En Tlaxcala, suman nuevos casos de usurpación de identidad en Facebook y distribución de fotografías íntimas de mujeres con campaña falsa

Luego de que en de febrero, mujeres de Jalisco, Colima, Michoacán, Ciudad de México y otras partes de América Latina, denunciaron que fueron afectadas física y moralmente por una red de estafadores que usurpa la identidad de mujeres en Facebook y les engancha para el envío y distribución, sin consentimiento, de fotografías íntimas con el pretexto de “participar en una campaña contra el cáncer de mama”, nuevos casos se suman en el estado de Tlaxcala.

Son pocas las mujeres que han logrado recuperar sus perfiles de Facebook, sin que la compañía estadounidense se haya hecho cargo; hasta ahora, la mayoría de las cuentas permanecen activas siendo utilizadas por la red de hackers para el enganchamiento de nuevas personas. Sin embargo, Itzel, joven originaria de Tlaxcala y quien fue víctimas de esta red recientemente -el pasado 3 de abril-, “logró ganarles” dice, pues consiguió recuperar sus cuentas antes de que éstos las obtuvieran.

Por Dalia Souza / @DalhiaSouza

A dos meses de la primera denuncia pública que mujeres de Jalisco, Michoacán, Colima y Ciudad de México realizaron sobre la usurpación de sus identidades de Facebook, así como, del enganchamiento y distribución de sus fotografías íntimas a través de una falsa “campaña para combatir el cáncer de mama”, nuevos casos aparecen en el estado de Tlaxcala.

A principios de febrero de 2020 se contabilizaban al menos 40 mujeres afectadas en México y América Latina, en países como Argentina y Honduras. En el caso de Guadalajara, Jalisco, seis mujeres jóvenes denunciaron sus casos ante el Centro de Justicia para las Mujeres (CJM); mientras que, de las más de 30 mujeres afectadas en Colima y Michoacán, dos más habrían reportado sus casos y denunciado ante la Fiscalía del Estado, el Centro de Justicia para las Mujeres de aquella entidad y la Policía Cibernética.

Sin embargo, de acuerdo con las mujeres que han sido víctimas y se encuentran organizadas, además, se han presentado casos en Oaxaca, Yucatán y ahora, Tlaxcala.

Lamentablemente, ninguna ha tenido respuesta. Habrá que precisar que este modus operandi no es nuevo; ya que, la red de estafadores o delincuentes cibernéticos opera desde el 2016 en México, sin que la compañía estadounidense de redes sociales haya hecho algo.

El objetivo de esta red de hackers, ya identificado por las víctimas organizadas, es conseguir perfiles de mujeres -robando su identidad- y sus fotografías con el pecho y torso descubierto, mismas que después son utilizadas para engañar a más mujeres, a quienes, en una “segunda etapa” del proceso de enganchamiento, se les solicita el envío de imágenes con connotaciones eróticas.

Según lo documentado por esta reportera y por las mujeres que se han organizado para denunciar estos crímenes, las fotografías que se solicitan a las víctimas pueden tener distintos fines, como:

1) su distribución en sitios de pornografía;

2) el enganchamiento de otras víctimas -como han logrado comprobarlo-; y

3) la extorsión, sin embargo, sobre esta última no se han reportado casos.

Aquí un par de ejemplos de cómo es que se contacta esta red con las usuarios a través de Facebook.

 “Yo les pude ganar”

Itzel es una joven originaria de Tlaxcala, tiene 29 años y el pasado 3 de abril fue contactada a través del perfil de Facebook hackeado de una de sus ex maestras de la universidad; según relata, esta profesora tiene gran influencia en el movimiento feminista del estado, y, además, es un referente para diversas mujeres, jóvenes y estudiantes.

Desde el perfil hackeado de esta profesora le escribieron para preguntarle “si quería participar en una campaña sobre cáncer de mama, donde sólo tenía que enviar unas fotos sin bra (brasier)”; como en todos los casos hasta ahora denunciados, a cargo del proyecto estaba una doctora de otro país -en este caso de un hospital de Alemania- y a cambio le daría un pago de 12 mil pesos. 

