En el marco de las protestas y la exhibición de denuncias de acoso y hostigamiento sexual dentro de los centros universitarios y preparatorias de la Universidad de Guadalajara (UdeG), este sábado frente a Rectoría General se instaló un tendedero para exigir justicia al caso de Daniela, una joven estudiante de la carrera de Medicina que se vio obligada a denunciar públicamente las agresiones sexuales que sufrió en manos de sus compañeros, luego de las prácticas omisas y revictimizantes de las autoridades universitarias en su plantel, de la propia Defensoría de los Derechos Universitarios (DDU) y del Centro de Justicia para las Mujeres del Gobierno del estado de Jalisco.
Frente Rectoría General, fueron colocadas las fotografías de los estudiantes de medicina que se encuentran presuntamente implicados en estos hechos de violencia y acoso sexual, así como, los mensajes: “Podría ser tu médico”, “UdeG protege violadores”, “CUCS protege violadores” y “Justicia para Daniela”.
Su caso dejó al descubierto la ausencia de un Protocolo Universitario para Atender los Casos de Acoso y Hostigamiento dentro de la Universidad de Guadalajara, así como, la negligencia y complicidad de las autoridades universitarias para atender estos casos.
Por Aletse Torres/@aletse1799 y Dalia Souza / @DalhiaSouza
En el mes de marzo de 2019, Daniela estudiante de la licenciatura en Médico, Cirujano y Partero del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) denunció ante las autoridades universitarias, los abusos sexuales, el hostigamiento y las amenazas de las que fue víctima en manos de sus compañeros de carrera.
A ello, se sumaron las omisiones y negligencias de quienes institucionalmente tenían que haberle escuchado y protegido: la Defensoría de los Derechos Universitarios (DDU) de la Universidad de Guadalajara y el Centro de Justicia para las Mujeres del Gobierno del estado de Jalisco.
Si bien, en julio del mismo año -seis meses después de los hechos- ,el Consejo General Universitario (CGU) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), aprobó la expulsión definitiva de sus dos agresores, quienes permanecían como estudiantes en activo de la carrera de Medicina del (CUCS), el proceso judicial permanece abierto y los agresores no han sido sancionados penalmente.
Gracias a la lucha que Daniela y su madre emprendieron para exigir justicia, ha quedado en evidencia los temas pendientes en materia garantías de protección y no repetición para la joven y para todas las estudiantes, profesoras y trabajadoras universitarias, a través de la elaboración de un verdadero Protocolo Universitario para Atender los Casos de Acoso y Hostigamiento dentro de la casa de estudios.
Sin embargo, a un año de los hechos, Daniela no ha conseguido regresar a sus clases, puesto que, las autoridades universitarias le han brindado condiciones de seguridad y protección suficiente que eviten que ella vuelva a ser víctima de amenazas o acoso de quienes aún no han sido sancionados.