La cuenta regresiva para que el Estado Mexicano legisle sobre la legalización o no de la marihuana vence el 30 de abril; sin embargo, fuera de las discusiones legislativas y los marcos normativos cientos de mexicanos ya la cultivan con fines de auto-consumo.
Esta es una entrevista con un par de hermanos para quienes la cannabis ha implicado un cambio total en su vida.
Por Eric Sandoval/ @eric20san y Mariana Parra / @MarianaParraMa1
Vídeo: María Fernanda Lattuada / @MariferLattuada
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Uno es Adán, y otro Edén. Dos letras los separan de ser la misma persona, aunque los dos son Misael. Estos gemelos viven en el mítico barrio de Santa Tere, en Guadalajara, Jalisco. Y se trasladan hasta el Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), para estudiar diseño de artesanías. La experiencia de su hermano mayor influyó en su interés por la marihuana, planta que al día de hoy, cultivan en su azotea a la vista de los vecinos, que les dicen “saquen”.
La llegada de la marihuana a sus vidas, les ha cambiado el rumbo, afirman los hermanos, quienes piensan que cada persona es un universo que se puede descubrir, para eso utilizan su marihuana. Las ocho plantas que tienen, las cuidan como sus hijas.
Su familia, no es la excepción. Hace cinco años, su padre sufrió un infarto cerebral provocado por el abandono de medicamento; sin embargo, estos gemelos utilizaron esta “bonita planta”, como dice Adán, para ayudar a su padre en su proceso de rehabilitación, primero a gotas, después a porros. Cuentan que su padre, bajo los efectos de la cannabis, recupera la lucidez que tenía antes del incidente.
¿Cómo se definen ustedes?
Personas muy empáticas, nos gusta conocer bastante la forma de pensar de la personas, el hecho de saber que cada persona es un universo, un universo que se puede descubrir.
¿Cuál es su primer contacto con la mariguana?
Adán: Decidimos ver qué onda, poco a poco la empezamos a probar, a experimentar, y pensamos en por qué existe tanto tabú. Fuimos probando distintos tipos que nos daban, cuando una está buena, nos guardamos la semilla.
Edén: Nuestro interés a la mariguana fue por ese cambio de perspectiva que te da, las cosas que empiezas a notar, a darte cuenta. La sensibilidad, la creatividad, la conexión contigo mismo, a parte de que Adán y yo somos muy espirituales. Comenzamos a combinar la mariguana con la meditación, y fue como un combo perfecto.
¿Cómo fue el proceso de la primera planta que tuvieron?
Edén: La primera planta que llegó no fue germinación nuestra, fue de uno de nuestros hermanos. La planta tiene dos años, pero la tenemos con nosotros desde hace un año y medio. En especial esta planta es marimacho, nosotros la dejamos de regar y la planta quiere sobrevivir sin que la rieguen, cómo, pues cambian su genética y las hembras se hacen marimacho, producen sus mismas semillas, y se autoreproducen.
¿Cuánto tiempo de su vida le dedican a las plantas?
Edén: Normalmente una hora, es después de que regresamos de la escuela y en la noche, porque es cuando ya llevan rato en el sol, y casi siempre están secas. A la mariguana le encanta el agua y le encanta el sol. Es súper terapéutico estar en contacto con las plantas, todo lo que te enseña una planta.
Adán: Llegas a conocer plantas de tres metros, seis metros, pero todo está en la técnica del podado. La mayoría de nuestras plantas empiezan con un tallo grueso y desde ahí se empiezan a dividir. Es una técnica para mantenerlo en volumen, tener una producción más controlada, incluso vista de una manera más discreta.
¿Han tenido dificultades con plagas?
Adán: Puedes encontrar la famosa mosquita blanca, se pone debajo de las hojas porque la marihuana está llena de azúcar, entonces come y se reproduce hasta llegar a plagar toda la planta, esto la retrasa bastante porque le quita todos sus nutrientes.
¿Cómo quitaron las plagas?
