María Alejandra Núñez González, de 32 años, fue desaparecida de la propia puerta de su casa, el 30 de enero de 2019. Días antes había acudido a declarar por la desaparición de su amiga. Hugo Núñez, su padre, está cansado de que a su hija sólo la busquen a través de oficios.
Por Darwin Franco / @DarwinFranco
Lo último que hizo María Alejandra Núñez González, de 32 años, antes de que un par de hombres armados se la llevaran frente a su casa y en su propio vehículo fue alejar a su hija del peligro. Estos hechos ocurrieron el 30 de enero alrededor de las 11 de la noche en la colonia La Colonial en el municipio de San Pedro Tlaquepaque.
El auto que recién acababa de estacionar frente a su domicilio era una camioneta Mazda CX5, color tinto; Placas H49ALM de la Ciudad de México. Vecinos de la familia Núñez González narran que el par de hombres armados que bajaron de un auto Versa negro, ya tenían tiempo esperándola. Las cámaras de seguridad de un negocio cercano da cuenta de que no era un vehículo sino dos los que esperaban por ella, ya que al huir del lugar se ve cómo es que salen juntos los tres vehículos.
Esta información que debería ser vital para localizarla: “no ha sido debidamente integrada a la investigación”, asegura su padre Hugo Núñez, quien está cansado de que en la Fiscalía Especializada en Desapariciones de Jalisco sólo busquen a su hija a través de oficios que se giran a muchas dependencias pero que no ofrecen información relevante para encontrarla.
“Yo les he preguntado qué saben de la camioneta porque creo que al buscarla obtendrán información para localizar a mi hija… al principio les ofrecí darles todos los papeles para que hicieran la denuncia pero me dijeron que no era necesario que ellos lo harían y ahora sé que fue mentira porque no han reportado el vehículo como robado porque no tenían el número de serie… eso mismo hicieron con el tema de las cámaras de vigilancia, yo les conseguí los videos y se los llevé… me dijeron que no se veía claro porque era de día siendo que la desaparición ocurrió en la noche, yo tengo esa misma grabación… total que me dijeron que no han llevado el archivo a ciencias forenses para que les ayuden a clarificar lo que aparece en el video”. A la fecha, no hay avances reales sobre qué pasó con su hija.
Dos desapariciones, ningún resultado
Él considera que lo que le pasó a su hija está conectado con la desaparición de Siadony, amiga de María Alejandra que desapareció una semana antes, el 23 de enero: “Mi hija se había presentado en la Fiscalía para declarar sobre la desaparición de su amiga, a la cual ella o nosotros le cuidábamos su hijo de vez en cuando… mi hija fue porque supuestamente fue la última que la vio antes de que ésta desapareciera… y si ella la vio para ayudarle con su hijo porque su pareja estaba hospitalizada; esta chica, incluso, había olvidado en la casa un monedero y unas llaves…”.
Esas pertenencias, asegura el padre de María Alejandra, también podrían explicar qué fue lo que pasó porque días después de la declaración de su hija en Fiscalía, llegaron a su casa personal de Fiscalía para pedirles esas pertenencias: “Yo sobre lo que pasó con esa chica no sé mucho pero en Fiscalía me han preguntado que si yo conocía a la pareja, ya que dicen que es una persona con diversas órdenes de aprehensión que puede estar vinculado con la desaparición de mi hija, yo la verdad no lo conozco pero si dicen que es tan peligroso y que puede saber algo, no entiendo por qué no lo detienen o lo interrogan, no entiendo qué están esperando si dicen que saben dónde está”.
Tampoco no entiende el porqué no siguen las pistas que ofreció la geolocalización de la sábana de llamadas del celular de hija, pues éste estuvo activo varios después de la desaparición y que de manera consistente marcó un punto en la colonia Oblatos en el municipio de Guadalajara: “Sobre esto no tienen nada, no han hecho operativos ni han ido a investigar… no hacen nada porque el testigo que lo vio todo esa noche está dispuesto a declarar pero simplemente no han querido hacer su trabajo, el día en que me prometieron tomarían su declaración nunca llegaron”, precisó el padre de María Alejandra.
A la fecha, ha sido atendido por diversas personas en la Fiscalía de desaparecidos pero ninguno le ha ofrecido una sólida línea de investigación. Todos los han tratado bien y con amabilidad pero con cero eficacia en lo que verdaderamente importa: “A mí de que me sirve que me reciba Blanca Trujillo (Fiscal de desaparecidos) o el asistente del Fiscal General, si cuando les preguntó cómo va la investigación, me responden siempre que son muchos casos pero que están trabajando”, señaló Hugo Núñez, para quien es fácil deducir que el tema les importa muy poco porque son tantas las chicas que desaparecen que la existencia de una más ya no les genera ningún tipo de urgencia.
De hecho, en el mes en que desaparecieron María Alejandra y Siadony en la Fiscalía Especializada en Desapariciones se presentaron 80 denuncias por la desaparición de alguna mujer o niña; la autoridad informó que de éstas logró localizar a la mitad con vida y que el resto, 40 mujeres, “están pendientes de ser localizadas”; en Protocolo Alba, estancia especializada en la búsqueda de mujeres desaparecidas, ni siquiera existe una ficha de búsqueda para ellas.
Hugo Núñez no cesará en la búsqueda de su hija porque ya comprendió que si él y su familia no lo hacen en Fiscalía seguirán buscando a su hija a través de oficios y expedientes pero no en la calle que es donde debieran estar buscándola. El día en que María Alejandra fue desaparecida, vestía pantalón de mezclilla y blusa negra, tiene el cabello rubio y un tatuaje en su tobillo. La camioneta en la que se la llevaron es una Mazda CX5, color tinto; Placas H49ALM de la Ciudad de México.