Hace 25 años en Córdoba, Veracruz, un grupo de 12 mujeres observó los rostros de angustia y escuchó gritos de auxilio que pedían comida y provenían de las góndolas del tren. Atendiendo al llamado de las y los migrantes Las Patronas decidieron ofrecerles ayuda humanitaria y alimentos a quienes venían a bordo de la tan conocida Bestia, ese tren de carga mexicano que recorre de punta a punta el país, desde el sur en Tenosique, Tabasco hasta llegar al norte, en Reynosa, Tamaulipas.
Por Alejandra Yebra / @Alejandra Gtz Yebra.
Estudiante de la licenciatura en periodismo del Centro Universitario de los Lagos, CULagos, sede San Juan de los Lagos.
Las condiciones geográficas, demográficas y culturales les respondieron cómo era que querían ser llamadas, su naturaleza como mujeres valientes y aguerridas les reafirmó por qué serían nombradas Las Patronas…
Desde 1995, Las Patronas cambiaron su forma de ver al otro: “empezando por tratar a los demás como personas, a los de México, de Centroamérica y de todos los que pidieran ayuda, sin importar su pasado”, afirmó Norma Romero, líder de la agrupación de mujeres durante la conferencia magistral “En nuestra mesa no existen los muros. Las Patronas y el compromiso humanitario”, en el marco de la Plataforma para el Diálogo “Paz: visiones, estrategias, luchas” dentro de la Feria Internacional del Libro (FIL)
Mujer de ojos oscuros, mirada profunda, cabello castaño claro y voz firme; capaz de escuchar pero también de hablar y de hacer resonar su voz y de dar eco a las voces de quienes han pretendido silenciar, Norma Romero compartió con las y los presentes, la convicción con la que luchan por defender la vida y los derechos de las personas migrantes en el estado de Veracruz.
En este espacio también participó la Dra. Ileana Rodríguez, del Laboratorio Visiones de Paz del CALAS, quien no dudó en afirmar a los presentes durante su intervención que “Las Patronas tienen más huevos que cualquier gallo”, haciendo alusión a la valentía y a la fuerza con la que han trabajado durante los últimos 25 años.
En 2010, recordó Norma Romero, ofrecían comida y asistencia médica a más de 800 migrantes diarios; luego de 2014, con la implementación del Plan Frontera Sur, -donde se violentaron aún más los derechos humanos de las personas migrantes dentro de la ruta migratoria-, el número de personas que atendían disminuyó 50%, por lo que recibían a 400 migrantes diarios.
Mientras que, ahora, con la política migratoria conjunta que México y Estados Unidos han pactado para contener y frenar la migración centroamericana a través de la militarización de las fronteras y a cargo de la Guardia Nacional, el número de personas migrantes que llegan a sus albergues es de entre 150 y 200 personas por día.
Por su parte, el Dr. Joaquín Michael del CALAS aseguró que estas mujeres son un ejemplo contundente del activismo que llevan a cabo las personas defensoras de derechos humanos en el país, particularmente, sobre quienes brindan ayuda humanitaria a las poblaciones más vulnerables y perseguidas:
“Las patronas defienden el derecho humano de la migración: los migrantes deben elegir dónde vivir. Defienden la libertad de movimiento. Nadie debe ponerte un lugar en el mundo. Las patronas promueven la humanidad: dirigen la solidaridad a los migrantes, pero no se quedan ahí, van a los más necesitados. Asumen a los demás como hermanos. Las patronas son mujeres: defienden los derechos de migrantes de todos y todas. Les decían que ayudar era ilegal, ellas respondieron lo ilegal sería no ayudar. Ser mujer en nuestro país no es una posición limitada como nos hicieron creer, al contrario, ser mujer en nuestra sociedad es una posibilidad de poder y de infinitas posibilidades”.
A propósito de ello, Norma aseguró que ve en las mujeres una red de apoyo; entre madres, mujeres que están en el campo y que hacen el cambio todos los días. Mujeres que tienen familia, mujeres que comparten el dolor y que desde su trinchera son capaces de impactar la vida de otros. Mujeres como Las Patronas, a las que alguna vez llamaron locas por su deseo desinteresado de ayudar a quienes venía a bordo de La Bestia y que hoy, reafirman esa locura desmedida, advierte Norma, con el mundo que les necesita:
“Yo estaba en la iglesia y me sentía inútil, porque yo decía ‘es que yo no hago nada por nadie, sólo escuchó predicar el evangelio’, pero que en cada evangelio me invitaba a hacer un cambio personal. Dios todos los días nos invita a un cambio personal, a cambiar nuestra percepción del otro. Sin juzgar, ese día no solamente cambia la vida del otro, cambia la tuya también, precisamente porque se ve la realidad que muchas veces no podemos ver.
Gracias al plato de comida que dimos, al vaso de agua que compartimos, te puedo decir que después de 25 años lo que Dios quiere de mí es el servicio”.
El servicio de voluntariado para servir en el albergue de Las Patronas está abierto para quienes deseen vivir la experiencia de ayudar a los migrantes. Para solicitar información o inscribirte por un fin de semana, una semana o un mes escribe a la siguiente cuenta de correo: lapatrona.laesperanza@gmail.com