas y patriarcales basadas en los prejuicios.
La socióloga comentó que, respecto al género que se asigna al nacer, el individuo recibe la educación y lleva a cabo un proceso de crianza, por lo que, es muy controversial para las personas trans y la sociedad el cambio:
“De repente decir salirte para pasarte a otra categoría” agregó Dana.
La transición de cambio de género es un hecho transgresor que llega a generar incomodidad, esto se genera por la idea conservadora que señala que: “si naces mujer u hombre así te vas a morir”, ya que relacionan al género con la capacidad reproductora de cada cuerpo.
“No hay una negación de la condición sexual de las mujeres, es prioridad y debe de ser siempre. Se interpreta que queremos borrarlas porque ahora parte del movimiento feminista son las mujeres trans” aclaró Dana.
La Unión de Asociaciones Familiares (UNAF), define que el sexo se reconoce a través del cuerpo, de los genitales que marcan la diferencia biológica. Mientras que, al género lo define como una construcción social y cultural que dictan las personas sobre el comportamiento para un sexo determinado. Además menciona que, el género: lo femenino y lo masculino, es modificable, puesto que, sus atribuciones son culturales y la cultura, además de ser diversa, es cambiante.
“Nosotras no tenemos ningún interés en borrar o anular al sujeto del feminismo, reconocemos su definición histórica. Con base al feminismo es un sujeto amplio que ha sido cuestionado históricamente. Ha sido la sociedad quien ha cuestionado la definición de mujer”.
Desde una mirada biológica se suponía que la mujer era aquella que podía reproducir, dar vida o parir, su objetivo era ser madre, sin embargo, también están las mujeres sin la capacidad gestante o menopáusicas, “¿esto las hace menos mujeres?” cuestionó Dana. Parte del feminismo va eliminando prejuicios en la sociedad, por lo que, han cambiado estos conceptos.
La socióloga aclaró que el término de personas menstruantes se deriva de los hombres trans que hacían saber al colectivo feminista que no son parte de él. Por lo que se clasifica como: cuerpos que menstrúan, mujeres que menstrúan y personas intersexuales.
“Ninguna condición trans es una enfermedad. Es una condición que puede resultar en experiencias dolorosas, lastimosas que no funcionan como esperabas. Pero también hay experiencias exitosas, tenemos casos en México de mujeres trans que tiene 60- 70 años” mencionó Dana.
Mujeres trans en la clandestinidad
“Estamos vulnerables socialmente y estamos vulnerables en procesos que nos atraviesan también emocionalmente”, algunas mujeres cisgénero usan el argumento de que las trans no atraviesan por las mismas experiencias que ellas, aun así, Dana señaló que “todas las experiencias son distintas”
Una mujer que vive en una ciudad, que es privilegiada económicamente, que tiene estudios y una serie de recursos para poder comer, no atraviesa las mismas violencias que una mujer que vive en la periferia en situación de precariedad económica.
No en todos los casos se realiza la transición de género a mujer por gusto, algunas de ellas son orilladas por necesidad económica para sobrevivir. En las periferias, las mujeres trans que se dedican a la prostitución, por lo regular no tienen el recurso para intervenir sus cuerpos y lo hacen de forma clandestina, ya que para poder trabajar y adquirir un recurso que les permita comer, primero feminizan sus cuerpos, explicó Dana.
El 25% de las trabajadoras sexuales son travestis, transexuales y transgénero, según cifras de la organización Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer, Elisa Martínez, A.C.
“Es sumamente peligroso que se construya en estas categorías hegemónicas donde nos quieren meter a todas las mujeres como si fuéramos iguales, cuándo ya hablamos que existen violencias que atraviesan a nuestros cuerpos femeninos distintas: Por raza, por clase, por género” resaltó Evelyne.
Un feminismo que se replantea
Las violencias misóginas presentes dentro del feminismo por los prejuicios y estigmas de unas mujeres a otras, se han replanteado durante el transcurso de los años.
