Columna Quinto Poder
Por Sheila Arias / @Cheilona
Responsable de Comunicación del Observatorio Ciudadano de Mazatlán A.C. / @observatoriomzt
Iré al grano, más bien duro y a la cabeza. Este año que termina tuve la oportunidad de conocer mejor los mecanismos de transparencia, cómo funcionan, las trampas de la autoridad, y la protección que se brindan los sujetos obligados dentro del sistema. Me quedé helada de tanto “cochinero” como decimos en Sinaloa, pero también me quedó claro que mucho, mucho podemos hacer los ciudadanos para disminuir esas malas prácticas.
Han pasado más de 15 años que la transparencia surgió en México como herramienta para empoderar ciudadanos; sin embargo, no parece, todavía millones de ciudadanos desconocen cómo funciona el INAI, Infomex, datos personales, recursos de revisión, es más no tienen cuenta para iniciar sesión y explorar esta herramienta.
Y si le hablo de las “mañas” del poder en transparencia le diré que las encontremos una en cada etapa del proceso de solicitar información. En mi columna pasada compartí sobre las trampas que la autoridad usa para engañar al ciudadano al solicitar datos públicos, ahora les hablaré de las mañas, de las que se vale la autoridad para favorecerse. No las olvide, porque también son útiles.
Me llama la atención que la autoridad sigue con esos spots de adorno que solicitar información pública es tan fácil como mandar un correo electrónico, y en cierta manera sí: lo redacta y lo envía. Sí, pero ¿cómo se le pregunta?, ¿a quién se lo dirijo?, ¿cómo le pido un expediente o las facturas de gastos generados por servidores públicos? Estas preguntas son el origen de las “mañas” del poder; por una parte, nos motivan a pedir cuentas de recursos públicos, y por otra, nos dan palo, así de fácil.
En ese contexto me permito compartir algunas de tantísimas mañas, empiezo por reiterarle que si solicita información, no suelte el tema, marque en un calendario la fecha en que debe recibirla, si no la recibe llame o acuda a la oficina pública de Acceso a la Información para conocer el proceso y se sumará a los ciudadanos que exigen rendición de cuentas.
Se lo digo porque los sujetos obligados se protegen entre sí, ellos suelen comunicarse para saber si les pidieron la misma información y si el solicitante es la misma persona. Acostumbran ponerse de acuerdo para no responder y, si les toca un ciudadano primerizo, ya la hicieron porque nadie dará seguimiento a la solicitud y no pasará nada; pero si se topan con un alguien que conoce, entonces, reservarán la información, y apostarán a que el recurso de revisión tardará más de dos meses, y para entonces ya le hicieron cansado el camino al ciudadano.
La otra práctica que debe cambiar -ésta sí le corresponde a la autoridad- es que los comités de Transparencia de los Ayuntamientos y paramunicipales no los integren los funcionarios cercanos y hasta amigos del presidente municipal en turno porque al final el tema de transparencia queda en manos de colaboradores del mismo Gobierno y esto debe cambiar, ya basta que entre ellos se protejan.
La función de estos comités es deliberar qué información se reserva y qué no con apego a la Ley, pero si los funcionarios son parte de estos comités da mucho qué pensar; yo por ejemplo, pienso que reservan información por temor, para no revelar cómo y en qué gasta el Gobierno, y terminan “al jefe”.
En mi opinión esta práctica es de la más mañosas y debe cambiar, los comités de transparencia los deben integran ciudadanos no vinculados al Gobierno en turno, que su cargo sea honorífico, pero nadie que sea parte del mismo círculo de la autoridad en turno.
La otra “maña” tiene qué ver con los recursos de impugnación, en esta etapa -la más larga del proceso- es bien aprovechada por los sujetos obligados porque responden lo que quieren cuando los órganos garantes les piden responder la queja del ciudadano: ¿Qué ganan?, ganan tiempo y si al final pierden el proceso todo lo que deben hacer es lo que no hicieron desde el principio: dar información pública al ciudadano.
Esto pasa casi todos los días, pero las sanciones ¿también pasan todos los días?, no, la realidad es que son contadas las sanciones ejemplares por esta mala práctica.
La transparencia es una herramienta para combatir la corrupción. Sí funciona si la usamos bien, si la conocemos, y si combatimos de manera frontal porque no tenemos de otra.
En el caso de Jalisco, por ejemplo, el trabajo en Transparencia es bueno, su portal tiene un apartado sobre presupuesto ciudadano donde se puede consultar el gasto por rubro, pero ¿cómo puede saber que ese gasto es real?, pues preguntando por Transparencia el desglose de esas inversiones, no hay de otra.
Como verán las “mañas” del poder no terminan, y si le seguimos otras tantas se han ‘fortalecido’ en contra de los que preguntamos, pero ya se dieron cuenta que sí podemos hacer algo si estamos como cuchillito de palo.
Concluyo mi colaboración con una felicitación al equipo del buen ZonaDocs por su reciente premio de Periodismo Jalisco 2019 y por su crecimiento como medio independiente. Les deseo una Feliz Navidad con la esperanza de que, antes de salir de vacaciones, le pregunten a su autoridad cómo y en qué invirtió el presupuesto anual, al menos, para empezar con información de dónde quedó el dinero de todos. Hágalo.