Adán: Utilizamos productos orgánicos para cuidar las plantas, en este caso un pesticida a base de hierbas fuertes: ajo, clavo, chile, funciona muy bien. Una manera de alejar o prevenir la mosquita es poner plantas de albahaca o de stevia junto a la mariguana porque tienen mucha azúcar, y atraen a la mosquita blanca. Es como dividir la atención. En los cultivos grandes, ponen una hilera de albahaca y otra de marihuana.
Edén: Algo que aprovechamos en nuestro cultivo es la composta, todos los residuos de las verduras y de las frutas, los vamos juntando en una tina grande, y también cada que nos cortamos el cabello, lo juntamos, porque el cabello es nitrógeno para las plantas, y es muy buena composta.
¿Cuánto invierten en su cultivo?
Adán: Se invierte en estar regando, también en el humus de lombriz, y humus de murciélago, se lo ponemos una vez al mes. El humus recupera todos los nutrientes de la tierra. La planta se da muy bien en la tierra, pero en maceta se van acabando los nutrientes, y el humus una forma de recuperar eso que perdió.
¿Qué representó para tu familia el infarto que tuvo tu papá?
Edén: Hace como cinco años, mi papá tuvo un infarto cerebral, y comenzó porque dejó bruscamente unas pastillas que tomaba para dormir, y su cuerpo lo resintió. Comenzó a hacer cosas que no tenían mucho sentido como querer trabajar cuando ya no eran horas de trabajar.
Adán: Una vez pasó que me acerqué a preguntarle algo y noté en su vista muy perdida. Mi papá no me reconoció, no pudo saber quién era, y eso me dolió, pero no sabíamos qué tan grave era hasta que sufrió una convulsión, por un infarto cerebral. Salió a los tres días.
Edén: Era dolorosa esa parte cuando estaba en el sanatorio, y cuando entramos al cuarto, no nos reconocía. Los doctores no sabían si iba a poder recuperar la memoria, pero nosotros le fuimos ayudando.
Adán: Llegó un punto donde podía vivir una vida normal. pero no era el mismo. Mi papá era una persona muy carismática, muy alburero, muy platicón, muy energético, ahora era una persona que estaba en persona pero no su mente.
Edén: Al principio comenzó a tomar gotas de marihuana para dormir, y poco a poco empezamos a ver que tenía momentos de lucidez. Bajo los efectos, vimos cosas que no hacía hace mucho tiempo. Aumentamos las dosis, y hace un mes me animé a platicar con él sobre la marihuana. Le dije que era consciente de lo que ha estado consumiendo, que le ha estado ayudando a la memoria, a ser más platicón, a recordar muchas cosas, y para mí eso es, volverte a conectar o reconectar cosas que deberíamos tener conectadas.
Adán: Nos reunimos la familia en la sala, y prendimos un porro, fue muy experimental. Mi papá le dio como cinco fumes, se mareó y le dio sueño, le dije que se echara una siesta. Cuando despertó le dije que cómo se sintió, él abrió los ojos mucho y me dijo: “todo, todo, todo”. Le contesté que por qué todo jajaja, me dijo: “todo se me quitó”, y le dije ahuevo. Cada fin de semana lo volvemos a hacer, ya es normal que nos reunamos a prender el porro.
¿Para ustedes sus plantas son como sus hijas?
Adán: Sí, mucha gente dice que están loquitos los que le hablan a las plantas, pero igual es un ser vivo que necesita de energía, necesita su cariño, su atención, como todos.
¿Cultivan su marihuana pensando en la situación de violencia que pasa el país?
Adán: Creo que yo separo mucho el narcotráfico con el crimen organizado, incluso ellos dicen que se tiene que separar los negocios. No damos apoyo a este negocio, sino motivamos a la gente a que lo haga por su propia cuenta, saber que se puede, saber que no es fácil. A veces no sabemos qué estamos fumando, y hacer esto es seguridad, es algo bueno, un producto saludable, un bienestar.
¿Creen que ustedes a partir de su propio cultivo pueden cambiar la perspectiva de la sociedad?
Edén: Muchas veces ni sabemos quiénes son los que fuman y quiénes no. La marihuana nomás es una planta, y parte de que las personas la vean mal es por la historia, de cómo la fueron tachando. Siempre ha existido este tabú de miedo, de hacerlo a escondidas. Es cómo la gente ve un mariguano, y no saben cómo es un mariguano. Si supieran cómo es un mariguano de relajado, que ni siquiera se mete en la vida de los demás. Si existe alguien así es porque probablemente se haya metido algo más. La gente nos ve cómo somos, ve cómo tenemos nuestras plantas, y nos dicen “que chido”.
