En este contexto de pandemia de COVID-19 todos los días hay nuevos casos confirmados, casos sospechosos, defunciones y casos negativos, pero también hay diagnósticos erróneos que ponen en riesgo la vida de las personas y sus familias.
En Jalisco, el joven Adolfo vive preocupado desde que su madre Elvira ingresó de urgencia a la Unidad Médica Familiar No. 34 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) por un ataque de asma y fuera clasificada como una paciente con COVID-19, diagnóstico que después sería rechazado; sin embargo, por su estadía en diversas clínicas terminó contagiándose del virus que le atribuían en un principio.
Por Sofía Ávila/@anasofiaavila10
La tarde del 18 mayo la señora Elvira de 69 años de edad quien es diabética, hipertensa, asmática y también padece de insuficiencia renal, tuvo un disgusto grave provocado por uno de sus familiares, el resultado fue un ataque de asma como los que “suele tener”, pero en esta ocasión no se pudo controlar por ella misma y sus familiares se vieron obligados a llamar a una ambulancia.
Cuando los paramédicos llegaron, realizaron un protocolo para asegurarse de que la señora Elvira no fuese un posible caso de COVID-19, revisaron su temperatura, signos vitales, y concluyeron que había caído en un coma diabético pues sus niveles de azúcar estaban en 550.
Después de 15 minutos de haber llegado a la Unidad Médica Familiar No.34 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) la doctora que se encargaba de atender a la señora Elvira les dijo a sus familiares que la paciente tenía COVID-19 y era necesario trasladarla a la clínica 110 del IMSS en donde atienden especialmente a enfermos de COVID-19.
Su hijo Adolfo le explico la situación que les llevó ahí; no obstante, la doctora se negó a escucharlo y le exigió que firmara un documento en el que se leía que su mamá era sospechosa de COVID-19:
“Mi mamá no había presentado síntomas de nada, venía con un coma diabético, y sus problemas de asma, pero me vi obligado a firmar ese documento”, comentó Adolfo.
Antes de trasladar a la señora Martha a la Clínica 110, se le pidió a Adolfo, su hijo, que contestara una serie de preguntas para llenar el parte médico, pues su mamá estaba inconsciente en la ambulancia:
“Me preguntó ¿su mamá tose?, y yo le conteste que no, que mi mamá no tosía, pero ella me contestó; no, a mí me dijo ella que sí, y le puso que sí, después me preguntó si mi mamá había tenido fiebre y yo le conteste que no, pero ella otra vez me dijo que le preguntó a mi mama y que ella le dijo que sí y pues otra vez le puso que sí, me pregunto si mi mamá había viajado recientemente y yo le contesté que no que mi mamá no había salido, y ella otra vez me dijo que le había preguntado a mi mamá y le puso que sí, imagínate mi impotencia.”
Al llegar a la Clínica 110 le dijeron a Adolfo que su madre venía muy grave, con una falla cardiaca, los pulmones colapsados y era un posible caso de COVID-19. Después de una noche en el hospital le realizaron una serie de pruebas y resultó que era un caso negativo, por lo tanto, la dieron de alta del piso en donde estaba para trasladarla a otro, pues ahí corría el riesgo de infectarse. También le dijeron que era muy probable que la trasladaran a otro hospital, pues al tener tantas enfermedades se convertía en una paciente vulnerable por el lugar en el que estaba.
Para el jueves 19 de mayo la trasladaron a la Clínica 46; sin embargo, el doctor que la recibió la diagnosticó con COVID-19 y mandó que la aislaran por segunda ocasión a un espacio en donde se encontraban otros posibles sospechosos:
“Yo hablé a la Clínica 110 para preguntar y me dicen que no, que el resultado es negativo, que hable con la epidemióloga de la clínica 110, pero ella no estaba en el momento y me atendió otra persona, y él me dijo que no, que él tiene una prueba positiva y no sabe por qué la trasladaron, entonces ahí me dicen que tiene una prueba positiva y una negativa.”
Al enterarse de esta situación de incertidumbre Adolfo pidió que se le realizara otra prueba a su madre, ahí en la Clínica 46. Quedaron de entregarle los resultados en un lapso de 48 a 72 horas, pero en menos de 24 ya le tenían un resultado que confirmaba que la señora Elvira daba positivo en lo que sería su tercera prueba de COVID-19:
“Yo creo que esa es una negligencia por parte del seguro social, porque si mi mamá salió negativa de la Clínica 110 y en la Clínica 46, la aislaron nuevamente con las personas que son sospechosas de COVID y si ahí hay uno positivo, y vuelven a meter ahí a mi mamá, automáticamente yo digo que es una negligencia y ahí se contagió, en la Clínica 46.”
Clínica 46 del IMSS en Guadalajara, Jalisco.
Por el momento la señora Elvira sigue hospitalizada en la Clínica 46 y se le trasladará al piso de los casos confirmados. Sin embargo, en donde se encuentra no les permiten tener celulares, por lo tanto, no tiene forma de comunicarse con su hijo; fue hasta el sábado 23 de mayo que consiguió hacerle una llamada:
“Mi mamá dice que la están tratando bien, pero que todavía no han visto los nefrólogos y no ha recibido su hemodiálisis.”
A pesar de haber estado en contacto con su madre dentro de los hospitales a Adolfo no se le realizo ninguna prueba y tampoco se le dieron indicaciones de aislamiento:
“A mí no me han intentado hacer ninguna prueba, ahorita solo me dijo el doctor que no quería que fuera ninguna persona que tuvo contacto con mi mamá a la clínica porque estaba en riesgo, pero nunca me dijeron: ¡Ah! tú eres el hijo, tú eres el que esta con ella, ven para hacerte una prueba, porque si tu mamá salió positiva, tu puedes ser positivo.”
Afortunadamente Adolfo no ha presentado síntomas, pero tampoco se le ha realizado ninguna prueba y por lo tanto desconoce si es un portador asintomático del virus. Él afirma que cuando su mamá salió de casa esa tarde de lunes no tenía COVID-19 y no fue hasta que innecesariamente la mandaron a tantas clínicas que se contagió.
También aclaro que no estaba seguro como fue que en la Unidad Médica Familiar No. 34 del IMSS la doctora que realizó el parte médico haya entrevistado a su madre, pues el asegura que la señora Elvira estaba inconsciente en ese momento y no pudo haber contestado lo que la doctora aseguraba.
“Yo no sé si mi mamá me va a volver a marcar o no me va a volver a marcar, y tampoco sé que va a suceder”, concluyó Adolfo.