Este 2020, tras el anuncio de la emergencia sanitaria mundial por el coronavirus, se convirtió en un año de retos tanto para estudiantes como para profesores de todos los niveles educativos; y es que, las escuelas cerraron sus puertas de forma presencial y tuvieron que migrar a la virtualidad ante la necesidad de protegernos del COVID-19.
Desde el 20 de marzo se nos pidió quedarnos en casa. Las escuelas están vacías, las butacas también, las y los estudiantes no se despidieron y el profesorado dijo: “nos vemos mañana”. Ya pasaron casi tres meses desde entonces.
En este texto te compartimos las experiencias de algunos adolescentes y jóvenes, estudiantes de nivel básico, medio superior y superior que se han enfrentado a la más difícil de sus tareas en medio de la contingencia sanitaria: el cierre de ciclos escolares, profesionales y de vida desde el confinamiento.
Por Christian Noe Cantero Mora / @ChristianChMalv
El día 16 de abril del 2020, el Rector General de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Ricardo Villanueva Lomelí, se pronunció sobre el rumbo que tomaría el semestre y las clases en esta casa de estudios, de acuerdo con el funcionario “se concluirá con éxito con la modalidad en línea”, puesto que, el regreso a clases presenciales depende de los casos activos y de los decesos que genere el virus.
Mientras tanto, el 9 de mayo el Gobernador del estado de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, determinó (en conjunto con la UdeG) que no existían condiciones optimas para el regreso a clases en ningún nivel educativo,así que se confirmó que el curso escolar “se terminaría a distancia”.
De tal forma que, el 31 de mayo del 2020, se determinó que el ciclo escolar para los alumnos de nivel primaria y secundaria concluiría el 3 de julio, teniendo en la mira la fecha del 17 de agosto, como una posible promesa de volver a las aulas de forma presencial.
Eso dicen las autoridades, eso se decide desde arriba y por seguridad, pero: ¿qué opinan los estudiantes?
Daniela es una adolescente de 14 años que estudia la secundaria, tiene una hermana y un hermano, y por ahora su mamá no tiene empleo; según relata, por la falta de una computadora o un celular, ha elegido terminar sus trabajos en sus libros y cuadernos con las herramientas que tiene al alcance:
“Es complicado cuando no le puedes preguntar tus dudas al profesor y en casa nadie sabe explicar cómo tienes que hacer las cosas”.
Daniela dice que se informa por el WhatsApp de su madre, ahí se entera cómo tiene que seguir el curso y, en la medida de lo posible, envía sus tareas. A veces sale al cibercafé que tiene a unas cuadras de su casa, sin embargo, casi no abre por las fallas que tiene el internet en su colonia. Ni hablar de su graduación de secundaria, por ahora sólo se mantiene en la incertidumbre de no saber si podrá aplicar el examen para entrar a la preparatoria.
El “Nuevo calendario de tramites 2020 B” de la Universidad de Guadalajara publicado el 25 de mayo, propone como fechas de aplicación del examen de nuevo ingreso, el miércoles 12 y el viernes 14 de agosto del 2020; mientras que, el inicio de cursos se sugiere para el lunes 07 de septiembre del mismo año. Eso sólo si las condiciones son óptimas para volver.
Alex y Víctor son estudiantes de preparatoria, ambos están por terminar su último semestre, para ambos, a diferencia de Daniela, las cosas han sido diferentes, ellos cuentan con internet y con una computadora o celular que les permite tener el intercambio virtual de las clases en línea:
“Yo, tengo computadora, internet, celular, creo que tengo todo lo necesario. Por una parte, está bien, te dan ciertos días de hacer las tareas, eliges a la hora en la que los vas a hacer, es más flexible, porque si trabajas, como yo, llegando de trabajar podía hacer las tareas, pero también es más tedioso, porque tienes que leer instrucciones y a veces no le entiendes porque los maestros no se dan a entender”, explica Alex sobre su experiencia de sus clases en línea.
Lo único que extraña es a sus compañeros y compañeras a quienes dejó de ver tras el anuncio de la emergencia sanitaria y el cierre de las escuelas:
“A cada rato pienso en ellos, pero ni modo, así nos tocó, a los que son más cercanos no los dejaré de ver, pero a veces de los demás va a pasar el tiempo y no voy a saber nada de ellos. Sí me sentí mal porque era el último semestre que iba a convivir con mis amigos, me sentí muy mal, muy triste”.