Itzel, relata que el mensaje y la propuesta le parecieron extraños; sin embargo, la relación que mantenía con su exmaestra le provocó la confianza para considerarlo y, quizá, aceptar.

Antes intentó comunicarse con ella vía telefónica, aunque lamentablemente ésta no atendió el llamado; después buscó a una de sus primas, a la que también le tiene mucha confianza, asegura. Su pariente dudó muy poco sobre que se tratara de un proyecto falso, dado a que había sido una invitación desde el perfil de esta profesora, incluso, le dijo: “¡compártela, es la maestra!”. Y es que, como precisó antes Itzel, su ex maestra tiene gran influencia en las jóvenes de la comunidad y, por lo tanto, su perfil de Facebook es seguido también, por decenas de mujeres jóvenes feministas que confían en ella, en su palabra y sus publicaciones.

Aunque Itzel consideraba que la invitación no podía “ser real”, su prima insistió en que debía “romper sus prejuicios” y tenía que intentarlo. La joven coincidió en que estaba en lo cierto y se convención de que se trataba de una verdadera campaña.

“Ella me preguntó: “¿por qué no quieres compartirlas?”, le dije “pues no sé, siento que a lo mejor puede que no sea real”, me dice: “debes romper tus prejuicios” y yo le dije, “tienes razón”. Yo no lo quería hacer por mis prejuicios, pero pensé “en realidad es una campaña, es la maestra”.

Para este momento, la joven ya había entrado en contacto con la cuenta de la supuesta doctora, que en esta ocasión lleva por nombre “Alicia Vázquez”; desde este perfil le dieron las instrucciones como a todas: “envía tus fotografías, son con tu pecho descubierto, de frente, de perfil y de espaldas”. Itzel lo hizo, aunque a diferencia de los otros casos documentados, a ella le dijeron que tenía que reenviar el material mostrando su rostro.

De nuevo aceptó y reenvió el material con las nuevas instrucciones:

“Se las envío y me dice, pero se debe ver tu cara, le dije bueno y le mandé otras fotos donde se ve mi cara y estoy desnuda. Primero envié unas sin rostro y luego otras con rostro”.

Una vez más, el modus operandi del hackeo se repitió. Tras el envío de las fotografías, el perfil del hacker -bajo la identidad de la persona encargada de la campaña- hace llegar un enlace que redirecciona a la página de inicio de Facebook:

“Luego me manda un enlace y me dice que meta mis datos y que me va a aparecer un cuestionario, entonces abrí el enlace y me abrió una página de Facebook, meto mis datos y se abre Facebook, así que le dije, “no me salió ningún cuestionario, sólo abre Facebook”, ella me contesta, “permíteme un momento”.

En esta ocasión, la supuesta doctora le pidió su número telefónico y le advirtió que tendría que ingresar a un enlace donde pondría sus datos: usuario de Facebook y contraseña, y después éste le permitiría acceder al cuestionario para continuar con el proceso. Incluso, le dijo que, si tenía problemas para entrar, podía intentarlo con los datos de su correo electrónico.

De esta forma, los delincuentes cibernéticos cifran la información y/o tienen acceso a éstos y pueden vulnerar los criterios de seguridad de la configuración de los perfiles personales de Facebook: teléfono, correo electrónico y, contraseñas.

Sin embargo, cuando la joven intentó ingresar nuevamente, notó que había logrado entrar a su perfil, aún y cuando se equivocó en algunos dígitos de su contraseña:

“Me volví al enlace y ahí fue donde acerté, porque puse mi usuario de Facebook y puse una contraseña errónea, me faltaron unos dígitos y aun así pude entrar, accedí a mi Facebook y dije ¡cómo! Y ahí fue cuando me cayó el veinte de todo”.

Comenzó a buscar el perfil de su maestra y vio que éste estaba “dado de baja”. En ese momento, también ingresó a la configuración de Facebook y pudo darse cuenta que desde su perfil acababan de iniciar sesión en Nueva York.