En los años 70´s se planteaban que la lucha feminista era desde cierto tipo de mujeres, por lo que las lesbianas eran señaladas por las mujeres heterosexuales, pues se creía que iban a desvirtuar el objetivo del feminismo. Más tarde, la mujeres negras violentadas por cuestión racial, posicionaron debates sobre la hegemonía del feminismo ejercida por mujeres blancas, según detalló la socióloga.
El feminismo necesita organización, propuestas y soluciones, para lo cual, Dana planteó que “no debería estar sujeto a debates polémicos en donde se promueve la exclusión y la confrontación a partir de la violencia y diversos bandos”.
“Yo respeto a las posturas de muchas de las compañeras que están en oposición a que haya derechos para las mujeres trans, pero respetar es una cosa y tolerar es otra cosa.
Yo no puedo tolerar que haya personas que se opongan a mis derechos, porque yo nunca me he opuesto a los derechos de las mujeres”.
Dana aseguró que como mujer trans no ha ido a “buscar protagonismo”, ni un papel en las marchas feministas “yo he ido a hablar por todas las mujeres”
“Reconocemos las realidades materiales que específicamente a ciertas mujeres les atraviesa por su sexo, pero también reconocemos nuestro derecho a vivir, a disentir con las imposiciones que han hecho sobre nosotras, nosotros y nosotres. Esa es la lucha de las personas trans” mencionó Dana.
La demanda estética del cuerpo femenino
“¿Por qué no te operas, por qué no te pones aquí o acá?”. La noción del género es parte de los debates debido a que se sexualiza el cuerpo de las mujeres trans con estereotipos que “deberían cumplir” con la imagen que representan.
La opresión no solo recae en el sexo, también lo hace en la demanda estética sobre el cuerpo idealizado de una mujer, el cual clasifican como gorda o flaca, por la raza e, incluso, si se asume con una orientación sexual fuera de la heterosexualidad.
“No se trata nada más del sexo que asumo que tienen, por lo que tienen entre las piernas” comentó Dana, “reconozco que el género es una jerarquía, pero también reconozco que ha provocado que haya disidencias de sexo y género que han incomodado al binarismo de género”.
El binarismo de género, hace referencia a la creencia de que la sociedad se divide exclusivamente en hombres y mujeres y que, tanto hombres como mujeres son heterosexuales, de acuerdo con la organización INIGMA que promueve la salud sexual y diversidad.
“Se sigue viendo como un misterio, como una moda discriminar a las personas trans sin conocernos” expresó Dana “con discursos de odio disfrazados desde la ciencia, se criminaliza a las desviaciones sexuales”.
Dana señaló que para entender esta condición sexual es importante reconocer otros aspectos como la vivencia que ha tenido la persona que transiciona. Hay mujeres que no se asumen con la suficiente feminidad y modifican su cuerpo a través de cirugías plásticas, sin embargo, esto no solo sucede con las mujeres trans, también pasa en los concursos de belleza por la demanda del capitalismo al “adquirir” un cuerpo femenino.
Tanto las mujeres como los hombres que intervienen quirúrgicamente sus cuerpos sin ser necesario pasan por una transición. Por otro lado, las personas intersexuales que nacieron con genitales pertenecientes a ambos sexos se arriesgan para poder llevar una vida “normal” como lo demanda el sistema binario.
Se decía que por consumir hormonas las mujeres trans son el “patriarcado disfrazado de mujer”, la gran mayoría de mujeres en el país consumen hormonas, si esto es así, entonces ¿todas ellas son el patriarcado disfrazado?, cuestionó Dana.
En las revistas los cuerpos de las mujeres trans se explotan con morbo “nadie debería de ser vendido como objeto de consumo” expresó Dana; ya que durante años se han promovido revistas patriarcales como lo es Playboy, consideró.
“¿Por qué seguimos siendo egoísta y pensando que esto solo tiene que ver con las trans, por qué no pensamos en las personas intersexuales o mujeres que tienen problemas hormonales? ya no es un asunto de estética”, finalizaron.