Un grupo de 70 trabajadoras (en su mayoría) y trabajadores en Tepatitlán, Jalisco, dedicados a la manufactura de productos textiles para la marca de ropa y accesorios de moda ANDRÉ BADI y su empresa Desarrollo de Talento Omega S.A. de C.V., han denunciado que sus empleadores han sido omisos en el cumplimiento y el respeto a sus derechos humanos laborales, durante el periodo de contingencia sanitaria por la pandemia del COVID-19.
Acompañados del Centro de Reflexión y Acción Laboral (CEREAL), han señalado que, tras el inicio de la emergencia sanitaria, trabajaron sin que se les haya provisto de insumos y condiciones de sanidad obligatorias; además, desde el 30 de marzo fueron obligadas a “descansar” sin goce de sueldo y a cuenta de sus vacaciones, situación que se ha prolongado durante casi tres meses.
Mientras tanto, el gerente y el dueño de esta empresa han justificado su proceder bajo el argumento de que se encuentra “en números rojos”.
Por Dalia Souza / @DaliaSouzal
“Cuando necesitaron de nuestro apoyo, les apoyábamos, y cuando los necesitamos, no están para nosotros” señaló Lupita, quien tiene más de cinco años trabajando en la manufactura de productos textiles para la marca de ropa y accesorios de moda ANDRÉ BADI en Tepatitlán, Jalisco y la empresa Desarrollo de Talento Omega S.A. de C.V.
Aquellos que, asegura, no han estado para ella y para sus 70 compañeros y compañeras de trabajo, son el gerente de la empresa Ernesto González y el dueño de la marca ANDRE BADI, Alejandro Ruiz Barba; ambos en los últimos tres meses han ignorado la disposición al diálogo para resolver la situación laboral incierta que enfrentan sus empleadas y empleados, a quienes se les “descansó” de manera obligatoria a cuenta de sus vacaciones y sin goce de sueldo desde la declaratoria de emergencia sanitaria en Jalisco por la pandemia del coronavirus.
En rueda de prensa y acompañadas del Centro de Reflexión y Acción Laboral (CEREAL), trabajadoras y trabajadores de una de las tres plantas que, en la región de los Altos de Jalisco (Tepatitlán de Morelos y Atotonilco el Alto), manufactura prendas para esta marca mexicana, advirtieron que, sumado a ello, tras el inicio de la contingencia sanitaria, estuvieron desarrollando sus labores dentro de la empresa sin que se les haya provisto de insumos y condiciones de sanidad obligatorias.
“Sin medidas sanitarias estuvimos trabajando, a un metro de distancia una de otra”, expresó Lupita; “los cubrebocas que usábamos eran los que nosotros llevábamos” refirió también Fernando, quien, además señaló que, esto sucedía mientras ellas y ellos manufacturaban mascarillas para la tienda en línea de la marca.
Fernando es uno de los 70 trabajadoras y trabajadores que demandan a sus empleadores el respeto a sus derechos humanos laborales, así como, la apertura al diálogo respetuoso que permita resolver esta situación tan incierta que ha afectado a su economía y sustento familiar:
“Hemos batallado con el diálogo, ellos nos evaden en tono de burla. En el pago les decimos que si nos van a pagar el sueldo base y dicen que no saben nada, nos empezaron a descansar a finales de marzo, una semana sí una no, dos semanas sí, dos no, algunos trabajadores con goce de sueldo otros no” externó.
Permanecieron varios días trabajando bajo estas prácticas omisas, denunció Lupita; y es que, señala que, si bien ella cuestionó al gerente de la empresa sobre las medidas de sanidad que debían cumplirse tras el anuncio de la emergencia sanitaria, sus peticiones fueron ignoradas. Días después, se decidió que sí las usarían y así laboraron durante tres semanas.
“Cuando paso lo de la pandemia seguimos haciendo ropa, cuando les informé lo que dijo el Gobierno, yo le dije al gerente y dijo que no les había llegado ningún comunicado; seguimos trabajando, y ya después se decidió usar cubrebocas, así duramos trabajando tres semanas”, expresó.
De acuerdo con los testimonios de las y los trabajadores, así como, con el comunicado emitido a través de la organización CEREAL, luego de la declaración del Gobierno federal respecto a la suspensión de labores a empresas que no realizaban actividades de carácter esencial durante la emergencia sanitaria por COVID-19, “el 30 de marzo, por decisión unilateral y sin mayor comunicación con nosotras, la empresa DESARROLLO DE TALENTO OMEGA S.A. DE C.V., nos obligó a tomar descansos, a la gran mayoría sin goce de sueldo”.
Asimismo, advirtieron que, a quienes “tenían días de vacaciones pendientes”, se les “ordenó tomarlas, contradiciendo lo acuerdos de gobierno federal y de las leyes del trabajo”; ya que, es importante señalar que los artículos 42 y 429 fracción IV de la Ley Federal del Trabajo, establecen que “en caso de contingencia sanitaria se deberá pagar un salario mínimo por parte del patrón a los trabajadores cada día de suspensión, con un límite de 30 días”.
