En el marco del Encuentro Nacional de Lugares para la Memoria y la Construcción de Paz que organiza el Laboratorio Visiones de Paz del CALAS en Guadalajara, Jalisco, se llevó a cabo la “Caminata: Comunicación emergente y memoria”; una actividad que invitó a colectivos de familiares de víctimas de la violencia, organizaciones de la sociedad civil y académicos, a habitar la calle como un espacio público de expresión y de ciudadanía. De acuerdo con Tercero Díaz, integrante del Colectivo RECO e instructor del ejercicio, resulta vital recuperar eso que, desde “arriba”, “constantemente nos ha sido arrebatado o se nos dice cómo habitar, desde dónde y desde qué formas, hasta qué lugares”.
A través de la propuesta de “narrativas emergentes”, que busca desde el arte y sus expresiones, irrumpir el espacio público para hacer ciudadanía y generar empatía ante el dolor y la tragedia que ha dejado tras de sí la violencia; las y los participantes recorrieron el andador de la avenida Alcalde en el centro de Guadalajara y hasta llegar a la estatua intervenida de Fray Antonio Alcalde en la Rotonda de Los Jaliscienses Ilustres, para colocar calcomanías con mensajes alusivos a la desaparición de personas y a la exigencia de alto a la guerra.
Por Dalia Souza / @DalhiaSouza
“Esta actividad es un ejemplo de protesta y denuncia en las calles, para ir viendo el espacio público como un espacio que se ha ido volviendo privado; donde la autoridad y el Estado es el que decide qué si puede estar, cuándo, a qué horas y de qué forma”, aseguró, Tercero Díaz, integrante del Colectivo RECO, comunicólogo, periodista e instructor de la “Caminata: Comunicación emergente y memoria”.
Un ejercicio que llevó a integrantes de colectivos de víctimas, organizaciones de la sociedad civil y académicos a salir a la calle para apropiarse de ella, a través de la pega de calcomanías con mensajes que denuncian el contexto de desaparición de personas en el estado y la demanda común de alto a la violencia.
Así, con tres preguntas, un deseo y una exigencia: qué pasó aquí, dónde están, cómo pudo suceder, que no se repita y paren su guerra, algunos postes del andador peatonal de la Av. Alcalde, fueron apropiados por los asistentes a esta caminata que, dejaron a su paso huellas del reclamo y marcas de la memoria de lo que nunca tuvo que suceder.
Si bien, explicó Tercero Díaz, que, dichas frases e imágenes que son utilizadas por el colectivo RECO en diversas actividades de intervención del espacio público, “están contextualizadas con el lenguaje visual de las personas desaparecidas”; es decir, muestran junto a su mensaje el dibujo de un abrazo familiar acompañado de una silueta oscura –el ser querido desaparecido-, se pretende detonar el interés en el tema sobre los ciudadanos transeúntes que se consideran “ajenos” a estas experiencias.
Reconociendo, entonces, que esta pega de calcomanías es una “intervención que está en yuxtaposición con los demás elementos que el Estado impone para reproducir su discurso de poder y dominio” dentro del espacio público, señaló Tercero, la caminata tuvo como destino final, la estatua de Fray Antonio Alcalde en la Rotonda de las y los Jaliscienses Ilustres, que también fue intervenida por un artista en el mes de marzo con mensajes alusivos a la exigencia de aparición con vida de tres estudiantes de cine desaparecidos en el año 2018 y de las y los desaparecidos en el estado de Jalisco.
Finalmente, este es ejercicio que se llevó a cabo en el marco del Encuentro Nacional de Lugares para la Memoria y la Construcción de Paz del Laboratorio Visiones de Paz del CALAS en Guadalajara, invita a repensar la ciudad como un espacio donde, como ciudadanos, podamos participar de su ocupación, su construcción y con ello, ejercer nuestra ciudadanía.