Este 21 de octubre se cumple una década de la desaparición forzada de Matusalén Melo Cadena; su hermana María Antonia Melo del colectivo BÚSCAME, Buscando desaparecidos México denuncia a través de una carta pública que, pese al seguimiento que como familia han dado sobre el caso y sobre sus perpetradores “las autoridades han sido omisas y negligentes en su deber”, ya que, “todos se han caracterizado por una sorda escucha y una búsqueda ciega y a tientas”.
En el marco del décimo aniversario de la desaparición de Matusalén Melo y sus tres compañeros Jesús Gonzalo Sainz Inzunza; Florencio Romero Meléndez; y Fausto Moisés Morales Bello (todos ingenieros agrónomos), María Melo evidencia que, tras ver transcurrir tres administraciones, de tres partidos políticos diferentes que han prometido el cese de la violencia; “la 4T (Cuarta Transformación)” a cargo de Andrés Manuel López Obrador, continúa repitiendo el patrón ya conocido: sin investigación, sin búsqueda, sin incluir a las víctimas y privilegiando a los perpetradores.
Por Dalia Souza / @DalhiaSouza
A través de la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, María Antonia Melo, integrante del Colectivo BÚSCAME, Buscando desaparecidos en México, hizo pública una carta para denunciar la no búsqueda e investigación sobre el caso de desaparición forzada de su hermano, Matusalén Melo Cadena, a diez años de los hechos violentos que le arrebataron de su vida.
Matusalén Melo Cadena, fue desaparecido forzadamente el 21 de octubre de 2009 por policías municipales de Torreón, Coahuila, cuando se dirigía a su trabajo; junto con él, desaparecieron otras tres personas: Jesús Gonzalo Sainz Inzunza; Florencio Romero Meléndez; y Fausto Moisés Morales Bello (todos ingenieros agrónomos). De acuerdo con el entonces director de seguridad pública, Karlo Castillo, los perpetradores habían sido “sus muchachos”, quienes habían seguido órdenes de la delincuencia organizada. Según denuncia la familia Melo, este director era un policía federal comisionado y hasta la fecha no ha sido sancionado, por el contrario, ha sido ascendido en su cargo.
En esta carta, María Antonia relata el tortuoso caminar entre oficinas y funcionarios públicos, entre administraciones federales y discursos fallidos que pasaron de la criminalización de su ser querido, a la “promesa” de traerlo con bien. Según relata en este texto, el abril de 2010 junto con su padre, acudieron a un evento donde estuvo presente el ex presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), buscaban pedirle ayuda para encontrar a Matusalén; sin embargo, el ex mandatario, tras interpelarle “se limitó a decir con tono estigmatizador: ¿para qué se fue Matusalén para allá… qué andaba haciendo?”.
Afirmando que el Estado Mexicano despareció a su hermano Matusalén Melo, María redacta en esta carta que, pese a la pugna constante que han realizado durante los últimos diez años para exigir su regreso, el regreso de los miles desaparecidos más en su estado, en el país y, con ello, la sanción a sus perpetradores, “las autoridades han sido omisas y negligentes en su deber”. Desde los más altos rangos: procuradores y subprocuradores de justicia, y, ahora con la Fiscalía General del Estado, fiscales; hasta los más operativos: coordinadores de área, agentes del ministerio público y policías investigadores, “todos se han caracterizado por una sorda escucha y una búsqueda ciega y a tientas”.
Con ello, denuncia que durante estos más de 3 mil 650 días en su espera, “nadie lo ha buscado considerando la posibilidad de que esté vivo”. En ese sentido, expresa María Melo, que Gualberto Ramírez, encargado en su momento del área de secuestros de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), antes SIEDO, fue uno de esos funcionarios que, de manera omisa, argumentaron a la familia que “para qué lo buscaban” si seguramente le iban a encontrar en una fosa clandestina. También denuncia al Subprocurador, Eber Betanzos, con quien sostuvo diversas reuniones sin resultado alguno.
“Por omisiones de la SEIDO se perdieron evidencias y, ante mi exigencia, lo que hicieron fue declinar competencia sin notificarme, además de que el ministerio público bloqueó mi número para no recibir llamadas y mensajes” expresa la carta.
En sus palabras y desde la experiencia, argumenta esta hermana buscadora: “fiscales van y vienen pero pareciera que la orden es la misma: no buscar, no encontrar y no investigar”; y se cuestiona ¿cómo esperar un cambio si el discurso y las excusas vienen desde los jefes y se siguen repitiendo hasta la menor escala? Lamentablemente esto pudo confirmarlo durante una reunión con la ahora Fiscal de Derechos Humanos de la Fiscalía General de la República, quien le dijo que “al parecer el tema (de las desapariciones) no es prioritario para esta administración”.
Finalmente, María Melo, expresa que durante tres administraciones federales: Felipe Calderón (2006-2012); Enrique Peña Nieto (2012-2018); y Andrés Manuel López Obrador (2018- actualidad), se pasó de la criminalización, a la omisión del tema y ahora, a la falta de un real compromiso para con ella y para con las miles de familias que esperan a sus seres queridos desaparecidos:
“Pareciera que la 4T no nos incluye: no avanza las investigaciones, las búsquedas tampoco, siguen a la 4T los amiguismos, permean los nombramientos oficiales encargados de atender a las víctimas; y el tiempo pasa y no sé en dónde está mi hermano, hoy a diez años de que las fuerzas del Estado nos desaparecieron la capacidad de ser felices”.