En este mes de abril, la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) llevó a cabo un monitoreo de revisiones desde el enfoque de respeto a los derechos humanos en el contexto de la pandemia de COVID-19 en hospitales, centros de asistencia social, reclusorios y espacios que concentran poblaciones vulnerables en el estado de Jalisco.
El monitoreo reveló las precarias condiciones en las que se encuentran la mayoría de hospitales y clínicas. Según los resultados obtenidos un 8.7% no cuentan con los insumos necesarios como termómetro y estetoscopio, mientras que un 15.2% reveló no tener un plan específico de acción ante la pandemia de COVID-19.
Por Sofía Ávila / @anasofiaavila10
Fotografías Twitter Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco
Los sectores vulnerables durante la pandemia son un reflejo de la desatención y falta de compromiso que los gobiernos y sociedad tienen hacía con ellos. Cómo se pretende mandar a sus casas a quienes no tienen una, cómo se pretende que se sigan las medidas preventivas de sanidad si no todas las clínicas y hospitales cuentan con equipo básico para protegerse como cubrebocas y guantes, cómo se pretende que haya instituciones que brinden seguridad y apoyo cuando éstas ni siquiera cuentan con un plan de emergencia establecido.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ), presentó el pasado 17 de abril el Informe especial de revisiones a centros de asistencia social, hospitales y reclusorios en el contexto de la pandemia COVID-19, se trata de un monitoreo desde el enfoque de respeto a los derechos humanos en el contexto de la pandemia de COVID-19, a espacios que concentran poblaciones vulnerables en el estado de Jalisco.
De acuerdo con éste, en el total de las instancias evaluadas se registró que un 17.5% del personal responsable no usa equipo de sanidad para la protección como lo son guantes y cubrebocas, mientras que, sólo el 77.2% de las personas albergadas en las distintas estancias pueden mantener la sana distancia.
Los albergues para personas adultas mayores, personas en situación de calle y migrantes, han dejado de recibir nuevos ingresos que necesitan este tipo de ayuda, y aunque se ha tomado esta decisión por el bienestar de quienes ya reciben el apoyo, no se puede simplemente ignorar a aquellos que se encuentran en la misma lamentable situación.
Los puntos de revisión que se consideraron para este informe especial concentraron las siguientes deficiencias y contextos en medio de la contingencia sanitaria:
Albergues para personas adultas mayores
En este tipo de espacios hay dos perfiles de atención: las personas que se encuentran albergadas y las personas que laboran en el cuidado de los adultos mayores.
Según los resultados del monitoreo se pudo evidenciar que, la mayor proporción de albergues son de asistencia social y sus recursos son limitados.
Los adultos mayores son más vulnerables ante este virus, es por eso que se ha decidido tomar acciones específicas para su protección. Un ejemplo de esto ha sido incrementar medidas de higiene en el cuidado, vigilancia, preparación de alimentos y aseo personal de los adultos mayores, así como, suspender temporalmente las visitas de personas externas a las instituciones y procurar la sana distancia.
La mayoría de los albergues han prohibido nuevos ingresos, pero hay algunos que reportan seguir con las prácticas habituales y sólo han decidido establecer nuevos requerimientos, entre los cuales están: una entrevista previa, exámenes de laboratorio y revisión médica.
Albergues infantiles
Según el informe realizado, los albergues infantiles son los principales espacios de asistencia que no cuentan con un plan de emergencia.
Por la diversidad de menores de edad que se encuentran en estos albergues es necesario un amplio número de personal: administrativos, trabajadores de limpieza, de apoyo psicológico, trabajo social, entre otros; si bien, se pretende involucrar únicamente al personal necesario, las exigencias que demanda el cuidado de los menores vuelven a esta estrategia casi imposible de realizar.
Los recursos para estos albergues son limitados y tampoco se permiten las visitas.
