Columna Quinto Poder
Por Sheila Arias / @Cheilona
Responsable de Comunicación del Observatorio Ciudadano de Mazatlán A.C. / @observatoriomzt
Una cosa es lo que nos informe la autoridad y otra, muy distinta, es la información que nosotros encontramos en otras fuentes. La transparencia, por ejemplo, es una de esas fuentes.
Sí, a través de las solicitudes de acceso a la información pública, puedes tener acceso a los estados financieros de un Gobierno municipal, delegación, secretaría; también puedes solicitar versiones públicas de expedientes o archivos; copias de actas de comités de adquisiciones, partes informativos, facturas, notas o comprobantes de gastos de transporte, alimentación y hospedaje de cualquier viaje de trabajo o comisión de servidores públicos. Como lo hemos abordado en esta columna son muchísimas las ventajas de las plataformas de transparencia.
Y si te has preguntado para qué sirve tener tanta información, es sencillo: para que no te cuenten, para que compares y encuentres diferencias a la hora de escuchar discursos públicos de políticos o candidatos. Por ejemplo: hay gobernantes que informan cantidades exorbitantes de inversión privada, proyectos, obras, compras, pero si no tenemos nuestros propios datos no podremos verificar y terminamos creyendo lo que nos dicen.
Las herramientas de transparencia nos permiten tener nuestros propios datos, los otros, los que son más reales, los que se pueden verificar, y los que no se dicen en los discursos públicos.
En un contexto donde los discursos oficiales abundan, los ejercicios de transparencia nos permiten construir una realidad más clara. Si hacemos este ejercicio de transparencia, les sugiero iniciar con preguntas simples y claras, pero de temas de interés general, ya verán como sí hay otros datos.
Y me permito compartirles sugerencias: preguntemos para tener nuestros propios datos sobre presupuesto 2020, es importante saber cómo va un Gobierno estatal, por ejemplo. Soliciten el presupuesto desglosado por áreas o programa, esto nos permitirá conocer las prioridades de una autoridad, los rubros que tendrán más y menos recursos públicos, así identificamos las verdaderas prioridades de un Gobierno.
En los mismos términos pregunten, pero de la última década, así podrán identificar las variaciones de recursos destinadas a cada área o programa de manera histórica. Esto nos permite saber qué áreas han sido descuidadas al paso del tiempo y cuáles fortalecidas, en ese ejercicio pueden encontrar coincidencias: si se benefician las áreas de promoción de imagen, donde están los amigos, parientes o donde hay pocos mecanismos de fiscalización.
¿Ya se dieron cuenta que la transparencia es una herramienta contra la corrupción?, nos permite cruzar datos y detectar patrones de irregularidades. Y así es como poco a poco vamos teniendo nuestros propios datos.
Este año es antesala electoral en casi todo el país, la transparencia resulta una poderosa herramienta para tener nuestros propios datos, para verificar discursos en campañas políticas, declaraciones patrimoniales de candidatos, mejor aún, si tienen oportunidad de publicar esos datos le darán oportunidad a la sociedad de conocer esa misma información útil y exclusiva, así abrirán datos para todos.
Como ya lo he abordado en esta columna, no tengamos empacho en preguntar a la autoridad lo que deseemos siempre que esté vinculado con recursos públicos, incluso, los correos electrónicos institucionales, los gastos en telefonía si esto lo paga el erario, declaraciones patrimoniales y sus firmas en algunos documentos, no todos son “datos personales” que deban ser negados.
Ahora ya tenemos ideas más clara de cómo usar la transparencia como recurso para rendición de cuentas, como elemento anticorrupción y como fuente de nuestros propios datos.
Cierro esta columna pensando que, después de leerme, alguien le preguntará a su Gobierno vía transparencia.
Dejo también un fuerte abrazo a todo el equipo del buen ZonaDocs, el medio aliado de la sociedad en temas de desapariciones forzadas; mi agradecimiento profundo a todos los ciudadanos que dedican su tiempo a abrir datos públicos, y a mi hijo, Diego, de 7 años, mi eterna compañía.