Adán: Mostrar que a pesar que se puede llegar a ser mal vista, siempre nos usamos a nosotros como ejemplo, decir que estamos bien. A pesar de que llevamos rato consumiendo, no andamos mal, vemos el beneficio de los cambios, lo bueno que se le puede sacar, porque tú decides qué hacer con esto, si lo aprovechas o no. Hay montón de drogas que te ayuda a trabajar mejor tu organismo, o están las que te matan.
¿Cómo es el proceso de sus plantas?
Adán: Las chiquitas, primero las germinamos, y las ponemos en botes pequeños para que ahí empiezan su desarrollo.
Edén: Las plantas se adaptan a la tierra que tú le pongas. Sies poca la cantidad, va a crecer en proporción. Aquí está otro ejemplo, pusimos mucha tierra, y la planta se permitió crecer más.
¿No se les dañan las plantas con la lluvia y el aire?
Edén: A la plantas que las tienen en interior, cultivadas con luz ultravioleta, les crece el tallo más delgado. Estas, por el viento se hicieron más gruesas, se adaptan a donde las pongas.
¿Hay alguna temporada donde no se de la mariguana?
Adán: Se dan todo el año, son plantas muy guerreras, les encanta el sol y el agua.
Edén: En tiempos de frío, la planta se hace un poco más oscura, se ve un poco más moradita, y en tiempos de calor es su tono verde normal, varía su aspecto.
¿Cuánto producto le sacan a sus plantas?
Ambos: En seis mese con las plantas que tenemos ahorita, sacaremos como un kilo o dos. Un brazo de una planta nos llenó dos frascos.
¿Han intentado solicitar un permiso a COFEPRIS para el autocultivo?
Adán: Sí, hace seis meses lo intentamos, una cuñada nos ayudó con el trámite, pero justamente en ese trámite fue cuando cambiaron unas leyes y pues echaron para atrás ese permiso. Ahorita se puede hacer otra vez, pero no lo hemos vuelto a intentar. Pero nos encantaría tener ese permiso.
¿Por qué le ponen plantas de otro tipo en la misma maceta que sus hijas?
Adán:La verdad comenzó por poner una semillita ahí, y cuando menos nos dimos cuenta, ya estaba muy grande. estas plantas son muy nobles, muy espontáneas, unas se dan más rápidas que otras. Tienen que estar en constante observación, porque de eso se trata, ¿cuánto no se aprende de observar a una planta?
¿Han tenido problemas con vecinos o con más gente?
Adán: No, al principio sí pensábamos de que hay que ocultarlas, que nos las dejes a la vista, el mal de ojo, la envidia, pero la gente que la ha llegado a ver no es cualquier gente, casualmente también la consume.
¿Sus vecinos les han dicho algo?
Edén: “Saqueeen”
¿La marihuana debería de dejar el debate de drogas duras, y entrar en tabaco y alcohol?
Adán: Es como las vitaminas, no las necesitamos, pero nos ayudan a trabajar mejor nuestro organismo, pasa igual con la marihuana, no la necesitamos, pero nos ayuda a trabajar mejor.
¿Qué tipo de marihuana tienen aquí, índica o sativa?
Adán: La mayoría son sativas. Sativa es para arriba, es lo que te mantiene con más actividad, menos relajación, y la índica te tiene más relajado, es algo más interno. Elegimos tener más sativas, para seguir trabajando mejor.
Edén:La sativa tiene las hojas más delgadas y más finas. Y las índicas tienen las hojas más grandes y separadas.
Así como ustedes cultivan su marihuana, ¿qué le dicen a todas y todos aquellos que quieren comenzar?
Adán: Con esta ideología de que es terapéutico, te motiva mucho tener tus propias plantas, y te ahorras mucho dinero. Es un vicio, pero lo podemos comparar con el alcohol, que es la droga más cara. Las inversiones a esta plantita son muy bajas, hay mucho más ganancia de lo que uno espera.