Cárceles y reclusorios
De acuerdo con la CEDHJ, hasta el 2 de abril (fecha en la que se llevaron a cabo las visitas), en estos espacios el plan de emergencia ante la pandemia exige una limpieza general con atomizadores de agua con cloro, todo el personal utiliza cubrebocas, hay gel antibacterial en todas las áreas y como medida extrema se prohibió la visita interna y familiar, así como una revisión médica diaria.
Asimismo, se precisa que los trabajadores de 60 años o más que tengan algún padecimiento o enfermedad, se les permite quedarse en sus casas.
El documento, además, afirma que las personas privadas de la libertad pueden ver noticias para que estén enterados de la situación, las actividades recreativas son realizadas por turnos al igual que la toma de alimentos, también les realizan chequeos continuos.
Sin embargo, a través de un comunicado, los familiares de personas privadas de la libertad en los Centros de Reinserción Social del Complejo Penitenciario de Puente Grande han manifestado recientemente su inconformidad ante las situaciones que enfrentan sus familiares. Ya que, pese a que se habría anunciado que las autoridades les brindarían información sobre el estado de salud de sus seres queridos, hasta el momento, esto no ha sucedido; a la par, denunciaron las negligencias que las autoridades penitenciarias en el estado han tenido respecto a las medidas sanitarias que se aplican a personas internas y funcionarios.
Además, se informó en días pasados que, Ricardo Cárdenas, empleado de limpieza en el Reclusorio Preventivo, perdió la vida por COVID-19. De acuerdo con sus allegados, el señor Ricardo padecía de diabetes y, por lo tanto, hubo una negligencia de parte del Director de Reinserción Social, José Antonio Pérez Juárez, quien fue omiso a las indicaciones del Gobierno Federal sobre retirar del espacio laboral a grupos vulnerables. Por estos hechos la CEDHJ emitió medidas cautelares el pasado 26 de abril, asumiendo que se trataba de un “fallecimiento presumiblemente por COVID-19”.
Albergues para personas en situación de calle y albergues para personas migrantes
La mayoría de estos espacios ha optado por no recibir nuevos ingresos para evitar la propagación del virus entre las personas que requieren de esta ayuda y el personal que labora ahí. Al respecto, han señalado que, de existir algún caso sospechoso este será derivado al seguro social. Algunos de los albergues están trabajando para la adecuación de un área específica para el aislamiento de personas con síntomas.
Centros administrativos: Ciudad Niñez, Centro de Justicia para Mujeres, Casa para mujeres embarazadas.
Debido a que la violencia familiar ha incrementado a partir del llamado a permanecer en casa, las dependencias públicas de atención especializada en niñez y mujeres siguen en funcionamiento, pues estas dependencias son clave para atender a estos grupos vulnerables.
Como parte del plan de emergencia ante la pandemia, estas instituciones laboran con la menor cantidad de personal posible y se siguen medidas preventivas entre las que están el lavado de manos, la sana distancia y una revisión médica constante.
Si existe un caso sospechoso, será derivado a las clínicas de salud del Instituto Mexicano del seguro social (IMSS), y en caso de ser necesario existe la posibilidad de un acompañamiento.
Hospitales y centros de salud
El plan de emergencia que ha seguido cada centro de salud, hospital o clínica es el establecido por el Gobierno de Jalisco, sin embargo, cada uno de estos sitios lidia con problemáticas diferentes y se han tenido que adaptar a sus condiciones. Algunos han optado por utilizar bitácoras de atención y capacitación para dar el servicio adecuado a personas con síntomas sospechosos, otros cuentan con un test de síntomas y signos para determinar si el tratamiento que les darán será ambulatorio, hospitalario o de alta.
Desafortunadamente no en todos los centros de salud cuentan con el material y la capacitación del personal necesarios, por lo que los pacientes son derivados a otros hospitales en donde sí pueden ser atendidos.
Para establecer criterios de decisión se guían por los protocolos federales y estatales, así como, a través de un comunicado de la Secretaria de Salud de Jalisco (SSJ), que establece la definición operacional a seguir.
Según precisa el informe, por precaución, los trabajadores mayores de 60 años, embarazadas o con enfermedades crónicas no laboran de manera presencial.