Alex habla sobre su graduación, menciona que muchas veces, algunos estudiantes como él y sus compañeros sólo llegan a graduarse de la preparatoria o de la universidad; es decir, se trata de su única graduación, de algo que “sólo sucede una vez en la vida”. Por ello, pensar en que no habrá graduaciones lo hace replantearse la forma en la que están sucediendo las cosas:
“Me imagino entrando a la universidad, con nuevos amigos, nuevas instalaciones, nuevos maestros… si es que quedo”.
En la Universidad de Guadalajara, el “Informe de Matrícula 2020 A” publicado el día 25 de mayo, refleja que existen casi 159 mil alumnos y alumnas en el nivel medio superior.
Víctor, por su lado, se ve en un futuro no muy lejano regresando a las aulas de clases:
“La verdad, yo que ya voy a salir, voy a tener amigos nuevos, voy a conocer a personas nuevas, tal vez no sea una persona diferente, pero creo que va a ser nuevo, sólo la idea de socializar con alguien me hace creer que va a ser muy divertido”.
Aunque, a diferencia de Alex, su graduación de la preparatoria no significa mucho en su historia de vida, y es que piensa en las circunstancias que se están viviendo y considera que: “si no se pudo, pues ni modo (…) pienso en mis compañeros, no me pongo triste, pero sí se siente feo”
Víctor reflexiona sobre la necesidad de la convivencia y sobre cómo extraña las clases presenciales y el contacto con los compañeros:
“La neta sentí feo, este fue mi último semestre y creo que no lo pude aprovechar bien, voy a extrañar a mis compañeros y ya nos los voy a ver. Es muy diferente, en las clases presenciales, podías hablar con un compañero sobre algo que te había pasado, algo que tenías que contar, y tener la convivencia, a veces sigo hablando con ellos, pero no es lo mismo, a mí, las clases virtuales no me gustan”.
En el nivel superior, la Universidad de Guadalajara tiene un registro de 88 mil 352 alumnos activos en los distintos centros universitarios, hasta el 22 de mayo de 2020.
Luis Tello cursa el último semestre de la licenciatura y narra la experiencia de un estudiante foráneo, quien hace de la universidad un nuevo hogar y de los amigos una nueva familia:
“En mi caso me vine a mi pueblo, regresé un martes a mi casa, pensando en volver, pero cuando vi que ya no sería así, me di cuenta que la realidad es que ahí concluiría mi ciclo y que cada quien va a tomar diferentes rumbos, tal vez los pueda volver a ver, pero no a todos juntos, o a ninguno de ellos, porque esos fueron tus últimos días de universidad, y nosotros no tendremos eso”.
Para Luis, este tiempo de contingencia, era a su vez, la última oportunidad para convivir con sus compañeros de generación y sus próximos colegas:
“Yo tenía la ilusión de que iba a regresar a clase con mis compañeros, me imaginaba cómo serían mis últimos días en clase, despidiéndome de mis amigos, del lugar donde rentaba, de Ocotlán que fue mi casa durante cuatro años de mi universidad, y pensar que nada de eso pasó, que esos momentos no los voy a vivir, fue algo muy triste”.
Respecto a su graduación, sólo considera que es algo difícil de asimilar, pues este momento de pandemia y crisis sanitaria que nos obligó a tomar decisiones extraordinarias, contrasta con las expectativas, los planes y los proyectos a futuro que forman parte de su vida como persona y como estudiante:
“Es algo triste, porque como estudiante siempre sueñas con tu graduación y más la de la universidad, que es la última, la que más trabajo te costó, la que más sentimientos recibe, y pensar que todo eso no lo vamos a tener, por la contingencia, es algo, que a pesar de que entendemos la situación, es difícil de asimilar”.
Finalmente, considera que aquellas y aquellos estudiantes que serán “afortunados” y en algún momento regresarán a clases presenciales, deberán “valorar la situación y todo lo que ha acontecido”:
“Creo que serán muy felices de tener la oportunidad de poder regresar a la escuela y de poder convivir en un salón con sus compañeros y sus profesores”.