Pese a la promesa de las autoridades de que no retirarían los retratos de los desaparecidos que fueron colocados en una de las paredes de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Nuevo León a la que las madres renombraron como “El Muro de la Memoria”, el muro fue limpiado un día después sin dar ni ofrecer ninguna explicación a las familias de los tres desaparecidos que ahí se habían colocado para que no olvidaran que éstos no han sido buscados ni encontrados.
Por Alfredo López Casanova
El día 20 de febrero, Patricia Manzanares se encontraba en el Aeropuerto de la Ciudad de México. Eran las 6 de la mañana. Volaría con su dolor a cuestas a Monterrey, Nuevo León.
Le preocupaba cómo trasladar unos mosaicos que hablan de su historia de angustia permanente en la búsqueda de su hijo desaparecido hace 9 años. Su hijo, Juan Hernández Manzanares, es un policía federal de la Ciudad de México que había sido comisionado a la ciudad de Monterrey y estaba hospedado junto a muchos otros policías federales en el Hotel 88 Inn de San Nicolás de los Garza.
Juan de ahí fue desaparecido junto con otro compañero, y ni su jefe inmediato, ni la institución se han hecho responsables de por su desaparición, ni de su búsqueda, sino por el contrario, han manejado versiones contradictorias del hecho.
Desde el primer momento, Patricia inició la búsqueda de su hijo, pidió y exigió los videos de las cámaras del hotel; el administrador dijo que las cintas se las entregó al comandante de la policía, pero éste lo niega. Ella cree que han hecho perdedizas las cintas: “las perdieron o las escondieron” señala.
Patricia Manzanares sujetando los mosaicos que tiene grabado el retrato de su hijo y un grabado de las huellas de los zapatos que ha usado en su búsqueda (Foto: Huellas de la Memoria).
Patricia estaba preocupada y nerviosa, pues pensaba que no la dejarían pasar los mosaicos dentro de una pequeña maleta como bolso de mano. Llevaba también las historias de Lourdes Huerta, madre de Kristian Karim Flores Huerta y de Marisela Alvarado, madre de César Guadalupe Carmona Alvarado, ambos desaparecidos en Monterrey entre 2010 y 2011 respectivamente.
Le preocupaba que no pasara el filtro y se fueran con otras maletas y maltrataran o se despostillaran, pero pasó el filtro.
Horas después, Patricia Manzanares y Maricela Alvarado, ambas madres, pegaron los mosaicos como forma de protesta en un muro que le bautizaron como el “Muro de la Memoria,” justo la entrada a la Fiscalía General Justicia de Nuevo León en la ciudad de Monterrey.
Cuatro horas después en reunión con el Fiscal Especial de Desaparición Forzada y Desaparición Cometida por Particulares, Eduardo Saucedo Torres, horas después, Patricia le dejó en custodia la memoria de sus hijos y éste les aseguró que respetaría y cuidaría su acción memorial, al día siguiente, los mosaicos fueron retirados, volvieron a resanar y pintar el muro de blanco: “Aquí no hay desaparecidos”.
Lourdes Huerta, madre de Kristian Karim, quien fue desaparecido el 12 de agosto del 2010 en Villa de Juárez, Nuevo Léon comentó con tristeza:
“Esto es frustrante. Después de sentir un poco de alegría en el corazón al ver el hermoso trabajo de memoria, al día siguiente nos vuelven a encajar un cuchillo por la espalda. No tuvieron los suficientes pantalones, para salir a decirnos que no podemos instalar este muro de memoria. Esto nos sacude entre el dolor, el coraje, la impotencia y todo lo que deriva de un hecho así, sentimos que las autoridades nos vuelven a revictimizar.”
Por su parte Maricela Alvarado, madre de César Guadalupe Carmona Alvarado, quien junto con Patricia instaló el” Muro de la Memoria”, relató:
“el 20 de febrero colocamos la foto y las huellas a 8 años y 7 meses para sensibilizar la Fiscalía de que necesitamos encontrar a nuestro hijo, pero al día siguiente, el 21 amanecimos con la noticia de que habían retirado las huellas de nuestro caminar y las fotografías de nuestros hijos. El fiscal se comprometió a cuidar nuestro memorial, pero sin avisarnos los retiraron violando así nuestro derecho a la memoria.
En Guadalajara, Jalisco, esta misma acción (la retirada de los mosaicos de los desaparecidos) se realizó al desprender el rostro de Óscar Antonio López Enamorado, el cual había sido colocado por su madre, Ana Enamorado, en las instalaciones de la Fiscalía Especializada en Desaparición de Personas, esto tras cumplirse 10 años de la desaparición de Óscar, a quien se le vio por última vez el 19 de enero de 2010 en San Sebastián del Oeste, al sur de Jalisco. Las autoridades dicen que no lo quitaron sino que el mosaico fue vandalizado.
Imagen del “Muro de la Memoria” cuando se colocaron los mosaicos, el 20 de febrero (izquierda), e imagen de cómo lucía ya el muro un día después, 21 de febrero.