Lo siguiente fue intentar cambiar las contraseñas, aunque reconoce que su computadora, tras abrir ese enlace, se “estaba trabando, como si le hubiera entrado un virus”, así que tuvo que hacerlo con su celular:

“Empecé a tratar de cambiar mi contraseña, pero como que ya nada me funcionaba bien en mi laptop, se trababa todo, como si le hubiera entrado un virus, entonces estaba con mi teléfono en la computadora, tratando de cambiar la contraseña”.

Ya que los hackers tenían su contraseña de correo electrónico y su Facebook, Itzel enumera lo que tuvo que hacer tras percatarse de la estafa.

1) Cambiar la contraseña del correo vinculado a la cuenta de Facebook, ya que en el proceso de enganchamiento le habían pedido que para ingresar al supuesto cuestionario, tenía que ingresar sus información de Facebook o, en su defecto del correo electrónico.

2) Desanclar el correo electrónico de seguridad y respaldo que estaba en su perfil, Itzel ingresó en su lugar, el correo de una persona de su confianza.

3) Cambiar la contraseña a su cuenta.

4)Desanclar su número telefónico e ingresar uno nuevo.

“Desancle los números y los correos de Facebook cambiándolos a los de una persona de confianza. Así fue como les pude ganar”, señala Itzel.

Si bien, hasta ahora su perfil está seguro y a diferencia de los demás casos, su cuenta no será utilizada para enganchar a más mujeres, Itzel está preocupada por las fotografías que le arrebataron con engaños, así como, por una futura extorsión a cambio de estas imágenes.

Luego de estas situaciones, manifiesta Itzel, se da cuenta de la fragilidad en la que se encuentran las mujeres -y las personas en general- dentro del mundo virtual y su casi nula frontera con “el real”; y reconoce que, hasta antes de estas situaciones, no consideraba que esto podría ser cierto o que a ella le podría pasar:

“Después de esto me di cuenta de la fragilidad de las cosas, yo antes de esto era de las que subía todas mis fotos, en dónde estaba, tengo un montón de amigos, como mil de gente que sólo es de cerca o que tenemos amigos en común, entonces como que me puse a pensar. Imagínate, la fragilidad, toman una foto mía, hacen otro perfil, te envían estas cosas… Me puse a ver la profundidad, la angustia”.

Y junto con ello, precisa, es lamentable que luego de ser vulneradas en su integridad emocional, moral y física, la mayoría de los comentarios públicos que giran alrededor de esta noticia en redes, muchos de ellos de hombres, buscan culpabilizar a las mujeres; sin antes exigir una respuesta a las autoridades o a la propia compañía de redes sociales -quien hasta ahora se ha mantenido omisa y deslindada- para sancionar a los responsables:   

“Se lo merecen por pendejas”, “quién les manda a mandar las fotos, seguro es porque son unas zorras”. Eso te hace sentir peor, entonces, ¿yo tengo la culpa?, ¿no van a buscar a los culpables?, ¿tenemos la culpa nosotras, por tener confianza, por tener amigas, por quererte quitar prejuicios? Y la mayoría de los comentarios son: “se merecen lo que les pasa por pendejas”?

Más de 40 mujeres en México y América Latina se han organizado para denunciar estos delitos cibernéticos a través de los hashtag: #FacebookStopTheCrime, #FacebookDetenElCrimen y #FacebookNoSeasCómplice, con ello buscan exigir a Facebook y Facebook México que cumplan con sus solicitudes de eliminación de las cuentas denunciadas e identifique a quienes están detrás.

El colectivo de mujeres cuenta con un grupo de apoyo a víctimas de esta situación (si deseas acceder a éste, contacta a ZonaDocs a través de mensaje privado en todas sus redes sociales).

Las cuentas que hasta el momento han sido hackeadas y a través de las cuales está operando esta red en Jalisco, Colima, Michoacán, Ciudad de México, Oaxaca, Yucatán, Tlaxcala, Argentina y Honduras, son:

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Somos un proyecto de periodismo documental y de investigación cuyo epicentro se encuentra en Guadalajara, Jalisco.

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