Luego de esta fecha, explicaron, “han sido ya varios los intentos para un acercamiento y lograr un dialogo respetuoso con los representantes de la empresa, en especial con el Gerente Ernesto González”; no obstante, advierten que, en esta búsqueda se han enfrentado a las siguientes situaciones.
Una semana después, el 3 de abril, tras haberles anunciado de la suspensión de labores, les “avisaron” que la empresa había cambiado “de carácter no esencial a carácter esencial”, razón por la cual, tendrían que regresar a trabajar. Sin embargo, hasta ese momento, señalan, no se les había pagado o explicado cuándo y cómo les remunerarían estas jornadas laborales durante la contingencia:
“… regresamos a laborar, continuando con el diálogo para saber cómo se nos pagaría la semana que no laboramos aun cuando el acuerdo del gobierno federal establecía que se nos tenía que pagar nuestro salario íntegro. Y mostrando toda la disposición de colaborar nuevamente con nuestras actividades en la empresa”.
Por más de un mes estuvieron trabajando, hasta que, el 15 de mayo “sin previo aviso o consulta la empresa tomó la decisión de suspender labores nuevamente por una semana completa y sin goce de sueldo”. La promesa, que en opinión de las y los trabajadores viola su derecho al salario y demás prestaciones, fue que regresarían a trabajar, pero esto no sucedió así, ya que, precisan “al término de esa semana nos avisaron que se alargaría por otra semana más”.
La única explicación que recibieron de “forma verbal e informal”, fue que la compañía se encontraba “en números rojos”, así lo afirmó Ernesto González, gerente de la empresa.
El 2 de junio, se les citó “para entablar un dialogo con el Gerente de la empresa ERNESTO GONZALEZ y con el dueño de la empresa y marca ANDRE BADI el señor ALEJANDRO RUIZ BARBA”. Si bien, las y los trabajadores reconocen que asistieron con plena disposición y con un documento escrito donde externaban sus peticiones“para buscar alternativas que nos permitieran encontrar una solución a la situación”, como había sucedido las ocasiones anteriores, tanto el gerente como el dueño de la marca, evadieron los reclamos y les dijeron que iban a revisar sus peticiones para después notificarles su decisión.
Hasta ahora, señalan, permanecen a la espera de respuestas.
Confiadas y confiados en que sus empleadores serán congruentes con las obligaciones que les demanda la ley, expresan que seguirán “a la espera para escuchar las propuestas que nos haga la empresa”, ya que, entienden las situaciones por las que pueden estar atravesando producto de la pandemia. No obstante, son sinceras y sinceros en señalar que sus decisiones y omisión les han provocado dificultades económicas para sus familias, así como incertidumbre.
“Es por eso que el día estamos aquí ante ustedes, y en representación de la mayoría de nuestras compañeras y a pesar de todas las situaciones vividas en donde hemos sido objeto de burlas, engaños y falsas promesa”, externaron.
Frente a estas situaciones han hecho un llamado al dueño de la marca mexicana ANDRÉ BADI y dueño de la empresa DESARROLLO DE TALENTO OMEGA, S.A. DE C.V. Alejandro Ruiz Barba “para continuar con el dialogo social respetuoso y buscar alternativas”.
Las trabajadoras y trabajadores de la maquila ganan un salario base de $900 pesos semanales, aunque pueden llegar a recibir hasta $600 pesos más a cuenta del pago de comisiones por el trabajo a “destajo” realizado; es decir entre $1 mil 400 o $1 mil 500 pesos cada semana.
El no pago de estos sueldos durante las semanas que de manera intermitente estuvieron laborando, ha provocado que el sustento de sus familias se vea drásticamente afectado, además, ha repercutido en sus aportaciones al seguro social y a las retenciones de los pagos al INFONAVIT, para quienes tienen créditos vigentes.
Por estas razones sus peticiones son:
- Se garantice el pago de los días no laborados por el periodo de contingencia sanitaria como marca la Ley Federal del Trabajo.
- El pago de las aportaciones del seguro social.
- El pago de las retenciones del INFONAVIT.
- Se informe sobre la participación de las utilidades generadas en el año fiscal 2019, que debieron ser entregadas en el mes de mayo de 2020.
Finalmente, han hecho también un llamado a las autoridades competentes “para que presten atención no sólo a nuestra situación, sino, a todas las situaciones de violaciones de derechos humanos laborales por las cuales puedan estar pasando muchas trabajadoras y trabajadores en este tiempo de emergencia sanitaria”, sentenciaron.
Las y los trabajadores de esta maquila coinciden en que permanecen “abiertas a dialogar hasta encontrar los puntos de acuerdo necesarios que nos beneficien a ambas partes y, sobre todo, permitan la conservación de nuestra fuente de trabajo y respeto a nuestros derechos humanos laborales”.
A decir de Hugo Mendoza, Coordinador de Procesos Educativos en la organización CEREAL, si bien, se busca entablar un diálogo respetuoso con los empleadores para generar alternativas conjuntas, de no responder a estas demandas, podrían iniciar un recurso legal.
Centro de Reflexión y Acción Laboral (CEREAL), es una organización que trabajan en la formación y promoción de los derechos humanos laborales, particularmente con las y los trabajadores de la industria de la maquila.